martes, 22 de noviembre de 2011

Acerca de Sofía y su mundo (Reflexiones sobre el Cine/Foro "El Mundo De Sofía" UPEL 18/11/11




Siempre he creído que la filosofía como la vida, parecen ambas una caja china, no más crees conocer algo y de inmediato ese algo abre una puerta hacia otra cosa, así pues, desandar un problema filosófico o de la cotidianidad, por serio que sea y por audaz que sea la respuesta que se consiga, inevitablemente nos sume en otro asunto, en otro problema, en otra nueva situación que nos reta a seguir explorando.


Si me exijo a mi mismo una metáfora que ilustre el cómo veo la filosofía, diría que es una de estas cajas chinas, de esas que guardan cajitas más y más pequeñas unas de las otras. O tal vez, la vida y el pensamiento actúen como una suerte de laberinto al revés, pues en vez de ser un lugar donde uno se va perdiendo cada vez más mientras más está dentro, sería uno en el que mientras más lo recorremos, más nos encontramos, más nos conocemos y a la vez nos asombramos por todo cuanto aprendemos.


Como dentro de una caja china de éstas que vengo mencionando encuentro a Sofía, el personaje principal del libro de Jostein Gaarder (1991) y del filme basado en dicha obra realizado por Erick Gustavson en 1997. Una chica a punto de cumplir sus 15 años, con los mismos rollos que podría tener una adolescente de casi todas partes, conflictos de identidad, de atención, emociones marcadas por su crecimiento, su familia. Una chama que asiste a un colegio, tiene amigos, intereses, cosas que le preocupan y otras que no le importan mucho. Así se nos va mostrando Sofía, tal como esos muchachos que están en tercero o cuarto año de bachillerato y que todos los días atendemos en los colegios. O quizás, por qué no, Sofía se parezca un poco a nosotros mismos cuando tuvimos esa edad.


Al principio, Sofía se hace preguntas, se interroga por cosas normales y corrientes, tal vez para estas preguntas sencillas de a diario, aparezcan también respuestas muy a la mano, de fácil manejo y comprensión, pero de pronto, aparece algo en ese buzón: Por cierto, un buzón muy simbólico, el cual parece haber sido puesto ahí por el autor muy a propósito para que recordemos que a veces la vida juega a mandarnos telegramas, señales difusas y que de cuando en cuando estamos lo suficientemente atentos para captarlas, aunque por lo general y por despistados, otras tantas veces les dejamos pasar sin percatarnos.


Esta vez, en el buzón de la casa de Sofía aparece una carta con la pregunta primera de la Filosofía ¿Quién soy yo?, luego, otra enorme pregunta estremece los sentidos de la joven, ¿De dónde viene el mundo? Y de ahí en más, a Sofía le seguirán llegando preguntas envueltas en sobres, para buscar respuestas en algún lugar de no sabe dónde, ni cuándo, ni por qué.


Es aquí donde puedo decir que Sofía pisa el laberinto, lo comienza a recorrer al tiempo que se recorre ella, se empieza a develar como saliendo de una tras otra cajita china, va transitando del mito al logos, de la fábula a la academia, de una pregunta hacia otra, de una respuesta a una nueva pregunta, de una época a otra y de un pensamiento hacia muchos nuevos y complejos modos de entender y lo que le acontece.



Con imágenes y diálogos que van intentando mostrar la trascendencia del pensamiento a través de la historia, la obra El Mundo de Sofía, va escudriñando, usando como vehículo, los ojos de esta adolescente, buena parte de los hitos fundamentales de la historia del pensamiento, desde presocráticos hasta modernos, pasando por la filosofía clásica, medieval, el humanismo renacentista, la ilustración, la modernidad.



Sofía se encuentra y vivencia las primeras formas que tuvieron las culturas de explicarse al mundo, conoce los mitos fundacionales y a los Jónicos que comenzaron a buscar un sentido empírico en torno a de dónde viene y cómo funciona el universo y de ahí en mucho más, asiste al juicio de Sócrates, se pierde en el viaje de unas aves por las que también se interroga, así cómo en su momento haría Da Vinci “¿Por qué vuelan las aves?” se pasea por un carnaval renacentista, escucha sobre Descartes y se cruza en las esquinas de ese laberinto que llamamos historia con pensadores que uno tras otro han marcado el devenir cultural de la humanidad a punta de hacerse preguntas y buscarles respuestas, tanto más imaginativas y profundas unas de las otras.


Mientras este viaje fantástico transcurre la vida de Sofía se mezcla con la de otras personas que le parecen a ratos reales y otras veces ficticias, transita entre las ideas de filósofos de todas las épocas, conoce sus vidas y se reencuentra con personajes de las fábulas que habitan en su mente desde su temprana infancia. Así pues, en ese bosque nórdico y penumbroso al que se fuga guiada por Alberto transfigurado perro, la joven roza con la mirada a los protagonistas de los cuentos de su niñez, que también son los personajes de las fábulas que nos contaron a todos. Sofía se enfrenta a elementos de una iconografía universalizada como ese búho que para tantos simboliza el saber, la sabiduría, su nombre mismo.


Todo esto la hace repetirse aquella pregunta una vez más ¿quién soy? Incluso, repregunta y exige una respuesta cuando encara a su maestro con la frase ¿contéstame Alberto, no somos reales?

Para al final, y como producto de ese auto conocerse, llegar a revelársele que ella misma es concepto, no materia, pues Sofía pertenece al mundo de las ideas que nos mostró Platón y por tanto es eterna, no transcurre, no envejece, no varía. Comprende entonces, no sin estupor, que todo su mundo es ese espejo líquido de la realidad en el que hundió sus dedos y que es al que se mira Hilde, su alter ego en la “vida real”, quien del otro lado se está haciendo las mismas preguntas que ella se ha formulado y que a fin de cuentas y de cuentos son las preguntas que nos tienen aquí en esta caja china, en este laberinto al que hemos querido nombrar Filo-Sofía.


“-Siento que hay alguien aquí
-tal vez Sofía y Alberto
-¿tú crees?
- los siento!”

El Mundo de Sofia (Sofies Verden)

miércoles, 19 de octubre de 2011

Rapto de Luna (continuación)


SECUESTRADA ESTUDIANTE DE LA UNIVERSIDAD AUTÓNOMA NACIONAL. Así encabezaba un ejemplar del diario que yacía sobre el escritorio del funcionario del Cuerpo de Investigaciones que formaba parte de la operación del rapto de Luna. Con el fin de rendirle cuentas a sus secuaces, él se mantenía al tanto de todos los movimientos del cuerpo detectivesco. Sin embargo, esto no había sido parte del acuerdo inicial, con el cual el funcionario a quién en la operación daban el mote de “Gian Pablo”, donde se exigía de éste, datos sobre los movimientos de Luna a cambio de 7% del monto del rescate, pero el agente, justificando en su avaricia en la importancia que revestía mantenerlos informados, había subido sus exigencias a 15% a fin de informar a los captores sobre las estrategias de sus colegas de otra profesión. La exigencia de alias “Gian Pablo”, como se podía prever, suscitó complicaciones con el resto de secuestradores los cuales discutían airadamente fuera del reducto donde confinaban a la joven.

Luna salió de su letargo debido a los gritos y “mentadas de madre” de la voz salivante y las palabras tanto menos airadas, como de alguien que lo tiene todo controlado, de la voz profesional, por un tiempo que no hubiese podido precisar, se había encontrado en una duermevela terrorífica, sobre su cuerpo caía un cansancio enorme, pero incluso esta fatiga era menor aun que el miedo que la embargaba, cada vez que sus ojos se cerraban la sobresaltaban las imágenes visuales y auditivas del momento de su rapto, revivía golpes, gritos, el asco de un inmediato recuerdo de esa voz asquerosa escupiéndole sus deseos maledicentes en el cuello, al oído, en su rostro.

Trataba de entender de qué iba la pelea de las voces, tal vez, pensó, se acercaba el momento de su liberación, sintió un apresurado alivió. Su padre, sus amigos, la familia de su novio habían conseguido el dinero y los captores, salvajes hampones, ahora peleaban como única forma de llegar a un acuerdo sobre la repartición del botín. De pronto pensó en algo acerca de lo cual no había tenido tiempo ni algo parecido a la serenidad para poderlo de imaginar si quiera, de cuánto dinero se trataba… esto disipó de su mente aquel prematuro entusiasmo, sabía que su padre tenía relativo éxito en sus negocios, pero no eran ricos, él siempre se quejaba de los giros del carro que le había regalado, de los impuestos, de los servicios, hasta se había visto obligado a reducir parte de su personal, entre los cuales se encontraba su asistente personal con quien había tenido una relación laboral de 12 años. Sin duda, no era un momento boyante para la economía de la familia Rodríguez Ganclini.

Luna no era una chama demasiado perdida en términos de sentido común, sabía perfectamente que sus padres no podrían reunir en poco tiempo un capital demasiado elevado, pensó entonces, no debía tratarse de mucho, o tal vez de esto precisamente se trataba la pelea de las voces, los plagiarios y su familia no alcanzaban aún algún tipo de acuerdo por su liberación, cuánto más estaría así, pensó, encerrada a merced de estos sujetos… súbitamente un miedo más se sumó a sus angustias…y si la cantidad era impagable? Quién sabe cuántas cosas pueden pasar por la mente de alguien sometido al encierro, a la incertidumbre, al vacío abismal de ignorar todo sobre su destino más inmediato.

Las laceraciones en las manos y la rodilla rasguñada ya no dolían, los latidos habían dejado de salirle por la boca, de alguna forma, aunque cueste creer que pueda ocurrir, Luna comenzaba a adaptarse al cautiverio, lloraba menos, o más bien ya no a gritos, no volvió a oír la voz salivante cerca de ella, en su lugar, sólo tenía contacto con la voz femenina de quien sólo alcanzaba a ver la silueta en la penumbra cuando la puerta se abría y la mujer le dejaba la comida, dos veces al día, se trataba principalmente de comida rápida, cosas como empanadas, arroz chino, perros calientes…“cómete eso carajita, anda, tranquila que todo va a salir bien” le decía la voz femenina cuando la veía hundida en el rincón, agazapada como un animalillo temeroso.

Por las veces en las cuales había recibido esos alimentos, Luna podía deducir que llevaba de cuatro a cinco días cautiva, a oscuras sentada y acostada en esa colchoneta a la cual se había mudado toda su vida desde aquel momento terrible, se cambiaba de lado cuando sentía inundada de lágrimas la parte donde recostaba su rostro, sabía que era de día porque sentía calor, sudaba, se fundían en su rostro las lágrimas y las gotas de sudor, también advertía más actividad de las tres voces en ciertos momentos, en otros, el silencio la aturdía y se cerraba la boca con las manos, tratando de atrapar el llanto, para que no la oyera la voz salivante y se sintiera con una razón para entrar a callarla, a abusar de ella.

ESTUDIANTES DE LA U.A.N EN VIGILIA POR LA PRONTA LIBERACIÓN DE LUNA RODRÍGUEZ, rezaba uno de los diarios de circulación regional el cual “Gian Pablo” compró en un kiosco, enrolló y puso debajo de su brazo de camino a su trabajo en la comandancia del cuerpo de Investigaciones, al llegar a su oficina recibió un mensaje de texto escrito con mala ortografía: “YAMANOS” con la excusa de salir por desayuno se ausentó, se dirigió a un puesto de alquiler de teléfonos y efectuó la llamada, sólo escuchó sin decir una palabra, colgó, pagó, improvisó un comentario intentando ser gracioso con el tipo del puesto de teléfonos y regresó a su oficina.

