viernes, 27 de febrero de 2015

CIUDADANÍA ZOMBIE

Escena de film Guerra Mundial Z-2013



¿Qué es un zombie? Un muerto que puede caminar, tiene hambre, se desplaza y muerde.

Esa puede ser una despreocupada conceptualización para uno de los clichés mayormente frecuentados por el imaginario cinematográfico y televisivo contemporáneo. Cualquier fan de The Walking Dead me podrá recriminar que estos cadáveres ambulantes tienes decenas de características más y que merecen más respeto de mi parte.

No importa, diré que es eso, un muerto hambriento y ambulante. Hablar de zombies me sirve para desplazar la descripción hasta el modo de ejercitar la ciudadanía de nuestra población en los últimos años (Últimos 16 años, últimos 56 años, últimos 256 años…) Tampoco importa, si fuimos ciudadanos y lo dejamos de ser, si nunca lo fuimos, si hay un antes o un ahora en esta manera de deambular  por la historia, movidos por una necesidad de sobrevivencia; o ya que siendo zombies, tal vez se deba decir “sobremurencia”

Los venezolanos deambulamos buscando comida, enceres, medicinas, casas, transporte… nos tambaleamos con los brazos extendidos como pedigüeños a ver si nos dan justicia, equidad y paz. Pero vamos sin rumbo, sin objetivos. Vivimos en la contingencia y miramos a nuestros derechos cuales desechos conceptuales que no nos sirven y que son reflejos distorsionados de los que se viven en otras sociedades.

Un zombie no se interesa por el zombie de al lado; si cae, si lo matan, bueno, si lo rematan pues. A nosotros poco nos importan nuestros compatriotas muertos, nuestros estudiantes asesinados y torturados. Solo nos parece importar saciar los apetitos por lo mínimo, mendrugos por los que nos montamos unos sobre otros como en aquella escena de Guerra Mundial Z, donde unos muertos pisan las cabezas de otros muertos, escalándose hipnotizados por un hambre zombie que les lleva a treparse por un muro tras el cual está la comida (carne viva)

A los zombies les da igual quién los jode, los zombies no se organizan, no planean. Los zombies solo saben ser zombies y por eso siempre son vencidos en Holywood y aquí.

Socio-psicológicamente la figura del zombie simboliza la masa no pensante, la masa acrítica e irreflexiva que puede ser movilizada por los populismos más descarados, masas que pueden ser llevadas al abismo social y una vez en el borde de éste se les manipula, se les hace rogar, se les tortura, se les reprime, se les aniquila.

Creo que a ese nivel nos encontramos, nos pasan las balas por los lados y seguimos caminando con los brazos alzados y con el paso trémulo de los salidos de las tumbas de una sociedad que nunca fue.

¡Vamos pues! Zombimente, mientras matan chamos de 14 años y dicen que pertenecen a una secta. La Secta que manda y mata, nos mata como zombies poseídos de hambre y de más nada.

Illich

domingo, 22 de febrero de 2015

MITOS


Eterna brevedad de lo perfecto

Finitud del instante

El ser dejando su lugar

No siendo más

Evaporándose...



Illich

viernes, 20 de febrero de 2015

"SOLO ESTABA CUMPLIENDO ÓRDENES" Otra de esas frases...

"Solo estaba cumpliendo órdenes" Esa ha sido históricamente la excusa de muchos asesinos y torturadores cuando el poder que los ampara se quiebra y se ven atrapados, teniendo que rendir cuentas sobre sus maldades.

Así dijeron los nazis y los fascistas, los gendarmes de Pinochet, de Franco o de Milosevic cuando se les llevó a juicio "Yo solo era un funcionario y hacía lo que me mandaban" Pero en su momento, muy diligentes ellos, aplicaron corriente, cortaron gargantas, fusilaron niños, mujeres y ancianos, redujeron a hombres a los peores umbrales de la vergüenza, del dolor.


