martes, 11 de febrero de 2014

SENSATEZ!


 

Dicen por ahí que no es prudente tomar decisiones cuando nos invade una alegría  desbordante o un enojo inmenso.
En nuestro país los niveles de enojo están llegando a su límite en buena parte de la población, al punto de que algunos dirigentes están haciendo estentóreos llamados de calle y muchas personas hacen eco de ellos en las redes sociales, estudiantes en distintas zonas del país se han lanzado a la protesta siendo reprimidos con la brutalidad que define a la fuerzas del Estado.
Paradójicamente mientras este clima se caldea, otro gran sector parece seguir indiferente a las terribles calamidades que nos acontecen. A diario, ciertamente nos topamos con personas que expresan su indignación por la ingente lista de problemas que nos asolan, pero no más cruzamos la esquina y vemos como otros parecen estar muy tranquilos mientras hacen la cola para esperar las bombonas de gas. Se les ve hablar entre ellos, comentar sobre esto o aquello sin mayor reparo sobre lo que significa perder una mañana o un día entero esperando que se les despache el producto.
Mientras unos, yo entre ellos, nos sentimos furiosos por el pandemónium que se arma cada vez que llega la leche a un supermercado, otros asisten a la rebatiña con una enorme sonrisa en los labios cuales niños en una piñata. Por estos días se ve gente comentando los infaltables y diarios homicidios con frases como “Es que a ese le tocaba” “Quién lo manda!” “Estaban mal parados y triste” Expresiones que muestran a la vez acostumbramiento, indiferencia e indolencia.
Por otro lado se asoman los intolerantes, aquellos que asistidos por la frustración que produce la situación del país se desbocan a decir  cosas como “hay que matar un gentío” o “aquí lamentablemente tiene que haber un muertero” Cosas como esas, dichas por personas que, en primer lugar temblarían ante la tarea de ajusticiar una cucaracha  y en segundo término, cuando hablan de que hay que salir a matarse, dudo que estén pensando en que ellos, sus hijos y sus afectos sean los primeros que le pongan el pecho a las balas del régimen.
Entiendo que tanta impunidad nos esté llevando a querer convertirnos a cada uno de nosotros en una suerte de mutante de Wolvering con Iron Man y Clint Eastwood, un auto-justiciero súper “arrechísimo” que imponga la ley donde impera la maldad, el asunto es que la expresión fáctica de esas ideas han sido las brigadas de autodefensa que tanto daño como la guerrilla han hecho en Colombia, cuya expresión mexicana ha degenerado en nuevas y cruentas  mafias que pugnan con los carteles por el control de la droga, ni hablar de los “escuadrones de la muerte” de Brasil en los años 90s, los cuales terminaron siendo empresas de muerte por encargo.
 
Salir a la calle sin organización previa, querer tomar la justicia por la propia mano, son alternativas que históricamente han devenido en fracasos políticos enormes. Recordemos nuestro año 2002, cuando pensábamos que “dirigentes” empresariales y sindicales nos llevarían hacia el objetivo de acabar con la tiranía de Chávez; luego de 72 horas lo teníamos de vuelta, ya sin oposición y con carta blanca para hacer y deshacer, con todo el poder del Estado bajo su égida.
La protesta debe cubrir todos los escenarios, debe enfocarse en el descontento de cada persona sobre todo lo que está ocurriendo, en los centros de trabajo, en las colas. Todo el que tenga claras las ideas debe hacer hasta lo imposible por comunicarse, por no cerrar las puertas del diálogo. Debemos entender que no hay forma sencilla de acabar con este régimen, tenemos que aceptar que hay un montón de personas que dependen del Estado, esa gente es parte de la sociedad y lo va a seguir siendo, los indiferentes son parte del país, los chavistas son parte del país y el que esté pensando en purgas y persecuciones de personas de aquel bando, es tan “talibán  y sectario como el peor de los enchufados. A esos no los necesitamos.
Los llamados a salir la calle tienen su momento, es más, cuando la gente se alza y se desborda, no necesita de convocatorias destempladas ni de llamados desesperados como los que hoy se escuchan en boca de algunos de nuestros dirigentes. Por los momentos, apoyar las luchas de los estudiantes, organizarse y establecer acciones de protesta constante, evitando el enfrentamiento directo con los esbirros de Maduro y Diosdado son opciones bastante plausibles.
No es cobarde el que espera su momento, el que reúne fuerzas, el que piensa sus acciones y controla sus actitudes. El momento ha de llegar, en que los grandes enemigos del país se encuentren en total desventaja y tengan que salir corriendo como lo que son, unos “culilluos” que se escudan tras las armas de los militares y de los malandros.
Illich Sánchez

 

2 comentarios:

  1. Quisiera que te convirtieras en dirigente y no solo en pensador, Eres Grande y siendo dirigente de la ciudad o del estado tendríamos justicia!

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  2. Si no hubiese buscado su blog, no me hubira encontrado este mensaje de como organizarse para esta dura batalla en contra de esta dictadura iniciada por Chávez y recibida como un automático legado a Maduro y su combo Cubano. El pueblo Venezolano lamentablemente en su mayoria de las veces responde con un alto grado de emotividad a la hora de querer buscar las soluciones a los problemas que tanto le aquejan; salen a la calle sin orden ni ningún tipo de estrategia cargada de eficacia. El regimen sabe eso, sabe que tiene a un pueblo manejable, estupido y muy creyente, de hecho el mismo pseudopresidente Maduro, utilizó en su bendita campaña electoral elementos de orden religioso con el proposito de apropiarse de esa pila de estupidos que creen en pajaritos preñados, son una pila, son miles de votos de sombies que pensando en esa ave de rapiña la cual le apareció a el rolo 'e vivo de Maduro depositaron sus votos en él. Yo he llegado a pensar que la mayoria de los Venezolanos son unos descerebrados, que piensan con el estomago y comen con el cerebro...Una especie en extinción que poco a poco nos llevan a un camino sin salida...Un pais sin futuro que vive de puras mentiras tras mentiras...

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