En el escondite donde guardaban a Luna cual mercancía, la voz profesional colgaba la llamada luego de dictar a “Gian Pablo” sus instrucciones. Luna pensaba en su madre, en su novio y amigos de la universidad, su madre estaría desesperada al igual que su papá, su novio, moviendo contactos gracias a las influencias de su familia. “Por qué a mí?” la pegunta volvía una y otra vez, aunque había sabido de secuestros de gente relativamente cercana, el tío de su mejor amiga, la hermana de una comadre de su mamá, el hijo de unos vecinos de la urbanización, Luna, como suele ocurrir, poco reparaba en que esta realidad pudiera volcarse sobre ella. Más le preocupaba que le fuesen a robar el vehículo, más pensaba en que le pudieran arrancar el celular o la cartera, y no era su culpa el hecho de no pensar en esto, pues, a pesar de los diarios reportes en la prensa, de saber sobre los familiares de conocidos en esa situación, a Luna le ocurría como nos puede pasar a todos, un bloqueo mental, habitaba en ella un dejo de indiferencia sin el cual muy pocos pudieran salir a la calle ni transcurrir por la vida por temor a estos peligros, a la muerte, tal vez sea eso mismo que nos hace impasibles ante estos eventos, hasta cuando efectivamente nos suceden y comenzamos a jugar el doble rol de protagonista y víctima a la misma vez.

Alias “Gian Pablo”, sudando copiosamente se acercó a la oficina del Sub-Comisario, temblaba, su camisa mostraba enormes marcas de sudor bajo las axilas, “tenía arepas”. El superior lo miró de arriba abajo como escaneándolo, “siéntate” le ordenó, el agente obedeció, “mi comisario, la gente dice que así no hay trato, que le van a dar chuleta a la chama y nos van a echar la paja con la prensa”, el superior se incorporó de su silla, prendió un cigarrillo a pesar del enorme cartel rojo y blanco que declaraba la oficina como espacio libre de humo, de inmediato le habló, calmado y en una voz muy baja, casi no le oyó pero le leyó muy bien los labios y las intenciones “tú sabes que no van a hacer eso, pa’ dónde van a coger?…aquí las cosas se hacen así, la mitad pa´ ustedes y la mitad pa’ mi, la chama viva y listo, perro a cagár!… porque si no, les meto la Brigada Especial y muerto to’ el mundo, me los echo al pico a todos, ustedes verán!”

Luna escuchó al la voz profesional gritándole airadamente a sus cómplices, jamás lo percibió así, esa no era la imagen que se había estado haciendo de él y esto le pareció como un momento de ruptura, algo importante, quizás algo grave estaba por suceder, sus sentidos se avivaron, volvió su corazón a agolpársele en la garganta, ella se incorporó y el miedo se levantó tras ella. Inmediatamente escuchó las respuestas de las otras voces, más insultos, gritos, el “clack” de las armas cuando las montan. Se abrió la puerta de un empujón, era la voz salivante, encapuchado, traía la venda consigo, los tie wraps, ésta vez no la acosó, simplemente la levantó del suelo, la amarró fuerte, se dolió en las muñecas, además ahora la amordazó, casi se ahogaba, al terminar de atarla la devolvió al piso con violencia extrema, Luna por instinto se arrastró hasta chocar con una pared, no sabía cual, no importaba.

Luna Verónica Rodríguez Ganclini, estudiante de ingeniería de la U.A.N está siendo trasladada en estos precisos momentos en ambulancia a un hospital cercano al sitio donde estaba retenida por sus captores, luego del intenso tiroteo que se produjo entre los plagiarios y funcionarios de La Brigada Especial del Cuerpo de Investigaciones quienes descubrieron el paradero de la joven y rodearon el lugar. Los presuntos secuestradores, sin mediar palabras con los funcionarios abrieron fuego, siendo repelidos por los agentes, el hecho arrojó el saldo de tres sujetos muertos, entre ellos una mujer, y lamentablemente, según fuentes extraoficiales, la joven Luna también resultó herida durante el incidente” reportaba la periodista de la fuente de sucesos de un canal de TV quien se trasladó al lugar poco después de advertir la gran movilización policial y de corroborar sus sospechas con una llamada a un contacto dentro del comando.

La ambulancia se abría paso entre el tráfico citadino, el conductor se esmeraba en adelantar vehículos, la sirena aturdía como si gritara la emergencia. Adentro, Luna era atendida por los paramédicos quienes intentaban, entre el bamboleo de la camilla, detener la sangre que brotaba copiosamente de sus dos heridas, una a la altura del abdomen, otra en un hombro.

Minutos antes, Luna comenzó a escuchar los disparos mientras estaba en un rincón de la habitación, se encogió sobre sí misma, gritando por auxilio se pegó como adherida a ese rincón donde fue instintivamente y como pudo a esconderse, el pandemónium de balas y alaridos duró la eternidad de 12 minutos pero ella jamás hubiese pensado que transcurrió menos de un siglo, un siglo de gritos, detonaciones y cosas que se quiebran, incluso ella se sintió quebrar cuando la traspasó una bala, la segunda no la alcanzó a sentir, ya estaba en shock. Cuando la levantaron del suelo Luna ya no era ella, era un ser en agonía.

El Sub-Comisario del Cuerpo de Investigaciones, en rueda de prensa, leyó el parte oficial “Hoy en una acción de inteligencia llevada a cabo por el Cuerpo de Investigaciones se logró dar con el paradero de la joven Luna Rodríguez, una vez en el lugar de los hechos, se intentó entablar negociaciones con los plagiarios, a fin de proteger la vida de la víctima, a lo que estos antisociales, sin mediar palabras, arremetieron con armas largas en contra nuestros funcionarios, los cuales se vieron obligados a responder el fuego, con el penoso desenlace de un agente fallecido y tres de los secuestradores abatidos, se desconoce si hubo más implicados pero nos mantenemos en las pesquisas. Por otra parte, la ciudadana en cuestión también quedó lesionada con dos heridas de bala, se presume que los plagiarios al verse arrinconados por la acción policial, arremetieron contra ella.”

La prensa adelantó versiones sobre el suceso, complementando el parte policial con informaciones filtradas de manera extraoficial. Se supo que la mujer, hoy occisa, la cual formaba parte del grupo delictivo, había sido una empleada de confianza del padre de Luna, fue despedida por éste y entabló un litigio laboral por, despido injustificado, honorarios profesionales y salarios caídos, por lo que se presume la presencia del elemento de la venganza. Los otros dos secuestradores estaban ligados al “crimen organizado” y ambos tenían amplio prontuario policial por múltiples delitos. Sobre el agente abatido se supo que se había hecho merecedor de un ascenso post mortem aunque sobre él, jamás se pudo conocer sus posibles nexos con los secuestradores, alias “Gian Pablo” murió por herida en la región intercostal izquierda con orificio de salida a la altura del cuello, mientras participaba de la operación de rescate. No obstante, sobre ese agente la información que todos terminaron manejando fue la de que éste había sido un héroe caído en cumplimiento de su deber.

A los 3 días de su ingreso a la terapia intensiva del centro hospitalario, luego de varias intervenciones quirúrgicas practicadas de emergencia, Luna Verónica Rodríguez Ganclini, joven de 22 años de edad, estudiante de ingeniería de una universidad pública dejó de existir a causa de los impactos de bala recibidos en la operación de su rescate.

lunes, 10 de octubre de 2011

Rapto de Luna


Momentos posteriores a su captura en aquel café donde fue a reencontrarse con una amiga de los tiempos de colegio, a quien había contactado por Facebook, Luna, que yacía postrada en la parte posterior de una camioneta de lujo, sólo podía escuchar voces entremezcladas de los no sabía cuántos tipos que iban en el vehículo y que discutían alterados, maldecían, llamaban por teléfono, le gritaban insultos, le golpeaban con un objeto metálico, presumía, era un cañón. Lo otro que podía sentir, era los latidos de su corazón, casi como precipitándose por su boca. De resto no le había dado tiempo de pensar nada, de sentir si quiera miedo de lo que le estaba ocurriendo y podía pasarle después.

Luna Verónica Rodríguez Ganclini, estudiante de ingeniería química en una universidad pública, 22 años, hija de un pequeño empresario, clase media alta y su esposa, quien tiene una tiendita de ropa en un centro comercial, novia del hijo de un médico traumatólogo, quien estudia en su misma universidad, los fines de semana va la playa de los surfistas, no es muy de ir a discotecas, a veces ayuda a su mamá en la tienda, maneja un “yaris” 2008 azul dos puertas…esa era la información que manejaban los “hampa” que se la llevaron del café de la avenida 33. El encargado de recabar la información a cambio del 7% de la “pega”(el dinero del rescate), si todo salía bien, era un agente del cuerpo de investigaciones, quien la había tenido fácil, pues toda la información la sacó del Facebook y del “pin” de la chica, a la cual le había pedido lo aceptara como contacto y la muy despreocupada, le había dado a “aceptar” manteniéndolo entre sus contactos con el nombre falso de Gian Pablo y una foto de chico “papiao” como de gimnasio, con la cual aparecía en el teléfono “montao” que el regordete funcionario tenía destinado para el “trabajo” en cuestión. La tomaron por los cabellos, poniéndola en pié a empujones, tumbando sillas y mesas.

La estridencia del momento fue feroz, disparos al aire y al suelo hicieron que todos en el lugar se echaran al piso o corrieran fuera del local.

Una vez llegados a algún sitio, la bajaron del vehículo en el cual la tasladaron e hicieron caminar, aun vendada y atada, hasta sentarla en una silla y amarrarla a ella, una voz se le acercó susurrante, salivosa y terrible “tu lo que estás es bien buena carajita” “deja la guevonada! Que ésta vale unos reales” gritó una segunda voz. Como si de pronto sus sentidos comenzaran a despertar, se escuchó llorando, pidiendo la soltaran, la interrumpió una voz calmada, con una serenidad profesional “Mira Luna, necesitamos que todo salga bien, sabemos todo sobre ti, tu familia, tu novio, tu papá y tus amigos, así que no inventes, si nos pagan lo que vamos a pedir, te soltamos sanita y salva, si se les ocurre inventar una vaina, te jodiste, así que colabora y todo va a salir bien.”

Luna reaccionó a las instrucciones con un gemido que de inmediato se tansformó en llanto, la voz profesional le tocó la cabeza, “cálmate, cálmate, necesito que te calmes pa´ que hables con tu papá"…No podía parar el llanto, lo cual exasperó a la voz salivante, “mira maldita!” la golpeó, “tú quieres llorar, ah!?...” Luna gritaba, la voz salivante amenazaba, la voz profesional callaba y una tercera voz, femenina, entró en escena, en esa escena oscura de voces y latidos emergiendo por su glotis, pánico sin rostro y sin salida. “cállate pana, deja que la chama respire, así no va a hablar con nadie” dijo la voz femenina, la tomó por los hombros, con algo parecido al afecto, pero no era afecto. “vamos chamita, vete calmando, respira hondo, para traerte agua y después llamamos a tu familia que seguro están esperando para oírte” Luna comenzó a obedecer a esta tercera voz, la mujer le dio a beber agua, la cual todavía sorbió con dificultad.

