jueves, 27 de enero de 2011

GUILLERMO DE OCCAM, precursor de la filosofía moderna.



CÓMO SE FILOSOFA A NAVAJAZOS


Hablar sobre Guillermo de Occam (William of Ockham) resulta tan difícil y atrayente como hablar de su tiempo, innumerables discusiones se tejen en torno a los muy diversos aspectos de la vida y obra de éste, hoy tan estudiado filósofo y teólogo, los datos sobre su año de nacimiento, sus maestros, vida personal y circunstancias concretas de su vida clerical y estudios están envueltos por un manto de opacidades que incluso hoy en día provocan los más interesantes debates sobre el legado directo y las repercusiones que Occam generó para la gente de su época, su legado y la trascendencia de sus ideas en el tiempo. 
Sobre el nacimiento de Occam se consiguen por lo menos tres años probables 1280, 1285 y 1298, entre esta triada de fechas se data la llegada al mundo de este representante de la llamada Escolástica Tardía, asumiéndose la población inglesa de Ockham en Surrey County como el lugar en el que nació o al menos pasó sus primeros años de vida. 

Desde sus primeros años de vida académica y religiosa, los cuales trascurrieron en Oxford, donde se uniría a la orden franciscana y posteriormente se desempeñaría como catedrático, Guillermo se caracterizaría por la recurrente toma de posiciones polémicas en torno a lo filosófico directamente, pero también en los ámbitos teológico y político, esta tendencia marcaría el devenir de las relaciones del filósofo con las instituciones de las que formó parte, con sus superiores eclesiásticos y académicos inmediatos e inclusive con las máximas autoridades de la Iglesia. Con los Papas Juan XXII, Benedicto XII y Clemente VI, con quienes mantuvo disputas teológico-filosóficas que conllevaron incluso a acusaciones de herejía y a la expulsión del filósofo de Oxford, lo que lo llevó a vivir sus últimos años en Múnich bajo el amparo del emperador Luis de Baviera, desde cuya corte no cejó en sus planteamientos críticos dirigidos al papado. Una vez muerto Luis de Baviera en 1347, Occam hizo un intento de reconciliación con la institución papal pero sólo dos años después, en 1349 está datado el fallecimiento de Guillermo de Occam, lo cual hace suponer a los historiadores de la filosofía que dicha reconciliación no llegó a concretarse. 

El presente artículo intenta abordar parte de la obra de Guillermo de Occam, específicamente lo relativo a su Teoría del Conocimiento y el aporte de ésta a las bases de lo que posteriormente se llamará ciencia moderna. Dado que en el tiempo en el que este filósofo lleva a cabo el grueso de su obra, primeras décadas del siglo XIV se vive en Europa no solamente una crisis en términos políticos generalizada que va a llevar al llamado Cisma de la Iglesia hacia finales de dicho siglo y que supuso la ruptura de la iglesia católica de oriente y occidente, situación que repercutió en la posterior ruptura de la iglesia occidental, conocida como Reforma Protestante del siglo XVI, por consiguiente la época en la Occam vive y produce sus ideas, puede asumirse como un hervidero de cambios políticos, pero no solamente en este ámbito se producen acontecimientos y procesos que estremecen la tectónica social de Europa, Occam vive en tiempos pre-renacentistas, es decir que es partícipe de la incubación de los pensamientos e ideas que en el propio siglo XV darán inicio a una transformación en todos los órdenes del quehacer humano. 

Desde las artes hasta la geometría, pasando por la astronomía, la economía y la ya citada política, durante los siglos XIII y XIV la sociedad europea va asistiendo y participando del nacimiento de nuevas formas de entender la vida, de explicársela, de representársela, en fin, un nuevo orden civilizatorio, que como es de suponerse, no nació de golpe, sino que fue forjándose con el paso del tiempo y de los sucesos, con la resistencia obvia de las instituciones establecidas y la irrupción de los nuevos pensamientos y prácticas de vida. Cuando se asume a Occam como representante de la Escolástica Tardía, también se asume un momento de crisis del propio pensamiento escolástico, del que dicho filósofo es aún sin quererlo, uno de los principales puntales en el cambio hacia un pensamiento moderno. Así lo asegura el The Oxford Conpanion to Philosophy.- 
…la filosofía política de Occam ha sido considerada como uno de los fundamentos del "espíritu laico" —sea cual fuere la intención del propio Occam al respecto— y en este sentido ha desempeñado un papel importante en la historia de las ideas políticas al final de la Edad Media y en la época moderna…hay diversidad de opiniones en la interpretación de Occam. Unos destacan su nominalismo, su labor como precursor, o hasta iniciador, de la llamada “ciencia experimental", su crítica del aristotelismo, o cuando menos su crítica de la interpretación escotista de la doctrina de Aristóteles (Ritter, Stöckl, Gilson, Vignaux entre los historiadores de la filosofía, y Duhem, Michalski, A. Maier entre los historiadores de la ciencia). Otros subrayan en el pensamiento de Occam el aspecto de la "religiosidad subjetiva" en sentido agustiniano - franciscano (Abbagnano, Giacon, Vasoli). Otros hacen de Occam un pensador independiente tanto de las corrientes "pre-modernas" como del aristotelismo (Pelster, R. Guelluy, L. Baudry). Otros indican que Occam no fue, propiamente hablando, nominalista, ni tuvo nada que ver con el movimiento de los moderni, siendo más bien su aspiración la de depurar el aristotelismo de elementos agustinianos, y especialmente agustiniano- avicenianos (Moody). Otros estiman a Occam como un "trascendentalista", como un filósofo que se ocupó principalmente de los trascendentales en tanto que modos de la unidad (G. Martin). Finalmente, unos hablan de Occam primariamente como teólogo y otros primariamente como lógico y epistemólogo, pero ello no puede considerarse tanto una interpretación como un modo de subrayar lo que se considera más interesante, o pertinente, en las ideas de Occam. traducción propia- (tp) 

Con esta cita puede ir despejándose entonces la afirmación inicial de este ensayo en relación a la dificultad que presenta ubicar a Guillermo de Occam y a su pensamiento, a nombrarlo como representante de tal o cual estilo filosófico o incluso, qué parte de su aporte se le puede atribuir a un deliberado interés del filósofo por generar ruptura o son meras interpretaciones de pensadores posteriores las que lo terminarán situando como el “Nominalista” que hoy conocemos, o como pieza fundamental de un parte aguas que en la historia de la filosofía los designa a Duns Escoto y a él mismo como los iniciadores del pensamiento analítico moderno, es decir, de aquel pensamiento que mira al objeto en la descomposición de sí mismo en partes, para luego estudiarlo de forma fraccionada e intentar una comprensión de su totalidad, relación epistemológica que va a ser la base de la Ciencia Experimental Moderna. 
De acuerdo a los escasos datos biográficos que hoy se conocen sobre Guillermo de Occam, es poco lo que se puede saber con exactitud sobre los acontecimientos de su vida personal, no obstante, pareciera que ésta es una vida signada por el conflicto, por la polémica y por el ejercicio del poder institucional sobre las ideas de un pensador que intentaba interpretar la realidad de acuerdo a sus parámetros, a pesar de prácticas políticas devenidas a ejercicios de fuerza como ocurriría con los posteriores y más famosos casos de Giordano Bruno(años), Galileo Galilei(años), Nicolás Copérnico(años), entre muchos otros, cuyas tesis resultaron en objetos de censura por parte de quienes ostentaban las cimas de la jerarquía político-eclesiástica. Occam como ya lo apuntáramos mantuvo querellas recurrentes con sus superiores, las mismas le valieron su promoción dentro de las instituciones en las cuales se dedicaba a la enseñanza, así lo encontramos reflejado en Ferrater Mora (2002). 

