Una vez alguien dijo que en la vida
había decisiones más importantes que la de elegir pasta de dientes o champú,
que tomar decisiones era un arte difícil el cual muchas veces nos tomaba de
sorpresa, sin experiencia, débiles de conocimiento; y por tanto, era necesario
contar con herramientas intelectuales que nos auxiliaran al momento de quedarnos
accidentados en el cruce de caminos que es una decisión.
Bueno, en realidad, quien suele
decir eso en sus primeras clases tanto de filosofía como de sociología soy yo,
nadie importante, obviamente… No obstante, apropósito de las decisiones
sencillas como la marca de dentífrico, el lugar dónde y con quién pasaremos el
fin de semana, si comeremos pasta con carne o pollo frito, y así, algunas más
trascendentes como qué carrera estudiaremos, nos casaremos o iremos de solteros
por la vida, qué nombre le pondremos a nuestros hijos, uno compuesto como
Chivirixaida o Albermantel José, o el de algún personaje literario, tal vez
histórico, seremos de una u otra tendencia política; con relación a muchas de
las elecciones para las que la vida nos plantea dilemas, siempre, repito,
siempre necesitamos asideros de los cuales agarrarnos a fin de elegir lo que
más nos conviene, y lo que es lo mismo, evitar aquello que más nos afectaría.
Aun y cuando deba hacerse la salvedad de que siempre juega el azar, y que por
más que seamos sesudos, las cosas pueden darse de maneras diversas con su
devenir.
Pink Floyd-The Wall |
Con todo esto quiero significar
algo que aglutina varias de mis preocupaciones actuales, en primer lugar, la
educación de nuestra sociedad, dentro de esa educación como problema, la
educación política, y desprendido de ésta, la ciudadanía como concepto naufrago
dentro de la trama de relaciones sociales de la actualidad en Venezuela.
¿Y qué tiene que ver la educación,
su crisis, su fracaso con cuál crema dental se escoge?
Sencillo, una sociedad elige mal a sus gobernantes, los elige basándose en prejuicios, slogans, sentimentalismos, pálpitos, opiniones chamánicas, características folklóricas (tiene guáramo, es arrecho, habla bonito, es bien macho, etc.) y 18 años después, o antes, ya esa misma sociedad no puede elegir la crema dental, elige si se cepilla los dientes o no, ya no elige qué comer, ya no elige sobre dónde pasar el fin de semana, ya no elige qué estudiar, se lo impone un régimen totalitario, o no puede estudiar, o se tiene que ir del país, o ya no elige, simplemente YA NO ELIGE.
Sencillo, una sociedad elige mal a sus gobernantes, los elige basándose en prejuicios, slogans, sentimentalismos, pálpitos, opiniones chamánicas, características folklóricas (tiene guáramo, es arrecho, habla bonito, es bien macho, etc.) y 18 años después, o antes, ya esa misma sociedad no puede elegir la crema dental, elige si se cepilla los dientes o no, ya no elige qué comer, ya no elige sobre dónde pasar el fin de semana, ya no elige qué estudiar, se lo impone un régimen totalitario, o no puede estudiar, o se tiene que ir del país, o ya no elige, simplemente YA NO ELIGE.
Las elecciones y evitaciones en la
vida (en eso sí coinciden varios famosos de la Filosofía como Sócrates, Platón,
Aristóteles, Epicuro, Kant, entre otros) son terreno para ser abordado desde el
pensamiento y no desde las vísceras, mucho más allá de que la gente tenga
creencias arraigadas, los actos electivos más importantes de la vida deben
pensarse. ¿Qué trato de decir con esto? Pues que usted no debería renunciar a
su empleo porque cree que el jefe le echó “maldeojo” en el café que
compartieron en la mañana, o porque usted siente una energía pesada en la
mirada de aquel jefe, esos no serían motivos válidos a no ser que todas sus
decisiones estuviesen movidas por una estructura un tanto mágica de llevar a
cabo sus acciones.