Luego de la llamada, luna fue dejada, aun vendada y atada en la habitación, sentada en la silla comenzó a llorar, un hilo de sangre corría por una de sus comisuras, la voz salivante le había abofeteado una vez más cuando entró a hurtadillas al cuarto donde la habían dejado y le pasó la lengua por el rostro, Luna torció su cabeza hasta más no poder queriendo apartarla de aquella voz morbosa, gritó y el sádico secuestrador al verse increpado por la voz profesional la maltrató en venganza. Ahora sola, aun a oscuras y enfrentada con sus pensamientos se interrogó a sí misma, se hizo la pregunta que seguramente todos nos hiciéramos si nos sucediese tamaña tragedia…"Dios! Por qué a mí?"

Hacía rato que dejó de escuchar las voces, también de llorar…por primea vez se descubrió sintiendo algo más que los latidos de su corazón como queriéndole salir por la boca, se percató de un dolor en las manos, una rodilla le ardía, también, en la cara sentía las secuelas del último bofetón que recibió del dueño de la voz salivante.

Ahí amarrada a la silla, inerte por obligación, suficientemente consternada como para no prestar demasiada atención a los dolores en sus muñecas, en el rostro y las piernas, Luna comenzó a hundirse en el silencio de lo que debía ser ya la noche, la última vez que supo la hora fue cuando se bajó de su carro cerca del café donde se encontraría con su amiga. Eran las cinco en punto de la tarde, ahora no tenía idea de cuánto tiempo habría transcurrido desde el momento en que empezó todo este infernal estado de cosas, sólo se imaginaba que ya sería de noche, se quedó dormida, tal vez la habían sedado. Una de las sensaciones más terribles que puede sorprender a una persona, ha de ser, despertar y no pode ver nada, salir del sueño y seguir cegado, no ver la luz.

Cuando Luna Verónica salió del letargo en el que el cansancio la había sumido, chocó con la ceguera impuesta por la venda, gritó desaforadamente, al poco tiempo, sintió abrir una puerta, le habló la voz femenina “chama, quieres ir al baño? Tienes hambre?...” “quiero ir al baño, quiero agua” respondió “quítame esta venda por favor, por lo que tú más quieras” imploró sollozante. La voz femenina, salió de la habitación, Luna continuó llorando, ahora muy quedo. Al poco tiempo entró alguien, sin demasiada delicadeza le quitó la venda y con una pinza picó los amarres de sus manos y pies, “te quedas tranquilita que nada te va a pasar si te portas bien” era la voz femenina. Sus ojos se acostumbraron pronto a la luz pues la habitación estaba en penumbras, pudo ver a la mujer, más no su rostro, usaba una capucha, un pasamontañas negro, también advirtió un arma en la su cintura, miró alrededor, era un cuarto vació sin ningún mueble a demás de la silla y una colchoneta tirada en un rincón.

La voz femenina, le pertenecía a una mujer alta, más alta que Luna, algo gorda, usaba un Jean y una blusa negra, le señaló el fondo de la habitación, ella supo que era el baño, entró y buscó el pomo de la puerta para encerrarse pero no había, la voz le dijo, “tranquila, ese no va a volver a entrar si te portas bien” Luna miró sus muñecas laceradas por la lucha en contra de los “Tie Wraps”, su boca estaba rota, sus ojos hinchadísimos. Al lavar su rostro esperó en vano despertar de aquel sueño bizarro pero no ocurrió nada, esta era la realidad, la que ahora le tocaba a ella. “Ahí tienes una hamburguesa y una Coca-Cola Luna, come anda” Luna creyó notar cierta familiaridad en la voz de la mujer, pero se limitó a responder “no tengo hambre” la voz femenina que ahora tenía un cuerpo visible le respondió como aconsejándole “es mejor que comas, ahí te la voy a dejar” salió y aseguró la puerta del cuarto por fuera, Luna escuchó el sonido como de un interruptor y de inmediato quedó sin luz, totalmente a oscuras otra vez, sólo que ahora no tenía venda en los ojos. A tientas llegó hasta la comida y luego fue gateando hasta la colchoneta donde se tumbó e intentó comer.

Dos mordiscos a la hamburguesa y casi toda la coca-cola, de inmediato Luna estaba intentando conseguir una salida, trataba de no hacer ruidos, la habitación tenía una ventana, sellada al punto de no dejar pasar luz de afuera, o tal vez era de noche, había una total confusión en sus sentidos de ubicación en el tiempo y el espacio, una sensación de ubicuidad terrible, de incertidumbre comenzaba a desplazar las imágenes y sensaciones del momento en que la capturaron, el baño también carecía de ventanas, no tenía más objetos que un rollo de papel higiénico y un espejo remachado a la pared. Luna volvió a la colchoneta.

Continua.

lunes, 18 de julio de 2011

Facundo Cabral...Maestro!


“Ernesto Sábato, hablando de Borges me dijo en el querido Buenos Aires, hay que desconfiar de los genios porque a veces se hacen los muertos” Facundo Cabral

Hoy no está Borges, ni Sábato, Benedetti, Mercedes Sosa, ni el propio Cabral. No están y a la vez siguen estando y miran desde fuera este túnel, este espejo puesto al revés en el que quedamos atrapados los que seguimos por estos predios y que ahora nos hacemos las peguntas de rigor, las que resurgen cada vez que arrancan de raíz la palabra de un poeta. ¿Por qué a Facundo? El que habla de paz, de primavera, de esperar a las ballenas en la Baja California, de sentarse frente al Cotopaxi principalmente en sábado…

Resulta pues, que las balas no leen poesía, ni quienes las detonan son de aquí, ni son de allá, son simplemente eslabones de la tenaz cadena del dolor, del compromiso firmado por el hombre de destruir las cosas que le halagan y empeñarse en las que le envilecen. Quien detonó las balas jamás escuchó el sonar de los ejes de aquella carreta del sur cargando versos proverbiales del trashumante juglar del río argento y del desierto vivo.

Muy epicúreo Cabral, quien en sí mismo es una invitación a los placeres reposados, al agasajo de las almas, al milagro de saborear una canción, tal como se prueba unos labios de mujer, como un paisaje pincelado en la palabra del cantor que él es, que son tantos y a la vez tan pocos. Cabral es un camino a la ataraxia. En su desmedro por la política habita una constante afirmación vital audible en el grito “es en vano que golpeen la puerta, estamos adentro” esa distancia por la política que también se puede ilustrar en esta alegoría “cuando un presidente le preguntó a mi madre, Sarah, qué puedo hacer por ti, ella se limitó a decirle, con que no me joda es suficiente” FC.

En Cabral se encuentran sin mayores complejos el vitalismo de Nietzsche y la palabra de los evangelios, el budismo de Borges y las estepas de Herman Hesse, tal vez por eso no faltó quien le llamara mitómano, yo prefiero llamarle cuentacuentos, un narrador de esas esquinas que son los teatros, por donde cada vez pasamos menos pues preferimos escondernos de las violencias diarias en tantas ciudades de la furia como la que dibujó Cerati, hoy hundido en su sueño de Odín a medio camino entre nosotros y Facundo.

“Nacemos para vivir, por eso el capital más importante que tenemos es el tiempo, es tan corto nuestro paso por este planeta que es una pésima idea no gozar cada paso y cada instante, con el favor de una mente que no tiene límites y un corazón que puede amar mucho más de lo que suponemos” F.C

Por sentencias como ésta, cuesta hablar de Facundo en clave de epitafio, ya lo dijo él, los genios juegan a morirse y así ocurre que de cuando en cuando nos vuelven a pasar por la mente a dejar una caricia de optimismo, el relato preciso, la copla justa y honda montada en aquella carreta cuyos ejes muy a propósito no quiso engrasar jamás, ya entendimos, no era por descuido, hoy sabemos que Facundo deseaba lo fuésemos oyendo venir, aun desde tan lejos…


Illich Sánchez

martes, 21 de junio de 2011

Maten al Genio, los demás no importan.


“La sociedad perdona a veces al criminal, pero no perdona nunca al soñador”
Oscar Wilde.


El manicomio, el exilio, el cepo, la cruz y la hoguera se cuentan entre los sitios predilectos donde en diversos momentos de la historia se ha acostumbrado mandar a los genios, cada época se ha encargado a su manera de subvalorar los talentos emergentes e incomprensibles de quienes sienten y crean cosas que no caben dentro de los muros del concepto de “normalidad” que habita en las mentes ralas de la masa, cuya reacción ante lo novedoso ha sido muy frecuentemente la de rechazo o la del poder político, que intuyendo las posibilidades revulsivas de estos seres avasallantes y sus ideas/acciones, les han dejado caer encima el peso de las instituciones coercitivas y sus tecnologías de expiación y castigo.

Así pues, a personajes como a Sócrates, a Jesús, a Giordano Bruno, Oscar Wilde, al propio Nietzsche, sólo por nombrar algunos entre numerosos casos a lo largo del tiempo, se les hizo víctimas de un poder que les temió porque los advertía peligrosos, pero a su vez, lo fueron de una masa que les mal entendió, les fue indiferente e incluso actuó como cómplice de sus verdugos.

Es recurrente que algunos de mis estudiantes me hagan esta pregunta ¿Por qué hay que tomar en serio la obra de un tipo como Augusto Comte, si éste se volvió loco? Cambiando el personaje, esa misma interrogación me la han formulado en base a Nietzsche, a la fotógrafa Diane Arbus, hasta de Diógenes de Sinope por poner en práctica su cinismo al mudarse a un tonel y vivir tal cual su prédica filosófica emulando a un perro.

Comentarios como “si esa mujer se suicidó y el suicidio es el peor pecado, ¿por qué hay que escribir un ensayo sobre ella?” me inquirió una vez un estudiante ofuscado luego de un Cine-Foro en el cual se presentó una película que lleva por nombre “Fur: An Imaginary Portaid of Dian Arbus” http://www.imdb.com/title/tt0422295/ donde se narra la historia de Arbus (Nicole Kidman) y un Lionel Sweeny, un personaje bizarro y ficcional afectado de hirsutismo (crecimiento acelerado del cabello) el cual es representado magistralmente por Robert Dawny Jr.

Lo llamativo de esto es que en el film no se hace ninguna referencia al suicidio de Arbus, no obstante mi estudiante insistía, porque leyó en algún lado sobre la vida y muerte de Arbus, en que era contraproducente leer o ver siquiera referencias a personajes que se volvieron “locos” y en su sinrazón pudieron producir algún tipo de manifestación bien lo fuese artística o intelectual (me pregunto, qué diría Primo Levi?).

Si se quiere, más desazón suelen reportar mis educandos cuando se enteran de los datos biográficos de autores a los que en el aula se hace referencia como puntales en el desarrollo de las ideas socio/filosóficas que ocupan los cursos que dictamos en la universidad.

El asunto con Marx es similar, “si ese señor dejó morir a los hijos”, o con el pintor Vincent van Gogh, “se flagelaba el mismo, hasta se cortó la oreja!”. El problema que plantea este llamado a la censura, supongo, es que se tiene la idea de que al ser un erudito, un destacado autor, artista o creador en cualquier área del mundo de lo sensible, también se debe ser un ejemplo de moralidad y buenas costumbres, que tener un comportamiento social enmarcado dentro de lo políticamente correcto es una referencia de credibilidad para la obra de cualquier personaje de estas características.