Tras ingresar en la Orden franciscana, estudió en Oxford, donde dió lecciones sobre la Biblia y sobre las Sentencias de Pedro Lombardo (lo último al parecer desde 1319 a 1323). Pese a no alcanzar nunca el título que habilitaba para enseñar teología, razón por la cual se le llamó Venerabilis Inceptor [Venerable iniciado], enseñó en Oxford y en Londres. 
En 1324 se le obliga a presentarse a la curia papal de Aviñón para responder a las acusaciones de herejía, cursadas por un ex-canciller de la universidad Oxford, pero durante el proceso se ve envuelto en dos problemas que alteran el curso de los acontecimientos: Luis de Baviera declara la superioridad del poder civil del emperador sobre el del papa, y entre el papa Juan XXII y los franciscanos se declara la denominada «guerra de la pobreza» p.948. 
Resulta más que elocuente el hecho de que este Guillermo de Occam era mucho más que un fraile franciscano dedicado a la vida monástica, pareciera como si más bien fuese un personaje de un siglo posterior, un renacentista enclavado y actuando en la Florencia del Cuattroccento (primer período del renacimiento italiano) o más bien será que este estilo de vida (el monástico) ya no estaba planteándose como en tiempos de la Escolástica Temprana, en cualquiera de los casos, o si se quiere en ambos, se puede adelantar que los problemas de Guillermo con sus superiores eran una expresión de su época, todas estas connotaciones bien particulares de su vida se van a ver claramente reflejadas en el aporte que el mismo autor hará al pensamiento filosófico de la modernidad temprana. 

II 
A Guillermo de Occam se le cataloga frecuentemente como un filósofo nominalista, ya hemos venido viendo como esta ubicación es puesta en entredicho por algunos filósofos, no obstante para llegar a un acercamiento relativo a la tendencia más próxima al pensamiento del de Surrey, comencemos por definir qué es el Nominalismo, al cual en términos breves lo podemos entender como: 
La doctrina filosófica que niega la existencia de los universales. En la filosofía escolástica medieval, doctrina según la cual las abstracciones, conocidas como universales, carecen de una realidad esencial o sustantiva, pues tan sólo los objetos individuales tienen una existencia real. Estos universales (como animal, nación, belleza y círculo) eran considerados sólo nombres, de ahí el término nominalismo. Por ejemplo, el nombre círculo se aplica a cosas que son redondas y por lo tanto es una denominación general, pero no existe ninguna identidad concreta con una esencia separada de redondez que corresponda a ese nombre. La doctrina nominalista se opone a la teoría filosófica definida como realismo extremo, según la cual los conceptos universales tienen una existencia real e independiente anterior a, y aparte de, los objetos particulares. 
El nominalismo evolucionó a partir de la tesis de Aristóteles de que toda realidad consiste en materias individuales; la teoría extrema del realismo fue enunciada por primera vez por Platón en su doctrina de las ideas universales arquetípicas. La controversia nominalismo-realismo se hizo ostensible sobre todo en los siglos XI y XII; la posición nominalista fue comentada por Roscelino, y la realista por Bernard de Chartres y Guillermo de Champeaux, defensores de la escolástica. 
http://diccionario.babylon.com 
De acuerdo con lo expresado en esta cita, conseguimos que el Nominalismo se presenta como una corriente filosófica dentro del mundo de la Escolástica, el Nominalismo es asimismo llamado corriente Terminista y está opuesto a la corriente del Realismo Extremo, el principio basamental que aduce la corriente nominalista es la no existencia de los Universales, a los que asume como abstracciones conceptuales que carecen de esencia, de existencia real, cualidad que según los nominalistas (Occam entre éstos) sólo poseen los objetos individuales. Veamos entonces qué son los llamados Universales a través de la interpretación que se hace del pensamiento occamiano sobre el particular: 
Ahora bien, para Occam los universales no son reales. No son tampoco conceptos o abstracciones en el sentido de Santo Tomás. Los universales son términos que significan cosas individuales y "están por" cosas individuales en las frases. No hay, pues, necesidad de admitir ninguna "entidad" intermedia entre los términos y las cosas. Tampoco hay necesidad de admitir que si dos cosas que tienen algo en común —por ejemplo, Pedro y Juan, que tienen en común el ser los dos hombres— es porque hay una cierta entidad, o un universal, "el hombre", en el cual Pedro y Juan participan. En una famosa distinción introducida por Occam en su comentario al primer libro de las Sentencias, escribe que Sócrates y Platón convienen (conveniunt) por algo (aliquo), pero no en algo (in aliquo). En suma, no hay algo en lo que convengan dos cosas individuales similares; la similitud no se agrega a las cosas similares; las cosas que son similares son similares y nada más. 
Puesto que solamente hay individuos, la ciencia o conocimiento debería ser de individuos. En efecto, la ciencia es ciencia de lo general sólo en tanto que lo general "supone" lo individual. Podría decirse que el que la ciencia lo sea de lo general indica ya claramente que no es sobre lo general; el hecho de que la ciencia esté constituida por proposiciones generales (o universales) no quiere decir que tales proposiciones generales sean el objeto de la ciencia. Cuando se dice, como hemos hecho antes, que la ciencia es ciencia sobre los universales, hay que añadir acto seguido que tales universales "están en lugar de", o "hacen las veces de" los individuos. 
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 
Dentro de los aportes que hoy se adjudican al genio de Guillermo de Occam, uno de los más importantes para el mundo de la ciencia y la filosofía moderna reside en esta propensión del pensador a lo que puede llamarse una “economía intelectual”, esta tendencia se va mostrando en la propia declaratoria de no necesidad de los Universales, Occam asume que se puede conocer el objeto en su particularidad, despojándolo de elementos aleatorios que puedan enturbiar su observación, su estudio. Esta premisa es obviamente una de las máximas de lo que posteriormente se va a conocer con el nombre de Empirismo, también estará presente en el Positivismo y se extenderá como una de las bases del pensamiento moderno, incluso hasta nuestros días. Prácticamente Occam podría ser reconocido como uno de los precursores del pensamiento objetivista, como se plantea en la siguiente cita: 

Occam ha distinguido entre ciencia real y ciencia racional. La primera es ciencia de cosas reales; la segunda, de términos por medio de los cuales se llevan a cabo demostraciones lógicas. 
La ciencia real tiene por último objeto los individuos, pero se ocupa de las proposiciones en las cuales se hallan los términos que "suponen" los individuos. La ciencia real no contiene proposiciones necesarias; la ciencia racional sólo contiene, o debería contener, proposiciones necesarias. Con ello parece defender Occam una doctrina del conocimiento luego característica de ciertas formas de empirismo y de positivismo, especialmente en tanto que éstas distinguen radicalmente entre "hechos" y "puras relaciones". Y sin duda que hay cierta justificación en hablar del "empirismo" (y aun del "empirismo lógico") de Occam. Sin embargo, hay diferencias entre tales formas de empirismo y las doctrinas epistemológicas de Occam — por ejemplo, en la idea de notitia intuitiva antes introducida.(Tp) 
http://www.mywirw.com/a/Oxford-Companion-Philosophy/Ockham-William/ 

