viernes, 12 de enero de 2018

ELEGIR PASTA DE DIENTES ¿ELEGIR CÓMO VIVIR?

Pink Floyd-The Wall

Una vez alguien dijo que en la vida había decisiones más importantes que la de elegir pasta de dientes o champú, que tomar decisiones era un arte difícil el cual muchas veces nos tomaba de sorpresa, sin experiencia, débiles de conocimiento; y por tanto, era necesario contar con herramientas intelectuales que nos auxiliaran al momento de quedarnos accidentados en el cruce de caminos que es una decisión.

Bueno, en realidad, quien suele decir eso en sus primeras clases tanto de filosofía como de sociología soy yo, nadie importante, obviamente… No obstante, apropósito de las decisiones sencillas como la marca de dentífrico, el lugar dónde y con quién pasaremos el fin de semana, si comeremos pasta con carne o pollo frito, y así, algunas más trascendentes como qué carrera estudiaremos, nos casaremos o iremos de solteros por la vida, qué nombre le pondremos a nuestros hijos, uno compuesto como Chivirixaida o Albermantel José, o el de algún personaje literario, tal vez histórico, seremos de una u otra tendencia política; con relación a muchas de las elecciones para las que la vida nos plantea dilemas, siempre, repito, siempre necesitamos asideros de los cuales agarrarnos a fin de elegir lo que más nos conviene, y lo que es lo mismo, evitar aquello que más nos afectaría. Aun y cuando deba hacerse la salvedad de que siempre juega el azar, y que por más que seamos sesudos, las cosas pueden darse de maneras diversas con su devenir.
Pink Floyd-The Wall

Con todo esto quiero significar algo que aglutina varias de mis preocupaciones actuales, en primer lugar, la educación de nuestra sociedad, dentro de esa educación como problema, la educación política, y desprendido de ésta, la ciudadanía como concepto naufrago dentro de la trama de relaciones sociales de la actualidad en Venezuela.

¿Y qué tiene que ver la educación, su crisis, su fracaso con cuál crema dental se escoge?
Sencillo, una sociedad elige mal a sus gobernantes, los elige basándose en prejuicios, slogans, sentimentalismos, pálpitos, opiniones chamánicas, características folklóricas (tiene guáramo, es arrecho, habla bonito, es bien macho, etc.) y 18 años después, o antes, ya esa misma sociedad no puede elegir la crema dental, elige si se cepilla los dientes o no, ya no elige qué comer, ya no elige sobre dónde pasar el fin de semana, ya no elige qué estudiar, se lo impone un régimen totalitario, o no puede estudiar, o se tiene que ir del país, o ya no elige, simplemente YA NO ELIGE.

Las elecciones y evitaciones en la vida (en eso sí coinciden varios famosos de la Filosofía como Sócrates, Platón, Aristóteles, Epicuro, Kant, entre otros) son terreno para ser abordado desde el pensamiento y no desde las vísceras, mucho más allá de que la gente tenga creencias arraigadas, los actos electivos más importantes de la vida deben pensarse. ¿Qué trato de decir con esto? Pues que usted no debería renunciar a su empleo porque cree que el jefe le echó “maldeojo” en el café que compartieron en la mañana, o porque usted siente una energía pesada en la mirada de aquel jefe, esos no serían motivos válidos a no ser que todas sus decisiones estuviesen movidas por una estructura un tanto mágica de llevar a cabo sus acciones.

Alguien, que aun creyendo en el “maldeojo” tenga otras herramientas para decidir, pues, se cuida, bien, se protege, pero no deja su empleo, porque sabe que hay razones más importantes para conservarlo. Igual pasaría si por soñar con un número alguien va y se gasta todo lo que tiene en la lotería. Crees en los sueños, fantástico… pero no lo gastes todo por favor, así sientas que esta vez sí, que te vas a hacer multimillonario porque el fantasma de tu abuela te lo dijo en el sueño. ¿Cuando piensas las cosas eliminas todos los riesgos? Digamos que no, pero arriesgas menos en relación a lo que puedes perder y exiges algún tipo de garantías.

Dejando los ejemplos a un lado, vayamos al punto central del asunto. Por qué antes dije que todo esto va de una crisis en La Educación, y por qué esta crisis nos trajo a otra MACRO CRISIS donde cosas sencillas como elegir qué comer han dejado de ser algo inmanente a la vida de muchos para sustituirse por ejemplo en:
¿QUÉ ES LO QUE HAY QUE HACER PARA PODER COMER?
• Colas
• Pedir
• Robar
• Ir al pote de basura de algún establecimiento
• Especular
• Sobre pagar

Desde que comenzamos a VOTAR (acordemos, 1958 aunque antes hubo formas de sufragio) en Venezuela las élites políticas han estimulado en la masa el que se elija a sujetos que en lugar de ser, lo que deberían, es decir FUNCIONARIOS PÚBLICOS con más responsabilidades que derechos, sometidos a supervisión y con finitud en cuanto a su servicio al país, sean más bien una especie de SÚPER CAPATACES DE FUNDO, tipos imponentes, omnipotentes, imprescindibles, eternos (¿les suena?) intocables. En síntesis: CAUDILLOS.
Pink Floyd-The Wall

Para lograr tales fines ha sido necesario que las masas de votantes no piensen el voto, no piensen en lo que elijen, por el contrario, que vayan a las urnas a designar entre unos y otros superdotados para que éstos LOS MANDEN.
La máxima expresión de una votación movida por prejuicios, rencores, filias y fobias fue la de Chávez, fueron todas las de él. No que antes ese no haya sido el esquema estimulado y perseguido por quienes siempre han detentado el poder detrás del poder. ¿Y dónde ha residido el punto focal de que en Venezuela (y gran parte del mundo) se elija como se elige?

En la no educación política, en la ausencia de un sistema
educativo que forme ciudadanos, y en la imposibilidad de que la educación que tuvimos en el siglo XX y seguimos teniendo, con su obvio deterioro, intente, quiera y se plantee generar gente capaz intelectualmente. Nuestro cenit, en épocas del desarrollismo y la masificación, fue lograr una Educación Tecnificada, y a pesar de que nuestras universidades por tiempo fueron bastante competitivas, siempre carecimos de cupos suficientes, de campus en todo el país, de una inversión seria en el sector.

No obstante, es en la educación desde los primeros años, donde los vacíos de un sistema otrora productor de obreros, ahora productor de pobres, generan esas carencias culturales, intelectuales y al final de densidad mental en la mayoría de la población donde hoy, por no haber sabido elegir gobernantes, hemos perdido el derecho a elegir algo tan simple como la marca de la pasta de dientes. En recompensa a estos errores tenemos a un sujeto como Nicolás maduro en el poder (Adjetívelo usted mismo)

P.D: Si algún chavista pseudo intelectual lee esto hasta el final, no venga a decir que yo estoy abogando por el consumismo marquista del capitalismo. De eso no se trata señor estúpido, se trata de que la vida en ciudadanía, entre otras cosas, se basa en el derecho a elegir libremente los aspectos tanto de la vida pública y como privada. ¡SE TRATA DE ELECCIONES LIBRES!

Illich


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