Se
pueden buscar formas de desacreditar a una persona, desenterrar errores de su pasado, inventar situaciones en
las que no ha participado, difamarlo y acusarlo de corrupto, exponer su
intimidad y calumniarlo e incluso se puede usar el poder para llevar a alguien preso.
Todo eso rinde sus efectos, sobre todo en lo inmediato, pues la gente,
generalmente proclive a creer en rumores y chismes, puede que se haga eco de
éstos; luego toca probar y demostrar lo
que se ha dicho sobre aquella persona, es ahí donde muchas campañas
difamatorias se caen solitas, se vuelven sal y agua.
Señalo
todo lo anterior precisamente, con ánimos de contrastarlo con lo que ocurre
cuando el descrédito es una consecuencia directa de las acciones de una misma
persona, cuando ésta por ejemplo, pregona y pide, se viva de una manera que resulta
diametralmente opuesta a la forma como él lleva propia su vida, por ejemplo, cuando se
pretense ser adalid de los oprimidos y se proclama con la vena del cuello brotada
a reventar que se es socialista, popular, defensor de los pobres, y solo con levantar
la mano emerge un Rolex que cuesta más o menos el salario de un año de un
trabajador , de un obrero. Mi rollo no es que alguien utilice la joya que le venga
en gana, el problema es que un servidor público está obligado a declarar de dónde
saca su dinero y por tanto de dónde proviene su fortuna y más allá de eso, la
contradicción moral que encierra el que se pida sacrificios al pueblo, que
acepte el que se le disuelva el ingreso en el corrosivo solvente de la
devaluación mientras se usa el poder para enjoyarse unas manos que poco saben de
trabajo y sí, mucho conocen de malversación.
Estoy
refiriéndome directamente a Nicolás Maduro, Presidente fraudulentamente
encargado y candidato electoral del un partido oficial que lleva un total de 15
años en el poder y muy pocos problemas resueltos, pero con nombrarlo a él estoy
nombrando a una oligarquía que está situada por encima de las leyes, de la ética, de las
instituciones, que se pagan y se dan el vuelto, que no trabajan y que se
enriquecen groseramente mientras dicen las ya insoportables consignas Castro/Marxistas con las que envuelven aun,
lamentablemente a muchos compatriotas.
Si
volvemos con el asunto del descrédito, nos encontraremos con una situación
digna de la ficción, la fábula bastante visitada en la literatura y el cine sobre
el tipo común que se gana el premio gordo, la lotería, la presidencia, el
mendigo que llega a ser rey, el nerd que enamora sin saber cómo a la chica más
bonita, viéndolo así, diríamos que es hasta justo que un tipo como Maduro pueda
ganar las elecciones, y es que se nota que a leguas que este sujeto no sabe en
la que se metió, no obstante sus excentricidades, lejos de dar risa, a mí lo
que me dan es miedo, ver que un señor diga en cadena que habla con pájaros, que
amenace con maldiciones, que cuando ve que la cosa no le rinde efecto diga que
él no es él sino otro y que en todo caso se tiene que ir a votar por ese otro
que de paso está muerto. Todo eso me resulta aterrador.
La
velocidad con la que Nicolás mete la pata supera a la de Evo, la de Bush y la
de su padre ornitológico, todos los días dice, no una, sino decenas de frases desacertadas,
incoherentes e indignas de alguien con tanto poder. Su descrédito corre por
cuenta propia cuando le cambia el nombre a los estados, cofunde las capitales,
equivoca los parajes, desdibuja la realidad y la rearma a su aun incalificable
modo, Maduro resulta ser peor que Chávez pues él es precisamente un tipo que se
pasó un poco de años aprendiéndose todas las barbaridades conceptuales que
Chávez profería, todos los sincretismos forzados con los que el otro nos expuso
a la vergüenza internacional.
De
todo esto qué surge? Un sujeto que mezcla santería, protestantismo, hinduismo y
catolicismo, habla del cielo y después de reencarnaciones en otras formas, hoy
son pájaros, mañana irá a decir que le hablan las estatuas, las piedras y hasta
que Chávez tomó la forma de un morrocoy. Surge un tipo que llega a lugares que
no puede ubicar en su mente porque no tiene referencias previas y por tanto
verbaliza lo que se le ocurre, mientras llena el tiempo en el que debe aparecer
ante la masa, la masa obligada, la masa manipulada y también la masa convencida,
porque sí tiene gente que cree que él es Chávez a veces, otras tantas será una
paraulata y algunas otras aparecerá en una arepa o en una lata de leche. Lo
único por lo que aun no proliferan las efigies de Chávez en arepas y empaques
lácteos es porque estos y otros tantos productos no se consiguen.
A
muchos de los que dicen que votarán por Maduro porque esa fue la orden ce
Chávez, no les importa que el señor diga “el estado Margarita”, “Los Esteros de
Camagüey” o “la península de Cúcuta”,
esas personas son las que suelen decir las barbaridades que le solíamos achacar
a Alicia Machado (Gracias a Nicolás, Alicia Machado ahora debe vivir feliz y
tranquila) y no es su culpa, tenemos uno de los peores sistemas educativos en
el mundo y cabe decir que la eficacia de la educación no se debe medir por el
número de cursantes en los planteles sino por la repercusión de lo educativo en
la vida diaria de las personas. Tenemos niveles en cuanto a la masificación de
nuestro sistema educativo que son falsificaciones burocráticas, en realidad,
las escuelas se están cayendo por dentro y por fuera, los maestros ganan una
miseria, los que tienen empleo, muchos otros, ni eso. Peor aún, el adefesio al que llaman Currículo Bolivariano
es un paquete de mentiras y patrañas ideológicas que está direccionado
precisamente a lograr que las masas no noten los desaciertos de los políticos,
ni siquiera les hagan ruido.
Nicolás
Maduro se desacredita a sí mismo cada vez que habla pero eso no lo ven todos,
otros por el contrario caen en el anzuelo de centrarse únicamente en ese punto,
mientras él anda diciendo que el Estado Bolívar es una isla, en la calle siguen
matando gente, los funcionarios siguen hundiendo el puñal del abuso en las costillas
de la población, los hospitales continúan su colapso sistemático y el desabastecimiento
quita más y más productos de la mesa de las familias, la impunidad crece, se
agiganta y nadie la detiene pues los más impunes se enroscan como ofidios en
torno al poder.
Nuestra
situación como sociedad empeora y va a empeorar todavía más si esta gente vuelve
a ganar. El llamado sigue siendo a los indiferentes, yo les he querido llamar cariñosamente “Parrilleros y Playeros” los que dicen que no votan porque ellos no son
políticos, los que se van de viaje y luego llegan diciendo que ellos ya sabían
que iba a ocurrir, si saben tanto, será que se les va a presentar una
premonición antes que venga un malandro a matarlos? Parrilleros y Playeros,
indiferentes todos, deberían hacer un partido político pues forman parte del
tercer grupo que siempre decide, pero mientras la flojera no se los permite,
por lo menos tengan la bondad y la misericordia de pararse temprano el domingo
14 de abril e ir a votar, les prometo, les juramos 6 millones y medio de
venezolanos que no se les va a caer un brazo, ni un dedo, ni nada, de hecho hasta
se van a sentir bien y útiles, tal vez su inmenso egoísmo se sienta fortalecido
si asumen que el cambio lo realizaron ustedes y es gracias a ustedes que el
país, esa cosa donde habitan, ese suelo que pisan y los parió, comienza de una
vez a mejorar.
POR
LO QUE MÁS QUIERAS VOTA!!!!
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