Más adelante, en su principio de economía llamado “la Navaja de Occam”, este intelectual va a cerrar el círculo de su pensamiento, o mejor dicho, va a dejar abiertas las puertas para que sus filosas ideas vayan configurando los anclajes del modo de pensar de la modernidad. Sobre el citado principio de economía intelectual discurriremos más adelante en este artículo, por los momentos, interesa destacar cómo Occam y sus ideas pueden ser considerados como parte de un pensamiento de frontera, de un espacio coyuntural en cuyo seno se van gestando nuevos modos de interpretación de los fenómenos, nuevas formas de expresión de esas interpretaciones al tiempo que va feneciendo toda una trama cultural por demás rica y densa, ésta que denominamos Escolástica y que se extendió desde tiempos de la crisis del mundo antiguo, en la que pensadores como Plotino de Licópolis (siglo III d.C) como representante del Neoplatonismo y su idea de lo “UNO” fueron dando los primeros pasos en la formación de lo que posteriormente sería la Filosofía Cristiana, pasando por la etapa cúspide de la cultura medieval, cuyos representantes más brillantes fueron entre otros, los gigantes San Agustín de Hipona (354-430) y Santo Tomás de Aquino (1225-1274), quienes van a influir radicalmente en toda la filosofía posterior a ellos y que legaron entre muchos otros importantes aportes, el rescate para occidente de la filosofía greco-latina. Junto a Duns Escoto, Guillermo de Occam participa de un momento de estremecimiento de todas las formas del pensamiento, así lo puede ilustrar el siguiente planteamiento: 
Podría decirse que Ockham es un filósofo bastante original, aunque muchos de los temas que tratará habían sido iniciados por Duns Escoto, y otros autores (particularmente los lógicos del siglo XIII). Ockham desarrolló temas que caracterizaron las preocupaciones de los intelectuales de su época y representa un punto de inflexión en la historia del pensamiento escolástico. Ockham ya no es un pensador sistemático como lo fuera Tomás de Aquino, su rol es fundamentalmente el de un crítico. Su crítica producirá la independencia de la filosofía que comenzará a centrarse en otros temas como la Naturaleza. Los principios fundamentales abordados por Ockham son considerados por él mismo como "aristotélicos", sin embargo, suponen en la práctica, una clara ruptura con la tradición griega y escolástica anterior. En efecto, representan una innovación dentro de la historia de la filosofía. 
http://filosofia.idoneos.com/index.php/333907

III 
Como se ha ido indicando, la obra de Guillermo de Occam puede considerarse como un pensamiento de frontera, ubicándosele en un momento de ruptura y tránsito entre el mundo de vida Medieval, Feudo-Aristocrático, para decirlo en palabras de Alejandro Moreno1 , y lo que posteriormente se llegará a denominar El Renacimiento, Occam habita y se desenvuelve en los propios albores de la Modernidad, de ahí que su obra esté cargada de revisiones y reinterpretaciones sobre conocimientos que solían darse por sentados hasta poco tiempo antes de la aparición de autores como Escoto y por supuesto del mismo fraile Guillermo. 
Otro de los elementos que pueden argumentar lo antes dicho es la intención de este autor de emprender una separación entre lo teológico y lo filosófico, cosa de hecho impensable durante los momentos cimeros de la Escolástica, puesto que todo lo concerniente a la razón era concerniente de suyo a la fe, en este sentido, un intento de separación de ambos aspectos no podía ser visto por muchas personas en su momento sino como un intento por destruir un monolito hasta ese momento incólume, un acto en suma arbitrario y de hecho, herético. No fueron casuales las constantes diatribas mantenidas entre el de Surrey y sus superiores por causa de su visión en lo relativo a la eternizada discusión de los asuntos de razón y fe, punto específico sobre el cual los filósofos de la Edad Media dedicaron gran parte de sus esfuerzos intelectuales, y que derivaron en no pocas acusaciones de herejía, Occam, en particular, sufrió la remoción de sus cátedras de teología y filosofía aristotélica, lo que lo condujo a la elección del exilio a fin de evitar enfrentar un juicio por sus argumentaciones, estos sucesos muestran el carácter radical de sus apreciaciones y cómo fueron éstas frecuentemente vistas por sus coetáneos. 
Occam presuponía que los aspectos de la fe no podían ser conocidos por las vías de la razón ya que éstos le eran concernientes única y exclusivamente al ámbito de la teología, por consiguiente, el ámbito racional se hacía insuficiente para alcanzar la elevación necesaria a fin de aprehender aquello en lo que sólo se podía creer, con esto Occam se separaba de las ideas de Santo Tomás de Aquino y marcaba distancia con la tradición filosófica que le antecedía, así se plantea en la siguiente nota: 
Occam ha distinguido asimismo entre teología y filosofía y ha proclamado que "la teología no es ciencia". Ello ha dado origen a muchos debates en pro y en contra. También ha dado pie para afirmar que con Occam se establece una separación estricta entre teología y filosofía de tal índole que tiene que llevar forzosamente a un escepticismo, o a un fideísmo, según las preferencias de los autores. En efecto, decir que la teología no es ciencia parece lo mismo que decir o que puede descartarse la teología como asunto demasiado problemático o que debe exaltarse como asunto de pura fe. Sin embargo, la separación occamiana entre teología y filosofía no tiene siempre el sentido que se le atribuye. En verdad, lo que Occam afirma es que las proposiciones teológicas adquieren su verdad por la fe y que cualesquiera razonamientos que se efectúan sobre tales proposiciones llevan a conclusiones verdaderas solamente en tanto que las premisas son verdaderas.(tp) http://www.mywirw.com/a/Oxford-Companion-Philosophy/Ockham-William/ 

Aun cuando a la luz del pensamiento moderno, de los códigos discursivos que operan en la actualidad, todos influidos en gran medida por la lógica racional de la episteme moderna, esta idea de separación entre fe y razón resulte claramente inteligible, habría que intentar situarse en el siglo XIV, en el modo como se pensaba en esa época e imaginar a este fraile diciendo, bien lo fuere en un foro, ante estudiantes o preceptores, o en sus escritos, que los asuntos de la fe eran propios de la fe, la ciencia no podía, por más que tratara, asir explicaciones para éstos y por ende, ciencia y teología debían fijarse como estudios separados. Lo más probable debió ser que muchos pensaran que Occam estaba asumiendo la imposibilidad de Dios para hacerse conocer por la vía que éste lo creyera necesario, que un intento de separar ciencia y religión pudiera servir para justificar las incipientes intentonas por parte de nuevos grupos de poder, por separar al clero del poder político, aun cuando dichas tentativas tardarían más de un siglo en materializarse y otros dos en extenderse por toda Europa 2. 

Resulta prudente apuntar una cita, un tanto extensa, donde se comentan algunos de los desafueros a los que se enfrentó Guillermo de Occam a causa de sus observaciones con referencia a la separación de ciencia y teología: 

Las opiniones de Ockham despertaron una fuerte oposición y fue llamado por el capítulo provincial franciscano “... para explicar sus puntos de vista sobre trece proposiciones derivadas de su enseñanza de las categorías Aristotélicas, especialmente la categoría de 'relación'.” 
De hecho Ockham explicó sus puntos de vista y no se tomó ninguna acción contra él, pero claramente había sido señalado como inadecuado para la enseñanza, y el tema no se dejó descansar. Fue llamado a Aviñón en 1324 para que sus conferencias y escritos fuesen examinados como heréticos o enseñanza equivocada. Ockham fue a Francia, cruzando el Canal en verano de 1324, y continuó hasta Provenza donde ahora residió en el convento de Aviñón. De forma bastante sorprendente, la persona que iba a leer el comentario de Ockham sobre el Libro de Sentencias de Pedro Lombardo era John Lutterell que había sido canciller de la Universidad de Oxford cuando Ockham estudiaba allí. Quizá Lutterell fue la razón de que ahora Ockham estuviese siendo probado porque pudo haber decidido que las opiniones de Ockham eran peligrosas cuando era estudiante en Oxford. De cualquier forma Lutterell repasó la obra de Ockham e hizo una lista de 56 afirmaciones que él estimaba erróneas o heréticas. Con la lista ahora en la base de los cargos contra Ockham, se formó una comisión para juzgarle. 