Antes que nada, deberíamos establecer algunas comparaciones antes de enjuiciar de nuevo a estos personajes, pues a diferencia de un sujeto cuya labor sea política (hablo de política en términos aristotélicos), me refiero a un alcalde, un presidente, un mandatario, un maestro, un policía, en fin, cualquier otro funcionario que trabaja con, por y para el público, un artista no trabaja directamente con la gente, puede que su obra llegue a tener repercusión en toda una sociedad o en la cultura universal, sin embargo, los aspectos relativos a su vida privada, es decir, sus tragedias, sus miserias, sus afectos y hasta sus perversiones según sea el caso, no son los elementos del legado que éste hereda a las futuras generaciones, que son incluso, las que casi siempre terminan por entender y apreciar su obra tal y como la pensó. A veces ni siquiera.

Pongamos el ejemplo de un personaje histórico cuyas acciones afectaron tangiblemente el tejido social de su momento. El Emperador Romano Calígula, tercer emperador de Roma quien estuvo en el poder desde el año 37 hasta su asesinato en el 41 después de Cristo, un joven traumatizado, vengativo y sanguinario cuyo ejercicio de poder destaca por su crueldad, incluso en el mundo-de-vida romano para el cual el umbral de tolerancia por los actos crueles era bastante dilatado. En su caso, Calígula que no tenía nada de genial por cierto, hizo un uso exacerbadamente inmoral de su poder como Emperador de Roma para violar, asesinar, agredir a placer a sus súbditos, incluso siendo éstos parte de patriciado romano, su crueldad fue la impronta de su paso por la historia.

Comparemos esto con el caso del pintor Vincent van Gogh (1853-1890) artista holandés, encasillado dentro del postimpresionismo, quien no fuera reconocido por su obra hasta luego de su muerte y cuya vida estuvo enmarcada en una relación de dependencia afectiva con su hermano Theo, quien costeó los gastos de su tormentosa vida, de van Gogh se destaca el episodio de mutilación de su apéndice auditivo, incluso tal acto le da nombre a un reconocido grupo musical español. A qué punto pretendo llegar con esta dispar comparación ente el pintor de los Países Bajos y el psicótico emperador romano, pues bien, ¿a quién más que a él mismo y a su entorno más íntimo pudo hacerle daño van Gogh con sus desafueros y manías? A diferencia de Calígula o de cualquier otro jerarca cuya gestión es pública, el artista está trabajando para sí y si su obra repercute en el ámbito social, pues que sea su obra y no los hechos de su vida los que afecten el escrutinio que haga la mayoría sobre ésta.

Con los filósofos la cosa puede tomar otro camino y sin embargo llegar al mismo sitio. Casos como el de Sócrates (470-399), llevado a la muerte por ingestión de una infusión a base de la planta llamada Cicuta, por cargos como “corromper a la juventud” y “blasfemar en contra de los dioses” o el de Giordano Bruno (1548-1600) llevado a la hoguera también por blasfemo, terco y herético, muestran como quienes manejan el poder pueden quitar de en medio a un personaje incómodo cuando éste cruza la línea de lo que se debe pensar/decir, hay que sumar a esto el hecho de que en sus épocas respectivas, éstos pensadores fueron enjuiciados en público y abochornados ante la mayoría que vitoreaba la decisión de las autoridades. Cosa similar a la que ocurriera con Jesús de Nazaret según se lee en los evangelios. El sometimiento de una persona al escarnio público, solo se puede producir cuando en el imaginario social hay consonancia entre la acusación que se le imputa y lo que la mayoría asume que es lo bueno y lo malo.

Ejemplos abundan, de situaciones en las cuales personas cuyas ideas resultaban demasiado incómodas para las jerarquías, bien lo fueran políticas, académicas, eclesiásticas o simplemente, inconsecuentes con el “pensar colectivo” fueron defenestrados de sus status, cargos, arruinado su prestigio y de hecho, algunos pagaron con sus vidas a causa de su dificultad para encajar en los usos corrientes de la sociedad a la que pertenecieron. El caso de Oscar Wilde (1854-1900) Excelso escritor, quien por tener una conducta sexual inapropiada para su momento, no porque dicha conducta fuese poco frecuente en los recovecos “under ground” de las cortes europeas, sino por tener tal vez el desatino de mostrarse en plenitud de una libertad que no era tal, fue sometido a la venganza de un sistema jurídico que le tomó como chivo expiatorio y lo redujo a la ignominia, al presidio y al despojo. Aquí cabe parafrasear a Foucault apuntando que los sistemas políticos de vez en cuando deben desatar su ira sobre una persona por hacer aquello que todos hacen y a la vez callan.

Finalmente está Friedrich Nietzsche (1844-1900) quién fue atacado y despojado de sus méritos académicos y cargo de catedrático universitario por apuntar ideas que contravenían lo que hasta el momento era acuerdo común sobre el pensamiento griego, resulta irónico el que a Nietzsche se le tachara por haber dicho entre otras cosas que Sócrates es en fin, el artífice de la destrucción de los valores de la aristocracia griega, sin embargo, fuese ésta una tesis equivocada o no, como intentó desdecir Wilamowitz en su momento, la pregunta es, ¿qué hace que se decida expulsar a un pensador a causa de lo polémico que pueda ser su pensamiento? Me atrevo a adelantar que se trata de un una tendencia conservativa de las instituciones sociales en contra de ideas que puedan resultar en movimientos tectónicos que afecten las ideas dominantes y resulten en su resquebrajamiento, ese miedo natural que le tenemos al cambio, quizás?

Ya sobre ese particular el propio Nietzsche apuntaba “El individuo ha luchado siempre para no ser absorbido por la tribu. Si lo intentas, a menudo estarás solo, y a veces asustado. Pero ningún precio es demasiado alto por el privilegio de ser uno mismo.” Él siguió siendo él mismo, pura dinamita o puro músculo* como recién le leí a un cercano amigo a la distancia, a pesar del ostracismo al que fue sometido.


Sin duda, la genialidad históricamente ha pagado un alto precio cada vez que se intentó mostrar ante los ojos de la multitud, pues no son escasas las veces que vio censurar o menospreciar la obra de alguien de acuerdo a los hechos oscuros que pudiesen haber acaecido en su vida o si por no entenderles, como también suele ocurrir, se les censura a priori como ocurrió con Nietzsche. Sin embargo, más terrible aun es cuando se asume como elemento para descalificar a un artista y su obra, el hecho de haber terminado sus días sumido en el delirio, como fue su caso y con esto se le intenta volver a condenar, invitando a no tomarle en serio, aunque quién sea que diga esto no se atreva a poner si quiera un pie en los dominios del “mediodía de Zaratustra”, por suerte a este genio poco debe importarle un pensamiento esclavo como el de la mayoría, aun si este pensamiento lo condena al exilio o al cadalso.

Cuando se delinea el ideal de un hombre y de su obra, es cuando se le critica más violentamente” Friedrich Nietzsche

los grandes espíritus siempre han encontrado una violenta oposición de parte de las mentes mediocres” Albert Einstein

Illich Sánchez

*El Músculo de Nietzsche por: Luis Diego Fernández
http://ldfloungue.blogspot.com/

viernes, 13 de mayo de 2011

Tostón El Oráculo Indigente.


Entre los intersticios de la urbe se viven eventos que no llegan a historias porque nadie los cuenta, quedan en el anonimato etéreo de vidas que pasan las noches con un ojo abierto y otro cerrado, en la duermevela de los acechados por peligros insomnes y otras fantasmagorías del tipo de las que deambulan pegadas a las paredes y se agazapan en los sótanos húmedos de los edificios, esperando el día siguiente.

En una de esas ciudades chantajistas, de las que por el día reclaman atención en vidrieras, en cafés de esquina y avenidas atragantadas de vehículos y por la noche cobran con vidas su dote de meretriz del alto standing, casi/no/vivía Tostón. Un “recojelatas” más, uno que alguna vez fue alguien, a quien la ciudad se había encargado de lavarle el nombre y quitárselo de encima, al tiempo que le vestía de mugre, de jirones grisáceos y de una nueva identidad pública. Con un mote hecho nombre y ya casi una leyenda urbana sobre sus espaldas, Tostón tenía una particularidad, se creía de él que era un Oráculo infalible. Entre murmullos casi ininteligibles, el inmundo mendigo enunciaba profecías sobre cosas que sus voces internas le susurraban. Entre la gente de su gremio era famoso por haber predicho cuando un indigente iba a ser atropellado por un carro o cuando otro sería golpeado por drogadictos cabezas rapadas en sus frecuentes orgías de violencia noctámbula.

Una vez Tostón quedó fijo mirando a los ojos secos de una mujer invidente la cual pedía dinero frente a un banco, la mujer no percibió nada hasta que este le habló cerca del oído diciendo “QUÍTATE DE ENFRENTE DE LOS TIROS” pero, para dónde se iba a mover, la invidente siguió su acción mendicante por dos horas más hasta que una ráfaga de ametralladora le cruzó el pecho. Al día siguiente apareció en las noticias reseñado el asalto a un banco, con el saldo de una delincuente capturada herida y luego muerta en su traslado al hospital, la acusaron de cómplice del robo y la prensa decidió creer esa versión.

Sin embargo, las predicciones de Tostón no solamente comprendían tragedias, el dependiente de un kiosco de periódicos solía contarle a toda su clientela que aquel indigente tenía poderes. "Una vez, así contaba el kiosquero, cierta dama estaba comprando un Kino, el loco Tostón se acercó a mi kiosco y tomó otro, antes que yo lo espantara se lo dio en la mano a la señora diciendo “ESTE ES”, ella dudó un poco pero se quedó con el boleto, ¡cuál es mi sorpresa! a la semana volvió la señora diciendo que había pegado 14 números, dejó un regalo para mi y preguntó por Tostón, al que le había comprado un pollo asado…"

La rutina de Tostón era circular, cíclica como la de muchos indigentes un tanto extraviados de razón, consistía en ir de aquí para allá, buscar mendrugos, tomar cosas de un lado y dejarlas en otro, perseguir niños de la calle quienes de vez en cuando le gastaban bromas pesadas, ese tipo de cosas. Solía dormir aproximadamente cuatro o cinco horas cubierto con cartones y periódicos en un escondite que se había procurado en un estacionamiento cuyo vigilante nocturno lo dejaba quedarse desde un día en que Tostón le dijo un dato de lotería. Aunque aquel hecho afortunado no había vuelto a ocurrir, el vigilante le tenía simpatía al mendigo quien llegaba con relativa puntualidad rondando las 11:00 pm y se arrumaba bajo el promontorio de cartones hasta hacerse imperceptible.