Ayer cuando vi sacar a Antonio Ledezma (Alcalde Metropolitano de Caracas) a empujones, también cuando leí el texto de Padrón sobre las torturas a los estudiantes, o cuando he tenido que correr de la policía por ejercer mi derecho a la protesta durante estos largos y ¡malparios! 16 años; me imaginé a esos funcionarios que hoy le ponen la bota en el rostro a toda una sociedad y como una horda de caníbales se llevaban al político, teniendo que responder algún día, ante alguna justicia, llevados ahora sí por el miedo a salir con la excusa “Es que yo solo cumplía órdenes”


Es obvio que no espero un acto de consciencia de uno de estos seres vivos que matan estudiantes cumpliendo órdenes, que arrastran por los cabellos a mujeres que bien podrían ser sus madres o sus hijas, que golpean en el suelo a un chamo hasta dejarlo exánime por los golpes ordenados por sus perversos jefes y perpetrados por sus inicuas extremidades de insectos venenosos y envenenados.

Y no son solo los que golpean los que “cumplen órdenes” Los funcionarios públicos, los que maltratan a la gente, trafican con comida, se reservan a discreción la asignación de casas, vehículos, créditos ¡Esos también dirán que cumplían órdenes! Dirán que no tienen la culpa, que nada de lo que hacen lo hacen por maldad.


Lo cierto es que cuanto más abusan más le toman el gusto al abuso y lo convierten en su práctica vital, su modus operandi de lacayos a sueldo, embarrados de traición con tal de mantener un precario status de poder. Son solo peones, son prescindibles, ellos lo saben por eso viven apurados y se esmeran en la adulación, adulan robando, golpeando, adulan matando.

Lo peor es que son tan desechables que cuando sus perversos jefes los desean quitar del medio los borran como si fueran lo que son, escoria.


Illich

jueves, 19 de febrero de 2015

Dios ha muerto» ("Gott ist tot") "La gaya ciencia" Aforismo 125 - “El hombre loco"




Para el debate; aquí está la fuente original de la tan polémica afirmación de ese pensador de ruptura que fue Nietzsche.


"¿No habéis oído hablar de ese hombre loco que, en pleno día, encendía una linterna y echaba a correr por la plaza pública, gritando sin cesar, “busco a Dios, busco a Dios”? Como allí había muchos que no creían en Dios, su grito provocó la ...hilaridad. “Qué, ¿se ha perdido Dios?”, decía uno. “¿Se ha perdido como un niño pequeño?”, preguntaba otro. “¿O es que está escondido? ¿Tiene miedo de nosotros? ¿Se ha embarcado? ¿Ha emigrado?”

Así gritaban y reían con gran confusión. El loco se precipitó en medio de ellos y los traspasó con la mirada: “¿Dónde se ha ido Dios? Yo os lo voy a decir”, les gritó. ¡Nosotros lo hemos matado, vosotros y yo! ¡Todos somos sus asesinos! Pero, ¿cómo hemos podido hacer eso? ¿Cómo hemos podido vaciar el mar? ¿Y quién nos ha dado la esponja para secar el horizonte? ¿Qué hemos hecho al separar esta tierra de la cadena de su sol? ¿Adónde se dirigen ahora sus movimientos? ¿Lejos de todos los soles? ¿No caemos incesantemente? ¿Hacia adelante, hacia atrás, de lado, de todos lados? ¿Hay aún un arriba y un abajo? ¿No vamos como errantes a través de una nada infinita? ¿No nos persigue el vacío con su aliento? ¿No hace más frío? ¿No veis oscurecer, cada vez más, cada vez más? ¿No es necesario encender linternas en pleno mediodía? ¿No oímos todavía el ruido de los sepultureros que entierran a Dios? ¿Nada olfateamos aún de la descomposición divina? ¡También los dioses se descomponen! ¡Dios ha muerto y nosotros somos quienes lo hemos matado! ¿Cómo nos consolaremos, nosotros, asesinos entre los asesinos? Lo que el mundo poseía de más sagrado y poderoso se ha desangrado bajo nuestro cuchillo. ¿Quién borrará de nosotros esa sangre? ¿Qué agua podrá purificarnos? ¿Qué expiaciones, qué juegos nos veremos forzados a inventar? ¿No es excesiva para nosotros la grandeza de este acto? ¿No estamos forzados a convertirnos en dioses, al menos para parecer dignos de los dioses? No hubo en el mundo acto más grandioso y las futuras generaciones serán, por este acto, parte de una historia más alta de lo que hasta el presente fue la historia.