En primer lugar la comisión decidió que la enseñanza de Ockham sobre física, particularmente sobre el tiempo, el movimiento y el lugar, sería quitada de la lista de cargos a menos que fuesen parte de una afirmación teológica. Sobre 1326 había una lista de 51 cargos contra Ockham que más tarde fueron reducidos a 49. Una de las dificultades que la comisión tenía para atacar a Ockham era que él de hecho era un teólogo bastante conservador y sus afirmaciones religiosas tenían por lo común partidarios entre los dirigentes franciscanos. Como resultado, no fue formalmente condenado por su enseñanza. 
Mientras que Ockham estuvo en el convento de Aviñón esperando que la comisión llegara a sus conclusiones no estuvo ocioso. Había estado estudiando los pronunciamientos hechos por los papas en relación a la pobreza colectiva, en particular a la pobreza de Cristo y los apóstoles. Como resultados de sus investigaciones, decidió que el papa actual, Juan XXII, había hecho declaraciones del tema que contradecían a las de papas anteriores. La lógica estaba clara para Ockham; el papa Juan XXII no era un verdadero papa y él lo denunció con cargos escritos. Ockham había convencido a otros importantes franciscanos de la lógica de sus argumentos, y juntos marcharon hasta Pisa el 26 de Mayo de 1328. Habían hecho bien en buscar la protección del Emperador Luis IV de Baviera ya que éste no era amigo del papa y ¡había sido excomulgado! Ockham y sus amigos franciscanos del convento de Aviñón fueron también excomulgados por el papa Juan XXII que ordenó su arresto y regreso a Aviñón. El papa, sin embargo, no tuvo éxito y nunca logró sus fines. Cuando la corte del emperador Luis IV de Baviera regresó de Italia a Munich, Ockham también fue a Munich y vivió allí para el resto de su vida en su convento franciscano. Continuó atacando el poder papal, siempre empleando el razonamiento lógico en sus argumentos. Escribió muchos tratados mientras estaba en Munich sobre las relaciones entre la iglesia y el estado. Uno podría pensar que fue una lástima que fuese distraído de su trabajo en filosofía y lógica durante estos últimos años. 
http://ciencia.astroseti.org/matematicas/articulo_3668_biografia_guillermo_ockham.htm 

Resulta evidente que en Occam tenemos un claro antecedente de las críticas que posteriormente Calvino y Lutero esgrimirían en contra del papado, la controversia que giraba en torno a la pobreza de Cristo y los apóstoles, estas diatribas son clara muestra y señal de las tensiones que se sucedían entre la base intelectual de la iglesia y el papado. La separación entre teología y ciencia se refleja como una muestra, no de un escepticismo en términos religiosos sino más bien de una tendencia, que se irá afianzando en el mundo intelectual europeo, de separar las ramas del conocimiento y que verá su consolidación en la división de las ciencias que va a ser emprendida por René Descartes (1596-1650) en pleno siglo XVII, momento en el que el pensamiento moderno ya va tomando cuerpo y solidez. 
Se debe insistir en torno a que resulta bastante inteligible a los ojos del pensamiento contemporáneo, el que un pensador plantease la inconveniencia de mantener conjuntados los estudios teológicos y científicos, no así, en el momento en el que fueron realizados estos planteamientos, cuando lo comúnmente escuchado fuera precisamente lo contrario, es decir que asuntos de razón y fe fuesen estudiados como una sola cosa, al respecto, Ferrater Mora arguye: 
La idea occamista de que la teología no es, propiamente hablando, una ciencia, puede parecer una crítica de la teología; en rigor, era para muchos una manera de salvar la integridad de la fe, amenazada por la “excesiva penetración” de la filosofía. Así, el “escepticismo” occamista fue considerado por muchos como la mejor posibilidad de guardar inmune el recinto de la fe contra cualquier posible disolución por la dialéctica. Pero esta separación entre teología y filosofía podía desembocar -y efectivamente desembocó- no solo en un aumento de la espiritualidad, sino en una creciente independencia del pensamiento lógico, filosófico y científico con respecto al teológico. En el último caso, el occamismo ha podido ser considerado como uno de los principales impulsos para la reforma moderna de la ciencia de la Naturaleza. Hay que advertir que en muchos autores el citado aumento de la espiritualidad y la independencia de la ciencia no están separados, sino estrechamente ligados. p.987 
Se hace preciso señalar que en la mayoría de los trabajos que se han consultado para la realización del presente artículo, se destaca la no intencionalidad de Occam en contribuir al derrumbe del pensamiento filosófico cristiano, nada de eso, su apuesta pareciera ir en el sentido de intentar influir en la gestación de una forma novedosa de aprehender la realidad a través de la ciencia y que esto no colisionara con los asuntos de la fe, lo que éste buscaba de acuerdo con Ferrater Mora era concentrar lo teológico en sí mismo, aun cuando se le dieran otras cosas con el tiempo, en un principio consigue un repunte de la espiritualidad. No obstante, el fenómeno de intentar una empresa con unos “objetivos” y lograr cosas disímiles a lo planteado en el punto inicial, no resulta atribuible únicamente a la obra del fraile franciscano nativo de Surrey, son incontables los autores cuyas obras, al ser estudiadas en épocas posteriores a éstos, han servido para entender el estado de crisis de su contemporaneidad, por aquello de que las épocas hablan a través de quienes consiguen proponer alguna forma de expresión, bien lo sean artísticas o intelectuales, en la obra de cualquier autor, suele quedar plasmada la impronta del momento en que ésta ha sido producida. No se trata de que el artista, o en este caso el filósofo, permanezca envuelto de un aura de ingenuidad que le impide darse cuenta de lo que está haciendo, lo que ocurre es que los pensamientos que circulan en un momento histórico determinado quedan generalmente plasmados en los estilos expresivos, la jurídica, la política, la arquitectura, la música, la pintura, la literatura y obviamente, también en la filosofía se hace tangible este hablarse de la cultura a través del genio de sus creadores. 
Sobre el carácter y el talante de Occam como religioso basta con citar su frase "Dios puede hacer todo lo que, al ser hecho, no incluye contradicción" para percatarse de que no intentaba una revolución iconoclasta, actuaba con plena convicción cristiana, sin embargo, se puede elucubrar que a más de un abate ha debido resultar bastante insultante su contundente afirmación de que “…La existencia de Dios no se puede deducir solamente por la razón”, aun y cuando si se le analiza bien, lo que parece estar asegurando es la imposibilidad de dar cuenta de la existencia de Dios única y exclusivamente a través de lo racional. 
En palabras de R. Núñez: 
Guillermo de Occam abrió un camino, llamémosle "moderno", al conocimiento, en contraposición a las "antiguas" vías del benedictino Tomás de Aquino (1225-1274) y Duns Scoto. Nos ofreció, en general, una filosofía crítica y escéptica ("no se llega a la certeza con la razón, sino con la fe") que, 
revisando a Aristóteles y en contra de ciertas doctrinas oficiales, justificaba un positivismo lógico, una ciencia nueva que se basaba no en lo que las cosas "son" sino en lo que conocemos y sabemos de ellas, y un método. 
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 