Tostón tenía un perro, lo llamaba Diógenes y lo tenía desde que un día lo escuchó llorar en un cesto de basura, al escuchar los chillidos bajitos se acercó, removió algunos papeles y ahí estaba un diminuto cachorro amarillo, un "cacri", con manchas color café, los ojos hermosos y grandes de un azabache lloroso, famélico hasta casi la muerte por inanición. El indigente lo tomó con una delicadeza impresionante, como quien carga un niño neonatal y lo llevó consigo. Por una semana dejó de alimentarse, si se le puede llamar alimentación a lo que arroja un mendigo en su estómago, para dar de comer al perrito, incluso llegó a robarse un frasco de vitaminas de una tienda de mascotas y se las suministró de forma solícita. Desde la primera noche que compartió con el cachorro lo acomodó junto a él en su lecho de cartones para dormir, desde ahí en adelante nació un sólido vínculo entre ambos.

Una madrugada a las 3:00 am como era común en él despertar para salir a caminar la ciudad, a esa hora la urbe es aun territorio de chulos y prostitutas, Tostón advirtió que tenía una hoja de periódico cubriéndole su cara, la quitó y en lugar de echarla a un lado como de costumbre, la metió en el único bolsillo sin hueco que quedaba entre sus harapos, cuando aclaró el día la sacó y pudo leer un titular (porque sin recordar cómo, él sabía leer)la noticia hablaba sobre un hombre que estaba perdido en una montaña y de su rescate, su nombre era Diógenes, Tostón miró la foto, en ella aparecía un montañista muy delgado, volvió la mirada hacia el perro y le dijo Diógenes, a lo que el can respondió satisfecho moviendo la cola y lamiendo sus manos. De seguido el hombre dijo, vamos Diógenes y siguieron su marcha.

Las cosas comenzaron a cambiar un día que a Tostón le dio por meterse en una manifestación de protesta, él no sabía por qué protestaban, no importaba, sólo se sumó y junto a él, Diógenes. La gente gritaba consignas, arengaba y ellos, perro y mendigo caminaban en el sentido que todos lo hacían. De pronto todos se detuvieron, una columna de la policía hizo frente a la marcha, los agentes, apertrechados en exceso, como de costumbre, trancaron el paso a la protesta y amenazaban con arremeter. El oficial de turno estaba a punto de dar la orden de atacar cuando de entre la multitud, Tostón rompió la primea fila y caminó con Diógenes directo hasta su persona, quien estaba custodiado por dos de sus agentes, llegó hasta dos metros del jefe policial y este le gritó “Quítate loco el coño!” Tostón simplemente le miró fijo y dijo “TU HIJO Y TU HERMANA MENOR ESTÁN EN LA MARCHA”, el tombo se timbró, ordenó a los escoltas, echaran a un lado al recojelatas y estos procedieron, un pastor alemán de peso completo emprendió contra Diógenes, este se le enfrentó al perro germano y los pacos empujaron a Tostón con el esperable exceso en el uso de la fuerza disuasiva. Los manifestantes lo ayudaron a incorporarse, las cosas se caldeaban y el oficial llamaba por teléfono, un distinguido de la policía le preguntó con premura al jefe “¿¡le damos con todo a estos payasos mi comandante!?” y el oficial respondió “¡¡NO!! Mantengan sus posiciones hasta que venga el Alcalde”, mientras entre dientes se le podía oír maldecir.

Las cosas se calmaron tensamente, la gente que vio la valiente acción del indigente, le aplaudió sin entender qué cosa había dicho al policía, las cámaras de algunos medios de comunicación captaron la escena y de pronto Tostón era la curiosidad del noticiero vespertino.

“¿Quién es este personaje?” comenzaba diciendo la periodista que anunciaba el noticiero, “¿qué le dijo al oficial, como para detener la acción de fuerza en contra de la marcha?” “Salimos a la calle a peguntarle a la gente” en el centro de la ciudad muchos de los entrevistados sabían quién era Tostón, decían “sí, ese es un loco tranquilo, se la pasa por aquí y por allá” una señora mencionó algo sobre el poder de adivinación del indigente, pero los detalles más precisos los dio el Kiosquero “sí, ese hasta se ganó un pollo asado con todo y hallaquitas, una vez que le dio el kino ganador a una señora, el tipo del estacionamiento siempre gana en la lotería gracias a él (exageró); se llama Tostón y es adivino…”

Tostón y Diógenes compartían media hamburguesa, desperdiciada por un niño que solo quería el juguetico, sentados en la puerta de un Mc Donalds, cuando de pronto llegaron los medios, cuatro periodistas, con respectivos camarógrafos y su enorme aparataje, todos se le encimaron, Diógenes se puso a la defensiva pero Tostón lo calmó, les miró estoico, impávido, de inmediato se puso a ver su reflejo en los lentes de las cámaras y dejaba pasar las preguntas de los reporteros de un lado a otro de su cabeza como si vinieran dichas en una lengua que él no comprendía. Una periodista no podía aguantar la humillación de tener que entrevistar a un recojelatas, volteaba la cara evitando el olor del binomio perro e indigente, los cuales parecían más interesados en los aparatos de filmación que en las personas. Otra periodista, un poco más arrojada le dijo “hola señor Tostón, los televidentes quieren saber si usted está de acuerdo con las luchas de la oposición y qué fue lo que le dijo al oficial en la marcha?” Tostón la miró fijamente y le dijo estas palabras “JEFA DE PRENSA” luego volteó hacia la que le miraba con asco y dijo “DESPEDIDA”, Diógenes asintió la predicción con un ladrido. Luego Tostón se dirigió a una cámara que transmitía en vivo y directo y dejó salir “DERRUMBE”…

Esa noche, gracias al sensacionalismo televisivo, Tostón era un personaje famoso, tal vez por ese día y ya, pronto pasaría al olvido como suele ocurrir con muchas cosas las cuales se usan y se gastan de tanto usarlas, así también pasa con las noticias de política o farándula, se habla de algo hoy y mañana, para luego ser sustituido por otros titulares, entonces se esfuma el tema. Literalmente, se esfuma…

El vigilante del estacionamiento recibió a Tostón con un perro caliente y una gaseosa “aquí está el héroe del día, mi pana el Tostón jejeje… te vi en televisión! En 4 canales brother, mira; te compré cena y todo, siéntate ahí” el mendigo partió el hotdog en dos y puso una mitad en el suelo para Diógenes que la tragó de un bocado, con el refresco hizo lo propio, dejó caer porciones en el suelo para que el cánido lo lamiera. Acto seguido, miró a los ojos de su benefactor y dejó salir su predicción “SERÁS PADRE OTRA VEZ”. Luego, Junto a Diógenes, el Oráculo se fue a dormir a sus cartones.

Los damnificados hacían cola por comida en el refugio, reclamaban atención de las autoridades, llegaba la prensa, funcionarios iban y venían, el caos al que acostumbran las tragedias… sin embargo, en el programa de la mañana de uno de los canales de Tv. más importantes, el astrólogo de turno hablaba con docta propiedad del fenómeno del recojelatas encantado que había predicho la tragedia, al tiempo que atribuía su don délfico a la alineación de ciertos planetas y a la pureza del alma del indigente.


Cuando Tostón revisaba los cestos de basura buscando algo de comida, notó como en torno suyo se arremolinaban personas, le preguntaban cosas, Diógenes ladraba y gruñía, él, sorprendido y aturdido buscaba un orificio para escapar pero la gente se le abalanzó. Una señora le preguntaba si iba a conseguir su casa, un joven quería saber a cerca de los caballos que ganarían en el 5 y 6 y una muchacha le preguntaba cuándo se iba a hacer las “tetas”. La bulla se hizo insoportable para el ahora vuelto famoso Tostón, así que se desesperó, cargó a su perro y salió corriendo a empellones entre la multitud, corrió como loco, como lo que era, y la gente atrás, una patrulla de la policía y las unidades móviles de los canales y los periódicos seguían a la turba, el señor del kiosco vio pasar al mendigo corriendo, luego al cortejo y pensó en voz alta “coño, pobre loco!”

Lo bueno de ser indigente, pensarán ellos, es que se llega a conocer la ciudad subterránea, se podría decir, la sub ciudad, un inframundo de pasadizos y rutas alternas que solo los “homless” y los gatos conocen a la perfección. Tostón tomó uno de estos atajos y en poco tiempo estaba en el estacionamiento. Al entrar, el vigilante que estaba bebiendo cervezas en horas de servicio, recibió al aturdido mendigo con un abrazo que olvidaba su aspecto y su olor “usted es mi compadre, dijo el celador, destapó una cerveza y se la dio, tostón como de costumbre tomó la mitad y lo demás fue donde Diógenes “voy a ser papá, mi pana, el segundo tripón y usted va a ser el padrino, carajo!” Tostón y el perro se fueron a dormir.

Al día siguiente, Tostón se despertó más tarde, la jornada anterior estuvo muy agitada y por eso los cartones aminoraron su hostilidad hasta las 5:00 am. Al levantarse notó un bullicio poco común, en la entrada del estacionamiento, el vigilante, a duras penas, ordenaba a la multitud mientras gritaba “bueno señoras y señores, damas y caballeros, todos y todas, el iluminado está guindando o sea descansando, así que colóquense por orden de llegada y vayan dejando las 50 lucrecias en esta cajita por aquí, él los va a atender uno por uno y les va a responder una sola pegunta por cabeza”

De inmediato Tostón se dispuso a escapar por la salida alterna pero el vigilante le había puesto un candado a la puertecita por donde pensaba salir, se le acercó y le dijo, “mira mi pana este es el chance pa’ salir de abajo, diles lo que se te ocurra y yo te compro en la noche una Reina Pepiada y un Ricomalt. pa’ que vayas bien y al perro le compro su arepa también, ¿si va? No me dejes morir, mira que quien te ha dado un techo pa´ dormir soy yo, así que tú te sientas en esa sillita, le dices la vaina a los clientes y listo!”

Casi a empujones Tostón fue llevado al lugar de las consultas, el cual no era otro que la garita de la entrada del estacionamiento, la gente se "ordenó" y comenzaron a pasar, uno por uno. La logística del vigilante era bastante precaria, después que dijo que era una sola pregunta, le ofrecían 20 Bsf más o 30 y éste accedía y le gritaba al Iluminado que respondiera. En la cola, los demás reclamaban, casi se amotinaban y Tostón no respondía o se abstraía y se quedaba como abstraído en su mundo, lo que provocaba que le gritaran al vigilante “!Esto es una estafa, este tipo no sabe nada, no es ningún iluminado nada!”

Casi a punto de estallar el tumulto, apareció una comisión de la policía anti motines, al mando, el oficial de la manifestación, dispersaron a la multitud, apresaron al vigilante por estafador y acordonaron el área, el oficial se acercó a la garita, encendió un cigarrillo y acercó otro a Tostón, este lo rechazó, tal vez porque no podía compartirlo con Diógenes, el perro en tanto, advertía el aroma del perro policía y pelaba los dientes.

“No sé como lo haces pero lo cierto es que lo haces, nos vamos para donde el Alcalde ciudadano, él necesita hacerte unas preguntas” Tostón fue trasladado por la comisión policial en una jaula de llevar presos, como se rehusó a montarse sin Diógenes, lo lanzaron dentro con todo y perro. Accedieron a la alcaldía por una puerta trasera hasta un sótano donde esperaba el Alcalde, cuando abrieron la puerta se asomaron perro y mendigo, bajaron y se situaron frente al burgomaestre que sin mediar modales, por qué habría de hacerlo con un recojelatas, le preguntó “¿quién va a ser el próximo gobernador?” Tostón le miró fijamente y le dejó saber “IRÁS PRESO”.