Alguien, que aun creyendo en el “maldeojo”
tenga otras herramientas para decidir, pues, se cuida, bien, se protege, pero
no deja su empleo, porque sabe que hay razones más importantes para
conservarlo. Igual pasaría si por soñar con un número alguien va y se gasta
todo lo que tiene en la lotería. Crees en los sueños, fantástico… pero no lo
gastes todo por favor, así sientas que esta vez sí, que te vas a hacer
multimillonario porque el fantasma de tu abuela te lo dijo en el sueño. ¿Cuando
piensas las cosas eliminas todos los riesgos? Digamos que no, pero arriesgas menos en relación a lo que puedes perder y
exiges algún tipo de garantías.
Dejando los ejemplos a un lado, vayamos al punto central del
asunto. Por qué antes dije que todo esto va de una crisis en La Educación, y
por qué esta crisis nos trajo a otra MACRO CRISIS donde cosas sencillas como
elegir qué comer han dejado de ser algo inmanente a la vida de muchos para
sustituirse por ejemplo en:
¿QUÉ ES LO QUE HAY QUE HACER PARA PODER COMER?
• Colas
• Pedir
• Robar
• Ir al pote de basura de algún establecimiento
• Especular
• Sobre pagar
¿QUÉ ES LO QUE HAY QUE HACER PARA PODER COMER?
• Colas
• Pedir
• Robar
• Ir al pote de basura de algún establecimiento
• Especular
• Sobre pagar
Desde que comenzamos a VOTAR
(acordemos, 1958 aunque antes hubo formas de sufragio) en Venezuela las élites
políticas han estimulado en la masa el que se elija a sujetos que en lugar de
ser, lo que deberían, es decir FUNCIONARIOS PÚBLICOS con más responsabilidades
que derechos, sometidos a supervisión y con finitud en cuanto a su servicio al
país, sean más bien una especie de SÚPER CAPATACES DE FUNDO, tipos imponentes,
omnipotentes, imprescindibles, eternos (¿les suena?) intocables. En síntesis: CAUDILLOS.
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Para lograr tales fines ha sido
necesario que las masas de votantes no piensen el voto, no piensen en lo que
elijen, por el contrario, que vayan a las urnas a designar entre unos y otros
superdotados para que éstos LOS MANDEN.
La máxima expresión de una votación
movida por prejuicios, rencores, filias y fobias fue la de Chávez, fueron todas
las de él. No que antes ese no haya sido el esquema estimulado y perseguido por
quienes siempre han detentado el poder detrás del poder. ¿Y dónde ha residido el
punto focal de que en Venezuela (y gran parte del mundo) se elija como se
elige?
En la no educación política, en la
ausencia de un sistema
educativo que forme ciudadanos, y en la imposibilidad de que la educación que tuvimos en el siglo XX y seguimos teniendo, con su obvio deterioro, intente, quiera y se plantee generar gente capaz intelectualmente. Nuestro cenit, en épocas del desarrollismo y la masificación, fue lograr una Educación Tecnificada, y a pesar de que nuestras universidades por tiempo fueron bastante competitivas, siempre carecimos de cupos suficientes, de campus en todo el país, de una inversión seria en el sector.
educativo que forme ciudadanos, y en la imposibilidad de que la educación que tuvimos en el siglo XX y seguimos teniendo, con su obvio deterioro, intente, quiera y se plantee generar gente capaz intelectualmente. Nuestro cenit, en épocas del desarrollismo y la masificación, fue lograr una Educación Tecnificada, y a pesar de que nuestras universidades por tiempo fueron bastante competitivas, siempre carecimos de cupos suficientes, de campus en todo el país, de una inversión seria en el sector.
No obstante, es en la educación
desde los primeros años, donde los vacíos de un sistema otrora productor de
obreros, ahora productor de pobres, generan esas carencias culturales,
intelectuales y al final de densidad mental en la mayoría de la población donde
hoy, por no haber sabido elegir gobernantes, hemos perdido el derecho a elegir
algo tan simple como la marca de la pasta de dientes. En recompensa a estos
errores tenemos a un sujeto como Nicolás maduro en el poder (Adjetívelo usted
mismo)
P.D: Si algún chavista pseudo
intelectual lee esto hasta el final, no venga a decir que yo estoy abogando por
el consumismo marquista del capitalismo. De eso no se trata señor estúpido, se
trata de que la vida en ciudadanía, entre otras cosas, se basa en el derecho a
elegir libremente los aspectos tanto de la vida pública y como privada. ¡SE
TRATA DE ELECCIONES LIBRES!
Illich
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