IV 

Uno de los aspectos más trascendentales del legado de Guillermo de Occam y a su vez más discutidos, comentados y utilizados por la ciencia moderna es su Principio de Parsimonia, mejor conocido como “Navaja de Occam”, podría decirse que dicho principio es una de las herramientas conceptuales que encierra mayor relación con el modo de pensar de la modernidad, con la tendencia que ha sido extendida por el método cartesiano a todas las ciencias, donde el método es un camino que se va estrechando a medida que se retiran del objeto de la investigación los elementos sobrantes, se va eliminando lo que es poco importante para la investigación y posteriormente se llega a una conclusión final, una síntesis definitiva, ¡la verdad! Pues bien, en este sentido no resulta arbitrario afirmar que toda la ciencia de la modernidad es subsidiaria en algo del principio de parsimonia occamiano. 
Así lo destaca Núñez 3 en su texto intitulado “OCCAM Y SU NAVAJA. LA BELLEZA DE LA SENCILLEZ”: 
El llamado Principio de parsimonia (en el sentido de moderación) o de economía, que es una de las herramientas más potentes y eficaces de la ciencia, fue difundido por Guillermo de Occam a comienzos del siglo XIV. Su enunciado habitual expresa (en latín) que "non sunt multiplicanda entia praeter necessitatem" aconsejando reducir al mínimo el número de motivos y objetos –en general, de entes- a los que tenemos que recurrir para justificar algo. También implica que en el conjunto de teorías ofrecidas para explicar un hecho hemos de preferir, en general, la más simple. Esta idea había sido expuesta ya por Durand de Saint-Pourcain, un dominico filósofo y teólogo fallecido en 1332, y también se encuentra enunciada en la obra del franciscano Duns Scoto (1266-1308), probable profesor de Occam. 
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 

Aun cuando Núñez apunta que el principio de parsimonia venía siendo desarrollado por Saint-Pourcain y por el propio Escoto, e incluso los primeros planteamientos con cierta similitud a este principio se trasladan hasta el propio estagirita Aristóteles, también añade que dicho principio consigue en Occam su mayor exponente y difusor, igualmente argumenta sobre la presencia e importancia de la Navaja de Occam dentro del ámbito científico de la modernidad, al argüir, según lo planteado por el fraile Occam, sobre la necesidad de procurar siempre la manera menos complicada para llegar a la solución de un problema, de hecho, el mismo autor plantea con cautela que la Navaja no es una concepción del universo, sino más bien, una herramienta de tipo conceptual, la cual sirve para dar abordaje a situaciones específicas, con lo cual intenta dejar claro que no es éste un intento de simplificar la realidad al punto de la banalidad. 
En otro texto se argumenta en relación al mismo particular: 
Es éste uno de los principios de Ockham por el que su nombre es ampliamente conocido hoy en día. Es bastante difícil hacer coincidir el significado de la 'navaja de Ockham' precisamente con la forma en que él creó el principio, pero digamos que afirma que siempre se debería tomar partido por la simplicidad cuando se construye una teoría. Donde es fácil tomar el sentido equivocado es que Ockham no estaba diciendo que la naturaleza siempre sigue el camino más simple. En su lugar él estaba sugiriendo que no se deberían construir explicaciones innecesarias y sobre-elaboradas. http://ciencia.astroseti.org/matematicas/articulo_3668_biografia_guillermo_ockham.htm 
Ni explicaciones innecesarias, ni sobre-elaboradas, resulta claro que éste no es un intento por desconocer la complejidad de la naturaleza, lo planteado se acerca más a una tentativa por hacer la realidad, de alguna manera, más aprehensible, más accesible a la comprensión. Volviendo a Núñez quien más adelante apunta: 
El concepto de asociar sencillez con verdad no era nuevo en el siglo XIV. De hecho se encuentra ya en la Física del gran pensador Aristóteles, pero Occam lo utiliza, por ejemplo, para reinterpretar las ideas de causalidad del filósofo estagirita, afirmando que no se puede justificar una causa universal por simple acumulación de casos individuales. La idea que conocemos por navaja de Occam continúa resultando útil para la ciencia en el análisis de las observaciones y en la presentación de los resultados. Por ejemplo, la utilizamos para medir la calidad de las teorías y se suele hacer mención a ella al recordar a un investigador que debe escoger la hipótesis más simple de las posibles. 
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 

Más allá de lo puramente científico, de lo tocante al ámbito filosófico, valdría la pena preguntarse, si esta tendencia de buscar las hipótesis más simples en procura de la solución de una situación problemática, pudiera instalarse o más bien, manifestarse en la cotidianidad, en el acaecer diario de las personas, obvio, a pesar de que las personas conozcan poco o tal vez ni un ápice sobre la vida y obra del filósofo de Surrey. ¿Se podría afirmar que todos llevamos nuestra navaja de explorador marca Occam en el bolsillo?, en otras palabras, será posible que abordemos situaciones usuales de nuestra vida, mediante la eliminación de lo que suponemos no nos sirve para resolver un inconveniente de carácter cotidiano, por ejemplo, tenemos un problema tal como una filtración de agua que nos está dañando una pared de nuestro hogar, comenzamos a ver cómo podemos resolverlo y nos planteamos opciones tales como las siguientes; a) conseguimos los planos de las tuberías de nuestra casa, buscamos en internet algunas nociones sobre plomería, vamos a la ferretería por herramientas de plomería, albañilería, utensilios, cemento, pintura, etc. b) tomamos el teléfono y llamamos a un plomero. 
A riesgo de que algún lector sea un fanático de Popular Mecanic, se puede asumir que lo “lógico” según el hacer común es ir por un especialista que sin darle muchas vueltas al asunto, aplique su experticia y solvente la filtración, de hecho, cuando nos sentimos mal solemos ir al médico y no intentamos aprender medicina, cuando el carro presenta una avería lo llevamos con el mecánico, es típico de la tradición moderna el que existan especialistas para cada cosa. A pesar de esto, hoy por hoy nos encontramos en un momento de transición cultural, aparición de nuevos órdenes y lógicas (lo llamamos postmodernidad), en el que se discute sobre la pertinencia de los expertos, más adelante se tocará este punto, por el momento nos fijaremos en cuánto de occamiano puede prevalecer en la tendencia que hoy tenemos por descartar4 lo que nos retrasa, altera o complica la solución de un problema, la cual suele aparecer clara y se nota en muchos aspectos de nuestra vida cotidiana. Otro ejemplo, bastante menos rudimentario de la aplicación del Principio de Parsimonia, lo conseguimos en la exitosa serie televisiva Dr. House, la cual muestra en uno de sus capítulos, una situación en la que el protagonista hace uso de esta herramienta conceptual. Veamos: 
“Occam's razor" (titulado "Principio de parsimonia, lo más simple es lo mejor"), es el tercer episodio de la primera temporada de la serie norteamericana Dr. House. Fue estrenado el 30 de noviembre de 2004 en EE.UU .Un joven de 22 años es internado en el hospital debido a un colapso sufrido luego de mantener relaciones sexuales con su novia. Los síntomas se multiplican y ningún diagnóstico parece poder explicarlos. El capítulo se basa en una regla lógica atribuida al filósofo y fraile franciscano inglés del siglo XIV Guillermo de Ockham, conocida como navaja de Occam, principio de economía o principio de parsimonia, que dice que al razonar «no ha de presumirse la existencia de más cosas que las absolutamente necesarias», aunque en el capítulo está formulada como «la explicación más sencilla es siempre la mejor». Luego de resolver el caso, House reformulará el principio diciendo que «la explicación más sencilla es casi siempre que alguien metió la pata» (Tp) 
http://www.tv.com/house/occams-razor/episode/349017/summary.htm 
El mordaz y brillante House, luego de fracasar continuamente al intentar diagnosticar la afección de su paciente, de emprender teorías muy elaboradas y de consultar repetidamente con sus colegas sobre las particularidades del caso, toma un atajo hacia la solución de su problema, que no es otro que volver al principio, a lo más elemental; en la sinopsis del capítulo se describe la situación mientras se ilustra con el habitual humor oscuro característico de este seriado: 
El caso principal afecta a Brandon, un joven de 22 años, que ha sufrido un colapso después de acostarse con su novia. Además, en los últimos días ha estado tosiendo y tiene un sarpullido. Ahora siente un dolor fuerte en el abdomen, náuseas, fiebre y su tensión es baja. Un escáner rápido y un examen no revelan nada, así que House y su equipo buscan alternativas. La doctora Cameron apunta que ninguna enfermedad se corresponde con todos esos síntomas y House se da cuenta de que primero hay que controlar la presión sanguínea del paciente, así que le hacen una serie de exploraciones cardiológicas. 
Las pruebas no son muy reveladoras, pero el doctor Foreman piensa que un resultado indica que el tratamiento antibiótico está dañando los riñones de Brandon. Su teoría es que el chico tiene una endocarditis, no una infección de estómago, lo que explicaría cada uno de los síntomas. Aún así, es una posibilidad entre un millón. House examina la lista de síntomas del paciente y sugiere que dos enfermedades (hipotiroidismo y sinusitis) coinciden con los síntomas de Brandon. Pero sigue siendo una posibilidad entre un millón. Como no hay tiempo para esperar por los resultados de las pruebas, House decide tratar la sinusitis y el hipotiroidismo lo antes posible. 