La rabia del político no tenía precedentes públicos, los agentes presenciaron como golpeó al Oráculo, al que hace minutos esperaba con ansias, pateó al perro que salió en su defensa y sacó un arma para dispararles, en ese momento el oficial intervino diciendo “señor, no se ensucie las manos con este loco de mierda, déjemelo a mí que yo lo desaparezco bien desaparecido con todo y el bicho flaco ese con que anda!” el Alcalde bufaba su rabia muy hondo, de a poco se fue calmando, guardó el arma y ordenó “Llévate a este maldito tú sabes pa’ donde y le aplicas tú sabes qué!” El policía mandó sus escoltas a que encerraran a Tostón y a Diógenes en la jaula, de inmediato arrancaron. El carro del oficial seguía el transporte de presidiarios donde Tostón sobaba los golpes en las costillas del perro.

Llegaron a un lugar desconocido, habían rodado como tres horas, el oficial en persona descorrió el cerrojo y abrió la portezuela, esta vez no salieron, los ocupantes estaban ateridos del miedo, no hay que estar muy cuerdo ni ser muy oráculo para sospechar que algo malo estaba por suceder “¡Bájate!” Ordenó con severidad el oficial, ambos seres se incorporaron, primero Tostón seguido por Diógenes, bajaron de la jaula, se quedaron muy juntos uno al lado del otro.

martes, 3 de mayo de 2011

Sobre el Tema del Momento y Otras Controversias.


Los últimos días han estado sucedidos de noticias muy altisonantes, las cuales han perfilado y moldeado el tono y el ritmo de las conversaciones de pasillo en las universidades y centros comerciales, en las oficinas y otros lugares de trabajo, también en los bares, restaurantes sitios de confluencia pública donde quien quiera que se acerque a un grupo, encontrará y se sumará a los interlocutores disertando en torno a más o menos las mismas cosas, también en las redes sociales, esta tendencia se deja ver claramente y es muy seguro que en términos íntimos, en conversaciones de alcoba o de sofá, las parejas dediquen algo de su tiempo a alguno de los temas de “moda”.

Por estos días la gente habla de cosas como, los aumentos de salario decretados por el presidente, la Boda Real, las declaraciones de los técnicos del Madrid y el Barcelona y ahora, a partir del lunes 2 de Mayo, se debe sumar el tema de Osama Bin Laden, quizás haya alguna otra temática que en este momento no recuerde, lo cierto es que estos temas también acaparan los titulares de la prensa, se dejan escuchar en los espacios radiales y aparecen con enorme frecuencia en los programas de TV.

Es apreciable como donde quiera que se dedique un tanto de atención aparecen estos temas, llamando a que se opine, se argumente, se bromee incluso, sobre ellos, por nombrar alguno, la cacareada Boda Real, se pudo leer una muy cómica cadena por vía de la “telefonía inteligente” que planteaba qué pasaría si la boda se hubiese realizado en Venezuela, el chiste tenía todos los hilarantes elementos de la retórica del chalekeo criollo, reconozco que sobre el aburridísimo tema de ese matrimonio fue lo único que me importó, sin embargo, era tangible el interés que muchos le dieron al tema, se habló del carruaje, las flores, los millones de Libras Esterlinas que estas millonaria monarquía (caduca como forma política) se gasta, mientras en otras latitudes se mueren los niños de hambre, por cierto. Los programas de farándula remacharon hasta el hartazgo y con el morbo amarillista que les caracteriza la trágica y funesta historia de Lady Di, hablaron del velo real, las zapatillas reales y hasta de las pantaletas reales.

Mientras esto ocurría el monarca local, decretó cual si fuera un Henrique VIII tropical, la dádiva presidencial de un aumento salarial que más bien parecía una oferta de Traki, el 20 más el 10 más el 1,5 de aumento en toda mercancía seleccionada del salario mínimo, la gente por su puesto hablaba de esto, esperaba como nunca en la historia la “cadena presidencial” para ver qué decía Chávez sobre los empleados públicos, los docentes universitarios, las enfermeras, los médicos y un larguísimo etcétera…

Pero, no más que dádivas, minucias, migajas, mendrugos…que además, al momento de ser anunciados eran aplaudidos por la concurrencia cautiva, eufóricos por no saber o sabiendo incluso, que los aumentos no alcanzarían para cubrir los precios de los productos de una canasta básica que cada vez es más inalcanzable. Por lo tanto, acto seguido, comenzó el debate, en más de una esquina se pudo escuchar alguien diciendo “Den gracias que les aumentaron, así es que se gobierna!”, otros con voz de resignación aseguraban “Por lo menos, algo es algo, peor es nada” mientras una tercera ola de opiniones acusaron la estafa diciendo “Esteban lo que quiere es arruinarnos a todos” y otras tantas cosas por el estilo.

Por otro lado, pocos han sido indiferentes a la guerra mediática y en segundo plano futbolística que se ha suscitado entre los clubes más importantes de la liga de futbol de España. Lo que pudo ser una fiesta deportiva, ya que dos de los dos clubes más caros del mundo que contando con los mejores jugadores del momento y haciendo un futbol de gran calidad, tuvieron la oportunidad inédita de enfrentarse cuatro veces en tres semanas y obsequiar a todo aquel que admire este deporte un espectáculo de altura competitiva, pero no! La opción tomada fue la de mover la atención al terreno de a las declaraciones, es decir que pusieron a la gente, a los medios, a todos, a hablar de lo que los técnicos (principalmente Mourinho) hablaban. Dimes y diretes se sucedían en las salas de prensa, mientras en el campo, una guerra de patadas, insultos, persecuciones al árbitro, fingimiento de faltas y otras brusquedades y torpezas, era lo que terminaba ocurriendo y por consiguiente, después iría a ser debatido en los medios y en la calle, con la misma virulencia que se vivió en el campo de juego.

Debo confesar que muchas veces quise ser Puyol y patear al primer Pepe que se me cruzaba en el camino, cuando lo sano es que cualquier fan del Barcelona, como es mi caso, estuviera fantaseando con ser Lio Messi y salir driblando contrarios desde el área propia, verlos caer ante las gambetas, llegar al arco rival y hacerle un sombrerito a Iker, por lo menos tres veces en cada juego, por el contrario, la espiral de violencia verbal y física me motivaba a creerme una suerte de Dragon Ball Z Blaugrana o un guerrero de Mortal Combat Culé que pudiera hacerle un fatality a Cristiano Ronaldo y sacarle las vísceras y la columna vertebral cada vez que iba a cobrar un tiro libre, no puede ser… Por más despreciable que sea este atleta, uno no puede estar pensando en salir a hacerle un Fatality al primero que se atraviese con las cejas sacaditas.

Del clásico de la liga española a la muerte de Osama Bin Laden, hoy nos ocupan los comentarios en torno al suceso del momento, el asesinato por parte de las fuerzas especiales norteamericanas del terrorista más buscado por el pentágono y la C.I.A. Llueven los mensajes por los celulares, unos planteando dudas, celebrando en otros, haciendo chistes los que más y todos cuentan algo sobre Osama. En internet, fotos de Bin Laden en una playa con una piña colada entre las manos, del mismo sujeto abrazado con Barak Obama o con Chávez y unos cuantos montajes del “cadáver” atiborran casi hasta el colapso la red. En los lugares de siempre la gente comenta, bromea, declara con absoluta seriedad “a ese no lo mataron”, “ese es un agente de los gringos”, “bien hecho… se hizo justicia” y pare de contar, opiniones sazonadas por comentarios mordaces, otros plantean sus teorías de conspiración, tejen relaciones de todo tipo, algunas suenan lógicas y otras se muestran sumamente ficcionales y hasta incluyen profecías apocalípticas e invasiones extraterrestres.

El fin de este artículo es disertar sobre la tendencia que van tomando las especulaciones de rutina en el medio social, es decir, hablar sobre lo que actualmente ocupa a la población al momento de dirimir en grupo sobre alguna temática de común acceso e interés, muchos tienden a pensar que la pauta sobre lo que es de común interés en los ámbitos societales la marcan los medios de comunicación, es decir, los medios nos ponen a hablar de lo que ellos deciden, pienso que el asunto es más complejo, hay una circularidad en esto, uno no puede saber del todo donde comienza y donde termina, si bien los medios tienen intenciones, también son obligados por las circunstancias a comportarse de una manera o de otra, finalmente tampoco me obsesiona saber quien le puso el cascabel al gato, sino más bien cómo se comporta el felino con el cascabel puesto, es decir, aquí lo que me parece fascinante es cómo podemos engancharnos en un proceso comunicativo que nos lleva desde lo vital a lo banal, banaliza aspectos esenciales de la vida y los trivializa, mientas cosas aparentemente superfluas se convierten en cuestiones muy serias.

Hablamos de jugadores de pelota como si fueran nuestros conocidos, nuestros familiares, diluimos temas trascendentales como el de nuestra economía con la ligereza de quien endulza un café mientras conversa con desconocidos en una panadería, de ahí saltamos a hablar de terrorismo como si Osama fuera el malandro del barrio y luego de la boda real o de Kate Middleton como si se tratara de una prima, habrá quien piense, tal vez con mucha razón, que de no ser así viviríamos tan sumidos en nuestros problemas, deprimidos, que los porcentajes de suicidio se tornaran altísimos. Otros se inclinan a pensar que por vivir pendientes de estas misceláneas es que muchos son simplemente ovejas del gran rebaño de los eternamente engañados por los piratas de la política o de los emporios del comercio global.

En fin, lo que aparenta ser cierto es que cuando un tema se instala en el interés colectivo, éste se esparce de manera vertiginosa y nos atrapa de una forma en la que casi sin darnos cuenta nos convertimos en esponjas para absorber todo cuanto se comente al respecto, sin percatarnos estamos devorando información relacionada al tema y de inmediato somos cuasi expertos en la materia, autorizados por el mismo modo ligth de ser de la época a expresar nuestras doctas opiniones sobre lo que sea.

Así las cosas, que viva la pareja real, que alcance el aumento, que muera Osama y que pierda el Madrid!

martes, 5 de abril de 2011

Alicia Machado vs. el saber colectivo.


Se ha vuelto una costumbre bastante graciosa el hacer chistes sobre la falta de conocimientos de Alicia Machado, esta dama, otrora Miss Universo, que subsecuentemente suele ligarse a algunos escándalos y chismes que sirven para alimentar la leyenda urbana de la Miss ignara y “salía” a quien no le tiemplan los dedos para escribir en Twitter lo que se le ocurra, sobre cualquier tema, para luego, intentar arreglarlo con otra frase, seguramente más desatinada, profundizando en el error y así aumentando la circulación del rumor colectivo sobre su ausencia de criterio, su imprudencia y desparpajo a la hora de “meter la pata” con lo que dice.

Cada vez que ocurre algo de cierta relevancia a nivel nacional o planetario, comienzan a circular, de forma cuasi instantánea, mensajes en todas las redes sociales sobre el tema, atribuyéndole a Alicia comentarios totalmente desacertados, que por hiperbólicos (exagerados) causan de inmediato la hilaridad de muchos, así como la expedita retransmisión del mensaje por todas las plataformas donde ahora solemos dirimir nuestra trama social, el propio twitter, facebook, la mensajería instantánea de los teléfonos, etc.