Aquí calló el loco y miró de nuevo a sus oyentes; ellos también callaron y le contemplaron con extrañeza. Por último, arrojó al suelo la linterna, que se apagó y rompió en mil pedazos: “He llegado demasiado pronto, dijo. No es aún mi hora. Este gran acontecimiento está en camino, todavía no ha llegado a oídos de los hombres. Es necesario dar tiempo al relámpago y al trueno, es necesario dar tiempo a la luz de los astros, tiempo a las acciones, cuando ya han sido realizadas, para ser vistas y oídas. Este acto está más lejos de los hombres que el acto más distante; y, sin embargo, ellos lo han realizado.”



"La gaya ciencia" (Die fröhliche Wissenschaft)
Publicada en 1882
Aforismo 125
“El hombre loco”
Friedrich Nietzsche

TONADA DE LUNA LLENA, SIMON DÍAZ





A un año de su cabalgata hacia lo eterno,

hacia la leyenda infinnita

como las largas notas de la tonada,

tendidas sobre la sabana de sus anhelos.



Illich.

martes, 17 de febrero de 2015

RESUMEN DEL DÍA

Labios pintados de acuarela
Alas a punto de escapar
Punto de fuga y grietas en el sol.

Una mañana sin noticias
Sin sobresaltos previos
Sin claves de acceso.

Este acontecer cromático
miradas retardadas de un ojo a medio pestañear.

Sin oficinas
Ni el "símiamor" que dictan los manuales
Ni el "compermiso" de los suicidas
Ni el "yotellamo" de los amantes.

Illich.

jueves, 5 de febrero de 2015

ROMA, CAPITAL DE QUÉ..?



Ayer durante mi clase de Introducción a la Filosofía hice un inciso para hablar someramente sobre la Filosofía Helenística, no da tiempo durante el semestre para dedicarle mucho a este interesante momentum de la historia del pensamiento. Por eso, un vuelo rasante que afirmase algunos elementos sobre ciertas ideas de las que el mundo mediterráneo legó a la humanidad, pensaba yo, no estaría de más.

En medio del relato comencé a ver las caras de mis estudiantes con expresiones ausentes, como si nada de lo que les hablaba les significase alguna cosa. Hay que decir que el semestre ya se encuentra en su fase de culminación, que algo, pensé yo, les iba quedando de las clases previas, de las lecturas, de las evaluaciones.

Las miradas neutras, sin sorpresa; unas miradas que no te exigen ni siquiera que termines sino que están ahí mientras uno habla como la maestra de Charlie Brown (wawawa-wawawa) Sí, solo se puede decir que las miradas eran neutras, como un vehículo en neutro, encendido pero sin marcha.

Advertir esto me hizo detenerme y preguntarles ¿Saben de qué les estoy hablando? El Mar Mediterráneo, Alejandro Magno, la expansión de la cultura griega, el Imperio Romano, Roma…


¿Saben dónde queda Roma? ¿De cuál país es Roma hoy la capital?
Luego de un silencio de aproximadamente dos minutos, repregunté ¿Saben ustedes dónde queda Roma?


Mis estudiantes, en este caso de primer semestre tienen edades que oscilan entre los 17 y los 23 años, algunos tienen más edad pero ese debe ser el promedio. Son jóvenes cuya formación educativa ha transcurrido en este siglo XXI, el siglo del internet, de las redes sociales, el siglo de La Revolución…

Es obvio que el conocimiento y sus formas de adquisición han vivido cambios debido a los elementos presentes en las nuevas formas de socialización en tiempos de globalización. Ahora la gente lee menos, sin duda. Pero también es cierto que hay más posibilidades de información.