Foreman examina a Brandon: el paciente se siente mejor pero sigue teniendo tos, así que anuncia que el chico ha dado negativo en hipotiroidismo e insiste en que no puede tener dos enfermedades y que el régimen de tratamiento de House sólo va a dañar el hígado de Brandon, pudiendo incluso matarle. House se apuesta 50 dólares con Foreman a que si el recuento de leucocitos del paciente aumenta, estará en lo cierto al decir que el chico tiene una infección. Cuando el número de glóbulos blancos de Brandon disminuye, los dos médicos se dan cuenta de que sus hipótesis eran erróneas. Si Brandon llegara a coger un resfriado, su cuerpo no sería capaz de resistirlo y moriría. House tiene una revelación y le pregunta al doctor Wilson cuál fue el primer síntoma de Brandon. Y sus sospechas se confirman: fue la tos. 
Después de realizar una pequeña investigación, House da con la respuesta: Brandon fue al médico debido a su tos y la receta que le dieron fue confundida, por accidente, con la de un medicamento para la gota basado en la colchicina. Esta droga frena la mitosis (proceso en el que las células se dividen y reemplazan a las muertas), algo que no le está pasando a Brandon, lo cual explica cada uno de los síntomas. La doctora Cameron apunta que el paciente sí había mejorado, pero empeoró tras ingresar en el hospital y dejar de tomar la medicina para la gota. 
House queda con los padres de Brandon y les pide que le digan quién le recetó el medicamento para la tos, ya que éste ha sido la causa de que la salud de su hijo haya ido de mal en peor. Chase y la madre de Brandon se acercan a la farmacia donde se compró la medicina y, efectivamente, Brandon estaba tomando un medicamento para la tos, no para la gota, lo cual echa por tierra la teoría de House. Después de esto, el doctor se siente molesto al recibir la noticia de que su elaborada y "elegante" teoría es errónea, y en un diálogo con Wilson, le dice que él no se había equivocado, respondiéndole irónicamente el segundo que «entonces es la realidad la que se equivoca», para recibir a su vez como respuesta que «la realidad casi siempre se equivoca», parafraseando el principio lógico de Occam que sirve de título al capítulo. 
El doctor Wilson sugiere realizar una exploración para descubrir qué hay en la sangre de Brandon. Durante los preparatorios, el corazón del chico deja de latir, pero los médicos consiguen que vuelva a funcionar. Cameron le recuerda a House la emergencia de la operación y también le dice que Brandon está sintiendo dolor en los dedos de las manos. House tiene entonces otra revelación: irrumpe en la habitación del paciente y vuelve a anunciar su diagnóstico anterior de ingestión de colchicina. House explica que los nuevos síntomas de Brandon ratifican su diagnóstico anterior, y sostiene que si la colchicina no se encontraba en el medicamento para la tos, su ingesta entonces debió provenir del corte utilizado en drogas ilegales consumidas por el joven, posiblemente éxtasis, droga que Brandon admite haber consumido con sus amigos en dos ocasiones. Una dosis rápida y Brandon se recuperará sin complicaciones. Al salir de la sala, House le dice a su amigo Wilson que tome nota de otro principio lógico: «nunca debo dudar de mí». 
Pese a haber curado al paciente, House se dirige a la farmacia del hospital para ver si descubre algún medicamento que tenga colchicina y que pudiera explicar el consumo de Brandon, ya que las dos veces que reconoció al joven, no explican la enfermedad. En la última escena descubre que sí eran las pastillas recetadas para la tos.(Tp)-Ídem- 

La aplicación no sólo en medicina sino en muchos escenarios de la vida diaria del principio de Parsimonia es algo común, se conozca o no siquiera sobre quién fue este polémico clérigo sobre cuya obra y aporte a la ciencia moderna se trata en este artículo. A diario nos conseguimos con situaciones cuyas probables soluciones pudieran a primera vista resultar en sumo complicadas, sin embargo, cuando nos detenemos a pensar sobre el cómo las pudiéramos solventar, comienzan a mostrársenos alternativas de abordaje que suelen oscilar entre las más complejas y las más sencillas, como lo plantea House en el capítulo anteriormente citado, pareciera que es la realidad la que está errada, debido a que solemos prestar demasiada atención a las hipótesis más complicadas (esto también ocurre con frecuencia en el mundo científico) y de pronto, como se narra en la sinopsis del capítulo de House, se nos revela un camino más expedito, una vía que termina resultando más directa hacia el punto resolutivo del problema, es ahí donde nos preguntamos, “¿por qué no se me ocurrió antes?”. Por consiguiente, pareciera que en efecto sí llevamos dentro de nuestra caja de herramientas5 conceptuales, una navaja de explorador inglesa marca Occam, con la cual solemos sacar muescas a ciertas situaciones, hasta tallar una solución plausible y concreta sobre lo que se nos presenta en nuestras realidades habituales. 

De igual manera, se hace necesario advertir lo siguiente; no es que siempre andamos usando la navaja para llegar a la solución de todos los problemas, hay situaciones que por su complejidad no pueden ser abordadas desde el principio de Parsimonia, por más bella que resulte la sencillez como lo plantea R. Núñez, además existe otra posibilidad, la de que aun cuando podamos optar por una vía que simplifique el asunto, se decida tomar un camino distinto, el más largo y tortuoso dirían The Beatles, como lo harían los Tres Chiflados o el propio Homero Simpson, quienes son expertos en tomar la opción más complicada o menos occamiana, para decirlo mejor. El caso es que la hilaridad que provocan estos y otros personajes, por qué no, nosotros mismos, cuando tomamos decisiones contrarias al “orden lógico de las cosas”, como cuando estos personajes caricaturescos intentan pasar una escalera a través de una puerta disponiéndola de forma transversal, produciendo entonces un choque, un golpe, una caída al mero estilo de Curly, viene dada precisamente a que este orden no siempre se nos suele revelar tan claro y preciso como quisiéramos. 

