A 6 días del momento crucial, del parte aguas de nuestra historia política contemporánea, ya podemos ir viendo cómo se va perfilando la preferencia del país y qué rumbo va tomando el proceso que llegará a término en las urnas electorales del ya inminente 07 de Octubre. La encuestadora más fidedigna es la calle, el escenario pragmático que nos permite entender sin apasionamientos qu...
é es lo que está ocurriendo en Venezuela ahora mismo.
Por un lado, un circo ambulante de autobuses tarifados recorre la geografía nacional para intentar llenar, muchas veces sin éxito, los lugares donde se presentará el candidato oficialista, empleados públicos obligados bajo amenaza de perder su empleo, a asistir a las concentraciones de Él Líder y a demás, motorizados y pistoleros asesinos amedrentando y atacando a las concentraciones de sus adversarios, todo esto llega a un punto álgido cuando el propio Chávez declara sin tapujos que a la gente no debe importarle la seguridad, la vivienda, el empleo, la salud ni la corrupción, que lo único que importa es que Él se mantenga en el poder en una torcida conversión de su Yo simbólico en la figura de la Patria.
Por otro lado, multitudes espontaneas plenan las concentraciones opositoras, son congregaciones policromáticas y variopintas, las cuales destacan por no estar hegemonizadas por un solo partido. La gente marcha, canta, baila, grita consignas, se expresa, no en función del ascenso de un nuevo proyecto mesiánico encarnado en la figura de Henrique Capriles, más bien , lo que encontramos es una genuina expresión popular de repudio al continuismo del proyecto político de “la revolución”, dentro de esto, la figura del candidato es parte de un devenir histórico como en un momento lo fue el propio Chávez, algo de eso dijo el propio Capriles ayer en la masiva muestra de entusiasmo que se vivió en Caracas.
Claro, lo que mueve al mundo es la voluntad, pero los grandes cambios los logra el entusiasmo y en este momento voluntad y entusiasmo están del lado de una oposición que por fin entendió como hacer las cosas, a pesar de que en estas filas siguen habiendo mercenarios y traficantes de cuotas de poder, hoy vemos como ningún partido, ni el propio partido del candidato, lleva más gente a las marchas que su propia conciencia, que el propio deseo por tornar para mejor la realidad sociopolítica del país y esto es sin duda un signo enormemente positivo, pues de lograrse la victoria el 7/O, el propio Capriles estará movido por la historia a desarrollar un gobierno de pluralidad, de amplitud y reconciliación nacional.
La exhortación sigue siendo al renglón indeciso del electorado, a los que tienen miedo, a los apáticos, a los que esperan ser movidos por los cambios antes de echarse a andar, salir a votar el próximo domingo será un acto de repercusión directa en la vida que llevamos y en la que podríamos llevar. Lo que se pide de un gobierno es que resuelva los problemas inmediatos de la gente y este no lo ha hecho, por el contrario ha multiplicado nuestras dolencias como sociedad, nos ha avergonzado ante el mundo con una política exterior de sobornos y difamaciones, nos ha generado escases de productos que otrora eran del común manejo de la población, nos quitó el resguardo y la seguridad pública, agravó problemas como el desempleo, la falta de vivienda, de escuelas y hospitales, medicinas, incrementó la marginalidad.
Por todo esto VOTA! Votemos por nuestra conciencia, no por una persona, votemos para que se acabe esta manera terrible de gobernar a un pueblo, exigiéndole sacrificios mientras la cúpula dominante se sopla la cara con abanicos de dólares y se baña en piscinas de hoteles expropiados a los que la mayoría no podemos ir porque seguimos pelando y en la miseria social.
Por un lado, un circo ambulante de autobuses tarifados recorre la geografía nacional para intentar llenar, muchas veces sin éxito, los lugares donde se presentará el candidato oficialista, empleados públicos obligados bajo amenaza de perder su empleo, a asistir a las concentraciones de Él Líder y a demás, motorizados y pistoleros asesinos amedrentando y atacando a las concentraciones de sus adversarios, todo esto llega a un punto álgido cuando el propio Chávez declara sin tapujos que a la gente no debe importarle la seguridad, la vivienda, el empleo, la salud ni la corrupción, que lo único que importa es que Él se mantenga en el poder en una torcida conversión de su Yo simbólico en la figura de la Patria.
Por otro lado, multitudes espontaneas plenan las concentraciones opositoras, son congregaciones policromáticas y variopintas, las cuales destacan por no estar hegemonizadas por un solo partido. La gente marcha, canta, baila, grita consignas, se expresa, no en función del ascenso de un nuevo proyecto mesiánico encarnado en la figura de Henrique Capriles, más bien , lo que encontramos es una genuina expresión popular de repudio al continuismo del proyecto político de “la revolución”, dentro de esto, la figura del candidato es parte de un devenir histórico como en un momento lo fue el propio Chávez, algo de eso dijo el propio Capriles ayer en la masiva muestra de entusiasmo que se vivió en Caracas.
Claro, lo que mueve al mundo es la voluntad, pero los grandes cambios los logra el entusiasmo y en este momento voluntad y entusiasmo están del lado de una oposición que por fin entendió como hacer las cosas, a pesar de que en estas filas siguen habiendo mercenarios y traficantes de cuotas de poder, hoy vemos como ningún partido, ni el propio partido del candidato, lleva más gente a las marchas que su propia conciencia, que el propio deseo por tornar para mejor la realidad sociopolítica del país y esto es sin duda un signo enormemente positivo, pues de lograrse la victoria el 7/O, el propio Capriles estará movido por la historia a desarrollar un gobierno de pluralidad, de amplitud y reconciliación nacional.
La exhortación sigue siendo al renglón indeciso del electorado, a los que tienen miedo, a los apáticos, a los que esperan ser movidos por los cambios antes de echarse a andar, salir a votar el próximo domingo será un acto de repercusión directa en la vida que llevamos y en la que podríamos llevar. Lo que se pide de un gobierno es que resuelva los problemas inmediatos de la gente y este no lo ha hecho, por el contrario ha multiplicado nuestras dolencias como sociedad, nos ha avergonzado ante el mundo con una política exterior de sobornos y difamaciones, nos ha generado escases de productos que otrora eran del común manejo de la población, nos quitó el resguardo y la seguridad pública, agravó problemas como el desempleo, la falta de vivienda, de escuelas y hospitales, medicinas, incrementó la marginalidad.
Por todo esto VOTA! Votemos por nuestra conciencia, no por una persona, votemos para que se acabe esta manera terrible de gobernar a un pueblo, exigiéndole sacrificios mientras la cúpula dominante se sopla la cara con abanicos de dólares y se baña en piscinas de hoteles expropiados a los que la mayoría no podemos ir porque seguimos pelando y en la miseria social.
HAY UN CAMINO!
Illich Sánchez
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