miércoles, 11 de mayo de 2016

12:00 am - 5:00 am


La batalla de Queronéa fue la primera confrontación en la que el aún príncipe Alejandro dirigió el ala izquierda (o fue la derecha) de la caballería del ejército macedonio; dicha armada estaba a las órdenes de su padre, Filipo II.
Alejandro tendría solo 17 años, él junto al segmento de la caballería que le había sido confiada en mando, aguardaba ansioso la orden de lanzarse sobre el ejército de Tebas, el cual para el momento resistía eficazmente las embestidas de la infantería macedónica, cuya formación en cuña pretendía sin mucho éxito provocar una escisión de las fuerzas contrarias a fn de ser flanqueadas por ambas alas de la caballería.
De forma intempestiva, aunque aún no se le ordenaba atacar,el imprudente Alejandro cargó a toda velocidad sobre el flanco derecho del enemigo, fue tal la fuerza de la embestida que casi de inmediato logró el objetivo táctico de partir las fuerzas rivales en dos, su caballería rodeó el segmento en el que se encontraba el generalato de Tebas y los obligó a rendirse.
Entre tanto la tropa enemiga, aislada de sus mandos emprendió la huida por la planicie de Queronéa… En ese instante hicieron su aparición los ligeros aviones de armazón de madera alas de lona del Circo Volador, al mando del invico Manfred von Richthofen a quien mejor se conoce como el Barón Rojo.
Los diminutos aeroplanos comenzaron a perseguir a las fuerzas tebanas en estampida, asestando picaduras sobre los soldados que corrían para salvarse...Un momento, algo anda mal en esta historia; la batalla de Queronéa se libró en el 338 a.C. El Barón Rojo se hizo famoso en la Primera Guerra Mundial (1914-1918) Son casi dos milenios de diferencia entre la vida de Alejandro Magno y la del as de la aviación alemana.
En ese atragantado momento me percaté que había estado soñando, lo supe porque me desperté, me desperté porque no había luz, no había luz por causa del vil racionamiento con que nos castiga el gobierno, vi la hora y eran las 12;00...y dije Maduro @#!$ $# $%^#&$*!! Otra vez interrumpiéndome un sueño épico.
Maduro, Chávez, el gobierno, la revolución y su terrible costumbre de cortarnos los sueños.
¿Cómo se puede mezclar en un sueño las primeras aventuras bélicas de Alejandro con un ataque del brillante aviador y su escuadrón? Me pregunté.
En ese momento, un zumbido me dio la respuesta al sonarme en el oído, era un ligero artefacto, un letal aeroplano de combate asediándome, un zancudo.
Un ligero, agresivo, furtivo, ágil artefacto dañino, y otro, y otro más. El escuadrón de Patas Blancas aprovechaba la ventaja táctica de la oscuridad y la intemperie, me atacaban de forma inclemente y sistemática a mi que ya no podía ocultarme bajo las sábanas gracias al calor, ni tampoco huir como el ejército de Tebas. Yo solo podía lanzar manotazos imprecisos, inútiles, y claro, también podía, como de hecho lo hice, seguir mentándole la madre a Nicolás Maduro y su gobierno rompedor de sueños.

Illich.

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