Se han podido leer cosas como “No me pidan que hable del Tsunami porque a mí no me gusta la comida japonesa” Alicia Machado, “Si el señor Gadhafi va a dejar a Libia es porque ya no hay amor y si no tienen hijos es mejor que se separen” Alicia machado, “Yo no sé por qué le pasó eso a Japón si ellos tienen la Muralla China”, la misma autora, “Yo sé que me llaman ignorante, por eso voy a estudiar mucho para renacer de las cenizas como el Gato Félix” otra vez Alicia Machado, y así, pare de contar mensajes y más mensajes que se le atribuyen a la chica y que son retransmitidos, agrandados, recortados, resituados, de acuerdo al tema del momento, tanto es el flujo de mensajes de Alicia, que por tanta exposición a los medios dijo que “estaba traumatizada y que por eso estaba buscando a un buen traumatólogo para que la trate”.

Es bien conocida la capacidad que tienen algunos pueblos, para burlarse de sus propias tragedias, para afrontar con humor la carga de los malos tiempos, dentro esta característica que parece a la vez una condición antropológica, digamos que bien se inscribe la sociedad venezolana, la cual tiene larga tradición humorística. Podemos encontrar trazas de este fenómeno, en los momentos de mayor represión política, como por ejemplo, cuando la Generación del 28 enarboló una protesta en contra del régimen de Juan Vicente Gómez a través de una comparsa en el carnaval de dicho año, o como en tiempos de la independencia, cuando muchos mensajes codificados de las fuerzas patrióticas, circulaban en las manchetas y caricaturas de los periódicos de la época, usando el humor como escondrijo de arengas y mensajes políticos secretos. Pero lo que resulta realmente denotativo de esta condición de hablarle a la vida con humor, es el conversar cotidiano, el hacer chistes de las situaciones políticas, ponerle apodos a los presidentes, gobernadores y demás actores sociales, convertir la cosa política en una farándula y viceversa, hablar del precio de los alimentos y el costo de la vida con sorna, diríamos que históricamente hemos preferido reírnos para no llorar.

Buen ejemplo de esta práctica crítica y mordaz lo fue la Radio Rochela, emblema de la televisión humorística del país, entre cuyos artífices y guionistas se contó entre muchos otros talentos al del poeta y escritor Aquiles Nazoa, por cierto, programa que duró por décadas en el aire en la tv. Venezolana, haciendo crítica política a través del humor y que sólo fue silenciado con el cierre de RCTV, acción que fue emprendida por el otro que se la quiere dar de cómico, el único que diariamente y en cadena nacional hace que Alicia parezca una catedrática de la Complutense.

Llama poderosamente la atención el hecho de que nos dediquemos a reírnos de cosas que inventamos sobre lo que supuestamente diría Alicia Machado a razón de cualquier noticia que se genere en el concierto mundial o local, cuando tenemos en el país una tendencia que probablemente vaya en incremento a ser una sociedad donde tener los mínimos conocimientos sobre lo que llaman “Cultura General” no parece la prioridad de las mayorías. Por recordar algo muy reciente, sobre el caso del infausto tsunami de Japón, en las horas subsiguientes al siniestro y en pleno comienzo de la crisis humanitaria, muchas personas se preocupaban y repetían anárquicamente, voces como “Ya las olas están llegando a California y a la Isla de Pascua, después segurito vienen para acá”, cuando se aclaraba que no había mayor peligro pues los eventos se suscitaron en el Océano Pacífico, muchos quedaban “claros y sin vista” pues no asociaban la aclaratoria con las ubicaciones geográficas de Venezuela ni de Japón, ya que, pareciera que no es común que la gente sepa que nuestras costas quedan en el mar Caribe y que éste es a su vez parte del sistema oceánico del Atlántico.

Así mismo, no es común que muchos conozcan las capitales de los estados del país, los hitos referenciales de las ciudades más importantes del mundo, por decir algo, San Felipe es la capital de Yaracuy o la Torre Eiffel queda en Paris que es a su vez la capital de Francia, el Coliseo queda en Roma, Italia, puede parecer exagerado, pero el desconocimiento sobre cosas que aparentemente deberían constituir parte del acerbo universal, es cosa corriente. En resumen, el conocimiento, este tipo de conocimiento en específico no parece ser un problema para la señora Alicia solamente.
Cierta vez una docente de cierta institución, se molestó y reclamó airadamente porque alguien escribió en un comunicado la palabra “Incipiente”, la profesora entendió que este vocablo era un insulto y se le tuvo que aclarar que la misma significaba “inicio, comienzo, naciente”. Por ésta o otras tantas manifestaciones de ligereza ante el conocimiento, será que en un programa de radio que suelo escuchar y que es conducido por tres locutores brillantes, hay una sección muy divertida a la que llaman “los Malhablarismos” juego de cacofonías con que el programa colecciona palabras dichas en lo cotidiano y que por lo mismo de estar mal empleadas suelen causar mucha risa. De igual forma, uno de los personajes mejor logrado y más exitoso del comediante Emilio Lovera es “El Chunior” retrato o parodia de un locutor que hace desastres con el idioma y que dice cosas como, cito: “Francisco de Miranda murió en la Barraca, un populoso sector de Maracay”.

Con todo esto quiero, no por defender a la ex Miss Universo, sino por tatar de explicarme la cosa, que lleguemos al punto de preguntarnos, ¿Cuántas personas como Alicia Machado puede haber en el país y en el mundo? Asumamos que no es un problema que se genera solo aquí. Por muchas razones, el tema del conocimiento es un asunto que trasciende a niveles epocal y global, debemos recordar que en distintos países tienen a sus respectivos chivos expiatorios, los españoles tienen a David Bisbal, los mexicanos a Paulina Rubio y los norteamericanos hasta llevaron a más de uno a la presidencia, a Reegan y a Bush jr. por nombrar a dos y a la infaltable Sarah Palin como ex pre-candidata presidencial y gobernadora del estado de Alaska, todos ellos capitaneados por Homero Simpson, con la distinción de que este último si está puesto ahí para hacer reír, al igual que Esteban en nuestro país claro!

Entonces ¿será que cuando nos reímos de las barbaridades de estos personajes nos reímos de nosotros mismos? del hecho tangible en la calle, en la esquina, la oficina, el aula y en muchísimos espacios societales donde el conocimiento no pinta sino un espejismo, un asunto para burlarnos y hacer de la risa una válvula liberadora de algún resto vestigial de vergüenza por no saber cosas elementales que deberíamos todos manejar, de ser así, ¿donde se aprende eso que llamamos “cultura general”? ¿En la escuela? Pues, malas noticias, desde hace rato se viene discutiendo en los ámbitos académicos sobre la crisis del conocimiento en la educación escolarizada, habiendo quienes se atreven a señalar que la escuela se comporta más propiamente como un estamento disciplinar y modificador de la conducta que como un transmisor de conocimientos y si esto no fuese así hasta ahora, con la implementación de las últimas “tesis maravillosas” del sistema educativo oficial, donde ya es una práctica establecida de la política educativa, el pasar a todo el mundo no importa que no sepan nada del tema que se evalúa, entonces, como que no es la Escuela el espacio donde va la gente a bañarse en el conocimiento.

¿Será en el internet? Hay todo en el internet, galerías del museo del Cairo para Bisbal, mapas de China, de las dos Coreas, para Alicia, novelas, de los más laureados escritores y también de los INCIPIENTES, recetas de cocina, historia, poesía, costumbres étnicas y la tocata en fuga en re menor de Bach, la Escuela de Atenas de Rafael Sanzio o un viaje virtual al mundo Maya empezando por Chichen Itza, pero también están los Talibán, la ETA y las F.A.R.C, Wissin & Yandel, Chino & Nacho con el Potro Álvarez y Justin Bieber. Se mezclan todos, se alcanza lo que se quiera y es ahí donde radica el Punto Crucial (diría F.Capra) en qué es lo que se quiere, cuales son los intereses de las mayorías al buscar en internet.

Hay que ser taxativo en algo, por supuesto que no se está invitando a la censura! Se intenta plantear una ruta de búsqueda para saber de dónde emana la multiplicación exponencial del vacío de conocimientos o si más bien, no hay tal vacío sino que, por el contrario, hay una sustitución de un tipo de conocimiento por otro, uno más inmediatista, pragmático, cercano a la resolución de los problemas diarios, en un mundo donde no importa mucho saber si la Puerta de Brandemburgo está abierta o cerrada, o si en el Canal de Panamá se ven las novelas de Venevisión o si la vida en Marte la extinguió el Imperialismo y se hace más importante saber donde hay tal o cual producto, por cuáles calles no hay cola o donde hay ofertas del 50%...¿esto también es conocimiento? Decídalo usted, pero no olvide contar con la ayuda de Alicia, que ella está siempre dispuesta a aclararlo todo.

jueves, 17 de marzo de 2011

socioCOTIDIANOlogía (parte II)


El propio devenir de los acontecimientos suele tomar por sorpresa a quienes se dedican a estudiarlos, se puede decir que con la entrada en crisis de las Ciencias Sociales luego de la segunda mitad del siglo XX, una de las situaciones que comenzó a marcar el interés de los sociólogos y otros tantos estudiosos de la sociedad, fue la preocupación por lo que cotidianamente hacen las personas, cómo se hace la vida, ya no visto desde estudios que evaluasen perspectivas en base a datos estadísticos tomados en muestras de miles o decenas de miles de personas, más bien se gira, hacia intenciones investigativas ancladas en un interrogarse por los quehaceres de pequeños grupos, de las familias, de las relaciones ocurriendo en un barrio, en un centro comercial, en la calle, en los tejidos íntimos y los matices que puedan observarse y luego interpretarse sobre los cómo, los cuándo y los por qué de las sociedades vistas desde sus estructuras más atomizadas.

Así pues, aparece una tendencia hacia una sociología de lo minúsculo, de lo subjetivo, de lo que puede ocurrirle a cualquiera, donde pueda ser más importante lo que propiamente ocurre y no la categoría de análisis que pretende explicarlo, un giro que venía ya reclamándose desde los mismos albores de la disciplina sociológica en la propia búsqueda de Weber por una Sociología Comprensiva, pero que dada la influencia poderosa del positivismo y el materialismo dialéctico, donde todas las ciencias sociales cimentaron tus bases y se debatieron durante más de un siglo, no se había logrado establecer (aun hoy no se consolida, pero viene ganando fuerza y colándose en los ámbitos académicos otrora impenetrables)

Es como si por muchos años la sociología buscara explicar lo que le pasaba a Juan en Caracas, a Joao en Rio de Janeiro y a John en Chicago a través de las mismas hipótesis, haciéndose las mismas preguntas, incorporando las mismas variables y obteniendo como es previsible las mismas conclusiones. Ej. Si Juan, Joao y John son obreros, viven en asentamientos urbanos destinados a la clase trabajadora y devengan salarios equivalentes en su sistema de sueldos a los de un obrero, entonces los tres hombres tendrán necesidades, aspiraciones, vicisitudes y reacciones sociales similares…

Obviamente este es un ejemplo, tal vez simplista en exceso, sin embargo hay que tomar en cuenta que la sociología nace dentro de un horizonte epistemológico que piensa las cosas así, para el cual Juan, Joao y John no son más que datos, cifras y por eso, sus cotidianidades están supeditadas a condicionantes como, su estrato social, su lugar de residencia, su status económico, entre otros, por lo cual, al momento de describir las condiciones de uno, fácilmente se podrían inferir las condiciones de los otros dos, en tanto obreros, proletarios, asalariados, etc.