Un Homero Simpson muy occamiano, a su manera claro está, siempre buscaría la manera más sencilla para resolverlo todo, por ejemplo, taponar el sumidero de desperdicios de su casa con su hija menor Maggy 6 , por supuesto ocasionó un desastre de magnitudes épicas, como es también usual cada vez que dicho personaje intenta “resolver” algo, cualquier cosa, bien lo sea en su hogar o en la planta nuclear en la que trabaja. Podemos ver que el uso de la Navaja de Occam por exceso o por defecto, puede resultar cómico o absurdo. 

Por supuesto, esto no era lo que procuraba Guillermo de Occam con su filoso principio, tampoco es esta la forma como lo utilizó Nicolás Copérnico cuando hizo uso de la Navaja de Occam en la elaboración de su teoría del Movimiento de los Cuerpos Celestes7, planteándose la improbabilidad de que todo el universo girara alrededor de nuestro planeta, contrariamente el astrónomo logra argumentar cómo es la Tierra junto a los otros astros, los que giran alrededor del Sol; para lograr esto, Copérnico debió calcular en principio las dimensiones aproximadas del Sol y los planetas, las distancias entre unos y otros y las oscilaciones de las órbitas, con todo esto Copérnico logra gestar la transición para su época de la idea geocéntrica a la heliocéntrica del universo, además de granjearse al igual que Occam, las típicas acusaciones de herejía, que otros famosos como Giordano Bruno y Galileo Galilei y tantos otros científicos y artistas también sufrieran. 


Ahora bien, se viene diciendo de forma metafórica que todos tenemos una navaja marca Occam en el bolsillo, a fin de argumentar cómo el principio de parsimonia se ha instalado como parte de las herramientas conceptuales de la tradición moderna, tanto en los ámbitos científico/filosóficos, como en las prácticas de vida de la cotidianidad. No obstante, si bien todos los que estamos tocados directa o indirectamente por la lógica de sentido moderna, podamos -sigamos con la metáfora- ser portadores de una de estas Navajas cuya fábrica tiene más de seis siglos de tradición; igualmente vale la pena revisar cuál es el estado de esta navaja, cuánto habrán podido aguantar sus hojas las mellas del tiempo; es la Navaja de Occam un principio que hoy nos ayuda a conseguir vías de acceso directo a la solución de los problemas o más bien, con el advenimiento de las teorías que se inscriben en la corriente postmodernista8, el pensamiento complejo9, y toda la denuncia sobre el resquebrajamiento del paradigma científico moderno, una herramienta que tienda la simplificación, a buscar la respuesta más expedita a una hipótesis inicial no sea en la actualidad muy apreciada por quienes hacen ciencia; tal vez hoy por hoy, la navaja esté dejando ver su hoja ya oxidada y un tanto roma. 

Ignacio M. Larrazábal, en su ensayo Una Crítica al Positivismo por su Reduccionismo Epistemológico (2007)discute sobre la simplificación propia de la tradición moderna manifiesta en el positivismo, que a su vez es heredero del principio de parsimonia, lo denuncia como un paradigma en franco proceso de agotamiento por causa de la complejidad presente en la propia realidad: 

A lo largo de la historia humana puede observarse la constante oscilación entre diversas teorías científicas. Esto puede demostrarse por ejemplo, a partir de una reflexión sobre la evolución de las ideas filosóficas, desde fines de la Edad Media hasta la Actualidad. Este fenómeno no hace más que poner en relieve la inseguridad connatural del hombre, que genera la opción de soluciones simplistas y ´puras´, tales como el principio de Parsimonia o Navaja de Occam o el propio positivismo lógico, lo que culmina en muchos casos en una aproximación reduccionista a la realidad. 
El problema científico que plantea el reduccionismo epistemológico, es que éste, al desentenderse de la realidad existencial del hombre, es incapaz de darle respuestas satisfactorias para resolver los conflictos. 
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/720/72001607.pdf 

Esta crítica la comenzamos a visualizar en Nietzsche quien ya venía advirtiendo las debilidades del pensamiento moderno, en su texto La Gaya Ciencia, él sentencia, “El pensador suele considerar las cosas más sencillas de lo que son”, a su vez la crítica al modo moderno de pensar va trascendiendo por todo el siglo XX como movida por una marea que apunta principalmente en contra del método científico de René Descartes y toda la tradición positivista. En tanto que en pensadores del mundo filosófico como Karl Popper y Martín Heidegger, así como en físicos del talante de Einstein, Heisenberg y el nobel de química Illia Prigogine, por nombrar algunos, se va a consolidar la denuncia sobre la imposibilidad de dar una respuesta sólida a los asuntos de la ciencia utilizando el paradigma racional. Luego aparecerán los representantes del postmodernismo, tales como Derrida, Baudrillard, Lipovetsky, Foucault, entre otros, para los cuales la racionalidad moderna está de salida y con ella, todas sus lógicas y por ende sus formas de adquisición de conocimiento, términos como trandisciplinariedad, complejidad, incertidumbre y crisis, van a caracterizar el discurso de la crítica contemporánea, sustituyendo así el instrumental conceptual de la modernidad para el que la Navaja de Occam fue elemento de radical importancia. 
Sin embargo, es justo acotar que en el propio momento que vivimos, el discurso conocido como New Age, manifestado por ejemplo, en la crítica literaria, en poesía, en todas las manifestaciones artísticas, además, en el campo de las ciencias sociales, señala una tendencia hacia el minimalismo, luego de la rimbombancia del momento en que términos cómo transdisciplinariedad, multidisciplinariedad, transcomplejidad, apuntalaban el instrumental de conceptos puesto en boga por el discurso postmodernista, el propio postmodernismo vira hacia el minimalismo, hacia la sencillez y la respuesta expeditiva y diáfana sobre la interpretación de una realidad que de igual manera se reconoce compleja, lo que ha cambiado parece ser, las pretensiones de la ciencia por lograr verdades incontrovertibles, se apuesta por estudios que asuman de antemano las limitaciones de los métodos y con esto se conviene que toda mirada investigativa puesta sobre lo que llamamos “la realidad” quedará como un aporte al conocimiento en torno a ésta y no como la unívoca voz altiva y reduccionista del pretencioso modo de pensar de la modernidad más dura. 

Por vía de este minimalismo, el cual podemos visualizar y palpar bien asentado en la arquitectura, en la poética, en las artes decorativas, así como en toda una pléyade de manifestaciones culturales; es posible una recuperación de las ideas de Guillermo de Occam, las mismas que en el momento de ser creadas resultaron en una novedad polémica y difícil de comprender para sus contemporáneos, empero, con el tiempo se convirtieron en asideros sólidos para el pensamiento de la modernidad. Guillermo de Occam, filosofando a navajazos desde del siglo XIV, nos ha legado uno de los aportes de más significativa importancia no sólo para el mundo científico, sino para la manera en que conducimos con frecuencia nuestras elecciones de criterio, nuestra toma de decisiones y nuestro abordaje práctico de las realidades que nos acontecen. 

