Sentí
ira, me dieron ganas de pegarle cuatro gritos, de decirle cualquier cosa y por
qué no, de darle un solo coñazo por payaso, jalabolas, indolente, enchufao,
arribista, títere, aprovechado, inmoral, entre otras cosas que le considero.
Incluso, simplemente por ser un representante del establishment corrupto que
ahoga al país y con éste a mí, a mi familia, los que conozco y a los que no,
pero veo hacer colas, morir a bala y padecer penurias todos los días. Tal vez
sea por considerarlo una labor inútil
con un sujeto así, no me provocó invitarle a un debate de altura, sobre
ideología, sociología política o historia socioeconómica contemporánea.
Ya hiperventilaba de la rabia cuando vi bien alrededor, me percaté que Roque no estaba solo, lo cuidaban tres gorilas, suficientemente grandes como para jugar de pivots en un equipo de básquet, suficientemente armados como para quitarle las ganas de decir nada a cualquiera, suficientemente mal encarados como para jugar de escoltas de un imbécil como el autor de “nuestra historia”
A
Roque nadie lo saludaba pero todos en la cola lo reconocían, la gente murmuraba
por lo bajo, los que atendían el negocio hicieron chistecitos sobre su persona.
Más allá hacia las mesas, nadie supo que él, el candidato a diputado por el
partido oficialista honraba el establecimiento con su chavista presencia.
Luego
de pensarme bien el hecho de armar un escándalo y decirle una sarta de cosas,
dejé de hiperventilar y de mirar de reojo a Urco, Maguila y Simiolón, tomé mi
tique y fui a por mi comida, afortunadamente Roque con sus guaruras se fueron
en dirección contraria.
Es
impresionante, es un tipo de presencia insignificante, de esos que jamás te
imaginarías emprendiendo una labor física como agarrar el transporte público en
hora pico, tampoco parece un cantautor bohemio, ni un artista. Pero todos esos
son prejuicios míos, dominados por una rabia social que lamentablemente se ha
apoderado de mi. Cualquiera pensará que es absurdo sentir de esa manera al ver
a un mequetrefe así, que tengo problemas, que debo ir a un psicólogo. Los
chavistas que lean esto dirán “Visteee, es un violento golpista y pitiyanqui
apátrida que no apoya al talento nacionaaaaaal”.
También
espero que alguien me entienda.
Llevamos
años viendo declaraciones, leyendo tweets y entrevistas de este sujeto, el
lugar común de sus afirmaciones, es el
descaro “Yo no hago colas porque la que hace mercado es mi mujer” dijo una vez.
Es un pelele, un mal actor, peor cantante, un terrible político. Pero quién
dijo que debe sobrar el talento para ser ministro, diputado o presidente del
chavismo…
Roque
es, como Nicolás, como Aristóbulo, el ministro de educación, el del interior o
cualquiera, una muestra más de que la mediocridad con plata y con poder puede
establecerse y mandar por años, 17 años incluso. Más aun, es hasta posible que
Roque gane como diputado por Aragua y nos represente en la Asamblea Nacional.
Lamentablemente y por experiencias previas ya se sabe que ese tipo de gente
inocua, foránea, mediocre y mal intencionada, en Venezuela, gracias a lo que
sea, a Tibisay y a los que no votan, puede ganar elecciones.
Roque,
nuestra historia es diferente, de pana que sí...
Illich.
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