Pero, qué pasa si Juan baila salsa, Joao gusta de la samba y John gusta del beisbol, si uno de los tres escribe poesía en sus ratos libres, si otro canta y el terceo es chef aficionado, si Joao juega futbol los fines de semana y John ve el nascar por tv mientras Juan visita a su mamá cuando tiene días libres. De acuerdo con la Sociología Clásica, no pasa nada, porque nada de esto importa, pues queda fuera de las categorías de análisis, lo que le pase a nuestros tres amigos en su vida diaria, ratos libres, cuáles son sus afectos, gustos , amores, pasiones, virtudes y falencias humanas, todo eso queda por fuera, es decir, “todo lo que hace la vida”, precisamente, lo cotidiano es puesto a un lado para decir que Juan, John y Joao son obreros, proletarios y pertenecen a tal o cual estratificación socioeconómica previamente conceptuada.

Michel Maffesoli, pensador francés contemporáneo, en su texto “El Tiempo de las Tribus” trabaja en una sociología de lo cotidiano, no es el primero, mucho se debe hoy a Foucault, a Morín, a Baudrillard y a los propios Parsons y Weber (a sus escuelas de pensamiento) sobre los estudios que intentan entender lo cotidiano como primer interés y preocupación de la sociología, el clima postmodernista ha propiciado que estos estudios sobre lo cotidiano trasciendan incluso, las fronteras disciplinares de la sociología y las demás ciencias humanas, y ha situado el estudio de la sociedad como un ejercicio de complejidad y por ende, la propuesta transdisciplinar que viene calando desde las dos últimas décadas del siglo XX, hoy por hoy resulta quizás la más apetecible a la hora de emprender un estudio sincero de la movediza, quebradiza y multifactorial realidad social en cualquier contexto.

Vivimos un tiempo de tribus, diríamos con Maffesoli, de instituciones que extraviaron su sentido y acaecen en la contingencia, usando máscaras e identidades borrosas, vivimos una época distópica donde los roles se cruzan y podemos ser unos sin dejar de ser otros, una sociedad de metáforas donde lo político se juega la vida en relaciones inmediatas, donde los afectos sustituyen a los méritos y los desafectos dictaminan las culpas. En un tiempo epocal como el que transitamos, una ciencia social dicotómica, anquilosada en un sistema hipotético, categorial y rígido en su metodología, poco tendría que decir sobre lo que ocurre a Juan y a sus tocayos, a ti o a mí.

En la inquietud por comprender la misma flexibilidad de las relaciones sociales radica la posibilidad de los estudios sociológicos de la cotidianidad, no se trata de hacer caída y mesa limpia, de anunciar a voz batiente con el slogan del postmodernismo ochentoso que “LA SOCIOLOGÍA HA MURETO” más bien se tata de reconducir los intereses investigativos de la disciplina, bajarlos de las cúspides grandilocuentes de la ciencia social decimonónica y sentar dichos intereses investigativos a la mesa con Juan, Joao y John, dejarles hablar, así como vienen haciendo muchos investigadores de lo social tales como la gente del C.I.P en Venezuela o como también experimentan en Brasil, México y Argentina donde se estudian fenómenos como las Tribus Urbanas, la vida y las relaciones humanas en favelas, colonias, puertos y estadios de futbol.

No se trata de obviar las relaciones de trabajo, la influencia de las políticas económicas, las tiranteces del mercado, las tensiones de grupo, de clase y políticas, en absoluto se trata de negar todos estos fenómenos, cerrar los ojos y decir que no forman parte de la realidad que viven, influencian y determinan el actuar de las personas, por el contrario, se trata de entender que todos estos elementos actúan de forma diversa, no unívoca, sobre los individuos, de comprender que tampoco son los únicos causales de los fenómenos societales, pues a todos ellos se adicionan componentes de la performatividad cultural que no pueden ser ubicados como superfluos, secundarios o marginales. Elementos de riqueza inestimable, tales como, el hablar de la gente, qué comemos y como preparamos los alimentos, cómo se relacionan las personas ente sí, cómo viven y conciben lo institucional, lo familiar, lo afectivo, los gustos individuales que pueden devenir en colectivos o no.

La Sociología de lo Cotidiano se atreve de hecho a redefinir lo colectivo, lo político, lo social en sí, a través de búsquedas que nos pueden llevar muy lejos si nos preguntamos qué música escucha, canta y baila la gente, cómo viven sus aficiones deportivas, cómo les influencia la moda, a qué le temen, cómo se aman, en qué creen, cuáles son sus ritos y costumbres más sencillas, pero a la vez más cercanas etc. Aquí también se manifiesta la mirada transdisciplinar, pues, éstas son comúnmente preguntas y preocupaciones de la antropología, sin embargo, encajan perfectamente en lo que venimos planteando como los intereses fundamentales de los estudios sobre lo cotidiano.

Se podrían abrir y de hecho se han abierto rangos de abordaje e interpretación de las realidades plurales y contingentes de las personas que a su vez llevan al reconocimiento de sociedades que habitan dentro de la sociedad, micro culturas, géneros, mixturas y formas de adquisición de saberes que desde hace mucho vienen habitando paralelas con las formas oficiales y reconocidas de actuación social pero que marcharon sin ser avistadas por quienes tenían la tarea enorme de entender a la sociedad y terminaron, medio/entendiéndola, mal/entendiéndola e incluso in/entendiéndolas a razón de querer ajustar la acción humana colectiva a modelos analíticos herméticos, sesgados y prejuiciosos.


Illich.

lunes, 28 de febrero de 2011

SOCIOcotidianoLOGÍA (prate I)



Según los iniciadores de la disciplina sociológica del siglo XIX y primera mitad del siglo XX(Comte, Durkheim, Webber, Arendt, Pareto, Marx, Parsons, entre otros) ésta debía ser una ciencia conectada de forma permanente con lo cotidiano, visto esto como lo que ocurre todos los días en los “aquí” y los “ahora” de cualquier población, fuera dicha población urbana o rural, lo fuera una metrópolis europea, norteamericana o asiática o un pequeño asentamiento suramericano, una multicultural urbe del norte de áfrica o un poblado de pastores ovejeros suizos o de llamas, en el altiplano boliviano.

La Sociología se postulaba a sí misma como una ciencia que podía explicar el comportamiento de cada espacio humano, para lo cual se ayudó con elementos de captación de datos tomados de la estadística, categorías de análisis e interpretación de las condiciones de vida tomadas de la antropología, la historia y la psicología. También de estas disciplinas, la sociología tomó los prejuicios propios de la ciencia moderna, el eurocentrismo, el reduccionismo, la supeditación de todos los factores de análisis a uno primordial, por ejemplo, la economía, la tradición, los ritos, la idealización de un orden social único, etcétera.

Con todo esto, la “última de las ciencias” como la llegó a llamar Augusto Comte, se puso al cuello su propia soga, se hizo una disciplina de estudio tan abarcante como vaga, capaz de explicarlo todo y a la vez de no explicar nada, por ejemplo, las escuelas de sociología norteamericanas de las primeras décadas del siglo XX tuvieron menor éxito que las empresas de publicidad en interpretar las querencias, movimientos, repulsiones y ambiciones de la población, ahí donde la Coca-Cola vendía millones de botellas de refresco, las escuelas más prestigiosas de sociología se dedicaban a analizar hechos pasados para aportar explicaciones en retrospectiva, es decir, la sociología hacía el trabajo de la historia. Sin embargo, esta situación no pasó desapercibida y ya para los años 60, las escuelas pertenecientes a lo que hoy llamamos el Estructural/Funcionalismo elaboraron un corpus de ideas con lo que se buscaba hallar un camino hacia la interpretación de lo que “realmente hace la gente”, cómo vive y piensa, por qué elige lo que elige, en fin, un intento de acercar la sociología a lo francamente vivencial.

Buscando en elementos de lo cotidiano tales como el vestir, la preparación de los alimentos, el baile, las formas de elección de pareja, las costumbres del hogar, la música popular, entre otras, los sociólogos estructural/funcionalistas abrieron un campo de acción que intentaba ampliar el universo de la sociología, llevarlo más allá de los análisis ceñidos a la búsqueda de un orden social típicos del positivismo o a la sumisión a lo puramente economicista como era en rigor la sociología marxista. No obstante la sociología estructural/funcionalista intentaba una interpretación con fines en la adaptación de la sociedad a un modelo de “buena sociedad” prescrito tanto en los Prerrequisitos Funcionales del funcionalismo, como en los conceptos de Rol y de Estructura, Funcionalidad, Disfuncionalidad, Adaptación al Medio, Autorregulación, entre otros, que en esencia planteaban al acto interpretativo como un camino hacia el conocimiento sobre qué le faltaba a cada sociedad para llegar a ser lo más parecidas posible a una sociedad prototípica y por esta vía, es obvio que se siguió incurriendo en los vicios del mundo científico que los propios cultores del citado enfoque denunciaban, pues, tratando de entender cómo se comporta una población, subyacía la idea de prescribir cómo debía comportarse para ser “funcional”.

El problema no radica en querer que una sociedad funcione, el asunto está en que según un planteamiento como el que se viene discutiendo, la sociedad sólo puede funcionar si ésta, está organizada de una manera específica, por ejemplo: si una familia no está conformada por un padre, una madre, los hijos, si no habitan una casa propia, se puede decir que es disfuncional, ¿y qué supone esta disfuncionalidad? Que tal vez los hijos abandonen la escuela sin terminarla, que puedan tener problemas de adaptación al medio social, que se hagan malandros, por nombrar algunas anomalías sociales.

De esto ser así, entonces muchísimas de las familias venezolanas o sudamericanas, por hablar de lo que conocemos, sólo criarían chicos con éstos y con otros problemas, ya que en nuestro medio social es muy común la ausencia de un padre, la constante mudanza por no haber casa debido a los grandes déficits habitacionales, en nuestras familias hay diversidad en la forma como se organizan y jerarquizan, en muchos casos está la Abuela que actúa como matriarca y sus hijas con todos sus hijos que responden a una forma de autoridad matriarcal, en otros casos, por problemas de habitabilidad, las parejas deben seguir viviendo junto a sus padres (es común escuchar la expresión “voy a tener que construir atrás o arriba”) para poder solventar el asunto de la vivienda, esto seguramente definirá el tipo de familia, la cual, por vivir en una estructura multifamiliar está sujeta a formas de autoridad, jerarquía, división de tareas, etc. que actúan de manera disímil a lo que el estereotipo familiar describe y no por esto, el tejido de relaciones debe producir únicamente disfunciones, por otro lado, podríamos preguntarnos ¿si en las sociedades con mayor presencia de familias estereotípicas no hay problemas de índole social tales como los antes mencionados?

Por todo esto y a pesar del viraje positivo que dio la sociología en los años 60 con la expansión del discurso estructural/funcionalista, aun seguía siendo una disciplina sostenida en los anclajes de la Ciencia Moderna y por lo tanto sumergida en la crisis de las ciencias sociales, una crisis por cierto, que venía arrastrando desde sus albores en el siglo XIX.

Continua…