Resquicios estéticos rasgan el gris de una ciudad que se fuma a sí misma.
Volutas de pólvora quemada discordian con la brevedad de esos colores insurgentes...
Importa la temeridad de esa primavera arrinconda, atreviéndose a ir contra el mando plomizo de la urbe en su urgencia de tala y restricción.
Illich.
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