Pongámoslo sencillo, no sabes ni te importa qué diablos fue el Imperio Romano pero has visto alguna foto de El Coliseo, has mirado Spartacus en la tele o te vacilas los juegos de “El Calcio” los fines de semana. Le vas a “La Roma” porque admiras a Totti a quien también viste jugar en El Mundial representando a Italia. Serian simples analogías para algún joven de esta época que usa facebook, twitter, tiene tv por cable…

Entonces, si es sencillo conseguir información ¿Qué pasa que estos estudiantes no logran conectar cosas tan simples? Estaremos hablando entonces del sistema educativo que los ha formado desde el preescolar hasta llegar a la universidad, qué hace la propia universidad por ellos, qué pasará cuando se gradúen con esas falencias, esa poca capacidad de retener cosas sencillas, luego de por años haberse negado a la lectura. Me pregunto ¿Pueden leer? De manera interpretativa, tratando de hacer algo más que decodificar caracteres.

Estos chamos han sido formados por una escuela que asumió que hay que pasar de grado a todos los estudiantes para que no se traumaticen, porque reprobarlos es un acto discriminatorio. ¿Puede la carencia de apetito intelectual de los estudiantes ser una consecuencia, al menos parcial de esta forma de conducir el proceso educativo? Un sistema educativo que después es promocionado ante la UNESCO como altamente exitoso y de rendimientos record en índices de aprobación.

Sería simplista al extremo plantear que éste es el único factor que genera el fenómeno en cuestión. Hay otros, la calidad de los maestros, la descontextualización del estamento escolar en torno a otros elementos de la sociedad, la propia reticencia de la Escuela como institución a cambiar, a superar sus aspiraciones disciplinares, a incorporar nuevas/diversas formas de intercambio de saberes.

No obstante, con todos los problemas que presenta la Escuela como institución de La Modernidad, pudiera decirse que éstos alcanzan per sé para generar una situación tan grave como la que vivimos hoy en las aulas universitarias del país. En Venezuela tenemos un gobierno que lleva 16 años ejerciendo su “rol” de rector de la educación. Será que por esos 16 años La Revolución se ha empeñado, con excelentes resultados, en embrutecer a la juventud, en sembrar la idea de que conocer, aprender, tener aspiraciones intelectuales son cosas despreciables.

No trato de mal poner a mis estudiantes, también los hay brillantes, interesados, exigentes, esforzados, ambiciosos de saber cada vez más cosas. Pero lamentablemente estos son bastante escasos. Los mejor preparados se nos están yendo del país, otros ni siquiera piensan en la universidad o en estudiar educación. Para qué, para ir a un campo laboral donde lo único seguro es que el sueldo que devenguen sea el de el profesional peor pagado del país. Por estos tiempos el rollo de muchos jóvenes venezolanos se reduce a mantenerse vivos y con eso basta.

Aparentemente los venezolanos de Homo Sapiens, en algún momento de estos años de Revolución mutamos en “Homo Sobrevivientus”. Se nos va el tiempo en una carrera contra el hampa, tras unos ingresos mínimos, últimamente inmersos en colas por enseres de la dieta y el consumo básicos, sin opciones culturales, hundidos en una constante agitación política, amenazados, arrinconados, engañados. En medio de toda esa pléyade de circunstancias ¿Cómo le voy a pedir yo a unos chamos estudiantes de Educación que sepan dónde queda Roma? Cómo me atrevo…

El problema no es Roma, Paris o Nueva York. No se trata de mis complejos pequeño burgueses y mis anhelos eurocéntricos. Lo terrible es que si pregunto cuál es la capital de Yaracuy, tal vez como respuesta obtenga el mismo silencio. Quizás si pruebo a dibujar en la pizarra una boa que se ha tragado un elefante, seguramente me dirán que deje de estar pintando sombreritos.




Illich.