Para culminar, es preciso recordar que la idea occamiana de dividir lo relativo a la teología separándolo de la filosofía, influye directamente en la separación del Estado y la Iglesia que operaría en Europa y crearía el Estado Laico Secular como paradigma de organización jurídico político predominante en la modernidad, este modelo sigue manteniéndose en la mayoría de las repúblicas occidentales. Es bastante significativo que el ideario de este polémico filósofo siga siendo revisado y analizado en tiempos en que tal vez sería mejor tomarle la palabra al mismo Fray Guillermo de Occam quien nos habría dejado dicho: 

Es soberbia hacer con más lo que se puede hacer con menos. 



NOTAS. 

1- El Texto El Aro y la Trama del autor Alejandro Moreno Olmedo (CIP) ofrece una amplia y pormenorizada interpretación de las relaciones sociales y de orden jerárquico del mundo de vida medieval, al que sitúa con el término, Episteme Feudo-Aristocrática. 
2- Con el surgimiento de los Gremios el crecimiento de los Burgos, la pérdida de poder de los Señores Feudales, el Clero fue perdiendo su hegemonía política paulatinamente en Europa entre los siglos XV y XVIII, forzado a incluir reformas que dieran cabida a las nuevas clases sociales (la Burguesía) y a intentar mantener el poder y la autoridad por medio de instituciones contingenciales como La Inquisición, cuyo propósito último era intentar mantener un orden social, político e institucional que veía en franco deterioro por fuerza de la inercia histórica. Así bien, en el mundo académico no resultarían extraños los planteamientos radicales como los de Occam, ni tampoco el que fueran combatidos por las autoridades institucionales. 
3- “OCCAM Y SU NAVAJA. LA BELLEZA DE LA SENCILLEZ”, Ensayo dedicado exclusivamente a explicar el principio de Parsimonia de Occam, Ramón Núñez (autor) plantea la relación entre la idea occamiana y la apuesta estética minimalista. 
4- El propio acto de DESCARTAR está influido por el principio de parsimonia o Navaja de Occam, lo que puede significar que en las ideas de René Descartes, en el Método Científico, visto como redil de los actos de ciencia en la modernidad el principio occamiano esté bien presente. 
5- La expresión Caja de Herramientas está tomada a propósito de la forma como Michel Foucault nombra al conjunto de elementos conceptuales y dispositivos operacionales que residen dentro de un Discurso, en este caso al referirme a la Navaja de Occam como parte del instrumental conceptual de la modernidad, intento dar cuenta sobre la trascendencia e importancia de dicho principio dentro del orden civilizatorio moderno. 
6- La escena a la que se hace referencia aparece en el largometraje “The Simpsons The Movie” de los estudios Fox- 2007. 
7- La teoría celeste de Nicolás Copérnico, astrónomo más destacado del renacimiento, con la cual revoluciona la visión sobre el lugar del la Tierra en el cosmos y con esto genera un cambio de paradigma importantísimo, hace uso del principio de Parsimonia de Occam a fin de plantear la posibilidad de que sean la Tierra y los demás planetas los que orbitaban en torno al Sol y no de modo contrario, es decir, el Sol y los demás planetas en torno a la Tierra, como era la creencia hasta entonces. 
8- El término postmodernismo o postmodernidad designa generalmente un amplio número de movimientos artísticos, culturales, literarios y filosóficos del siglo XX, definidos en diverso grado y manera por su oposición o superación del moderno. En sociología en cambio, los términos postmoderno y postmodernización se refieren al proceso cultural observado en muchos países en las últimas dos décadas, identificado a principios de los 70, esta otra acepción de la palabra se explica bajo el término postmaterialismo. 
Las diferentes corrientes del movimiento postmoderno aparecieron durante la segunda mitad del siglo XX. Aunque se aplica a corrientes muy diversas, todas ellas comparten la idea de que el proyecto modernista fracasó en su intento de renovación radical de las formas tradicionales del arte y la cultura, el pensamiento y la vida social. 
Uno de los mayores problemas a la hora de tratar este tema resulta justamente en llegar a un concepto o definición precisa de lo que es la postmodernidad. La dificultad en esta tarea resulta de diversos factores, entre los cuales los principales inconvenientes son la actualidad, y por lo tanto la escasez e imprecisión de los datos a analizar. Como también la falta de un marco teórico válido para poder analizar extensivamente todos los hechos que se van dando a lo largo de este complejo proceso que se llama postmodernismo. Pero el principal obstáculo proviene justamente del mismo proceso que se quiere definir, porque es eso precisamente lo que falta en esta era: un sistema, una totalidad, un orden, una unidad, en definitiva coherencia. 
http://es.wikipedia.org/wiki/Postmodernidad 

9- El pensamiento de Morin, basado en la idea de las tres teorías, en la cual, argumenta que todavía estamos en un nivel prehistórico con respecto al espíritu humano y solo la Complejidad puede civilizar el conocimiento. 
En ella se puede adentrar en el desarrollo de la naturaleza humana multidimensional, la lógica generativa, dialéctica y arborescente, del cual cuando el universo es una mezcla de caos y orden; a partir del concepto y práctica de la Auto-eco-organización, el sujeto y el objeto son partes inseparables de la relación autorganizador-ecosistema. 
Además introduce en la ciencia, conceptos que estaban en pausa para aplicarlos a su pensamiento (aleatoriedad, información en el ambiente y sujeto con su creatividad) y ver los fenómenos integrados en el énfasis de las emergencias e interacciones y no en las sustancias. 
Pese a la similitud semántica no se puede considerar que sus ideas entronquen con la matemática de la complejidad. 
El pensamiento de Morin conduce a un modo de construcción que aborda el conocimiento como un proceso que es a la vez, biológico, cerebral, espiritual, lógico, lingüístico, cultural, social e histórico. La epistemología tradicional asume el conocimiento sólo desde el punto de vista cognitivo. Palabras claves: epistemología de la complejidad, conocimiento, educación, cultura, sociedad, pensamiento 
En la teoría del Pensamiento Complejo, ideada por Morin, se dice que la realidad se comprende y se explica desde todas las perspectivas posibles. Se entiende que un fenómeno específico puede ser analizado por medio de las más diversas áreas del conocimiento. "Entendimiento multidiciplinario" 
La realidad o los fenómenos se deben estudiar de forma compleja, ya que dividiéndolos en pequeñas partes para facilitar su estudio, se limita el campo de acción del conocimiento. Tanto la realidad como el pensamiento y el conocimiento son complejos y debido a esto, es preciso usar la complejidad para entender el mundo. 
Otro aspecto relevante, según el Pensamiento Complejo, es que el estudio de un fenómeno se puede hacer desde la dependencia de dos perspectivas: holística y reduccionista. La primera, se refiere a un estudio desde el todo o todomúltiple; y la segunda, a un estudio desde las partes. http://es.wikipedia.org/wiki/Postmodernidad 

REFERENCIAS. 

BIBLIOGRÁFICAS: 

LARRAZABAL, Ignacio. UNA CRÍTICA AL REDUCCIONISMO EN EL POSITIVISMO. 2007- Chía. Colombia. 
FERRATER M, José. DICCIONARIO DE FILOSOFÍA. 2002-Buenos Aires. 


ELECTRÓNICAS: 

http://diccionario.babylon.com 
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 
http://filosofia.idoneos.com/index.php/333907
http://digital.el-esceptico.org/leer.php?autor=393&id=1670&tema=11 
http://ciencia.astroseti.org/matematicas/articulo_3668_biografia_guillermo_ockham.htm 
http://www.tv.com/house/occams-razor/episode/349017/summary.htm 
http://redalyc.uaemex.mx/redalyc/pdf/720/72001607.pdf 
http://www.mywirw.com/a/Oxford-Companion-Philosophy/Ockham-William/ 
http://es.wikipedia.org/wiki/Postmodernidad

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