“No
puedo con la velocidad con que pasan las cosas en mi país”
Así
rezaba el estado del Facebook de uno de mis contactos hace uno o dos días.
Ahora no recuerdo quién lo escribió pero me sentí identificado de forma inmediata,
por estos días el tiempo corre demasiado urgente, no más uno se entera que
ocurre algo, rueda un rumor o asesinan a alguien e inmediatamente acaece un
nuevo suceso que desplaza al primero, como si se tratara de un oscuro juego de
billar donde un evento golpea y saca al anterior de nuestro umbral de atención,
incluso antes de que nos demos tiempo para procesarlo.
No
solo se trata de la rapidez con la que acontecen las cosas, más preocupante, mucho
más, es el nivel de atrocidad de los sucesos que nos están ocurriendo a todos,
digo que a todos porque con cada evento dantesco y desolador nos vamos
arrinconando hacia lo más profundo de una húmeda, lóbrega y hostil gruta, la de
la inhumanidad y el salvajismo. No podemos sentirnos ausentes de lo que ocurre
porque cada uno como individuo no se haya visto involucrado directamente en los
eventos de este tiempo.Somos partícipes, tal vez cómplices cuando siendo testigos decidimos no reaccionar.
El
día que se volteó la gandola de ganado cerca de la población de Morón Edo.
Carabobo, asistimos a uno los espectáculos criminales más repulsivos de la historia de nuestra sociedad. Por las redes circulaban fotografías de gente
despedazando, entre risas, a aquellos animales. Tener que recordarlo me provoca
nauseas. Amarraban a las vacas por sus extremidades y halaban de éstas desde
vehículos, descuartizándolas, les daban hachazos, machetazos y golpes,
arrastraban a esos seres por la calzada. Todo esto ocurría mientras las vacas seguían
vivas!
Alguien
podrá decir que igualmente los bovinos eran para consumo humano, que si acaso
yo soy vegetariano, que el hambre movió a la poblada a actuar así, o que
incluso, con todo lo que está pasando, por qué yo me preocupo por estas vacas…
Entre otras cosas y aceptando que sí me afecta el sufrimiento de los animales, lo que me más preocupa no son las infortunadas vacas, lo que
me aterra es el nivel de violencia y goce con la maldad de algunas personas de
nuestra sociedad.
De
ahí que poco me extraña el ensañamiento de la subhumana agente de la GNB dando
de cascazos a una mujer en estado de total indefensión, al igual que las múltiples
torturas, palizas, tiros de gracia y otras manifestaciones de barbarie ejecutadas
a partir del 12F por los cuerpos represivos del Estado, los regulares y sus
adjuntos de impronta paramilitar, en contra de manifestantes civiles.
El
nivel de indolencia ha crecido dentro de nuestra sociedad, la normalización del
crimen, de la violencia, ha hecho indiferentes a muchos, los cuales son capaces
de negar hasta la saciedad los desmanes causados por La Dictadura. Otros, cosa
peor, participan de la maldad con total desvergüenza, se entregan a la ruin
acción del ultraje como si fuesen caníbales drogados de odio.
Así
es como la noche del lunes comenzaron los saqueos, en un principio como una
perversa estrategia del gobierno que tenía como fin último la deslegitimación
de la protesta. Pretendían así culpar a los Estudiantes de iniciar los actos
vandálicos en contra de la propiedad y la sociedad en sí. No obstante, esta vez
no pudieron o no quisieron controlar el vandalismo, como sí habían hecho cuando
Daka (diciembre 2013) Por distintos sectores de la ciudad hubo una ola de
atracos los cuales fueron perpetrados en locales comerciales, en la calle, en
casas. Se robaron vehículos, hirieron personas, asaltaron familias enteras y
todo esto ocurría mientras personeros del gobierno decían que todo estaba en
calma aunque, aclaraban, solo había saqueos en El Limón, precisamente, el lugar
donde los Estudiantes habían protestado y enfrentado a la GNB, la policía y los
Tupamaros durante las horas el día.
El
amanecer del martes 25 de febrero, por las redes sociales se decía lo que la
televisión nacional prefirió callar, los saqueos se habían sucedido en distintas
partes de la ciudad, otros desvalijamientos aun continuaban. La táctica del
miedo que consiste en diseminar la anarquía, infundir el terror en la población
civil, se había manifestado cuando los paramilitares, escudados y en ocasiones
trasladados por la policía asediaron urbanizaciones disparando hacia las casas
y los apartamentos, persiguieron a los manifestantes que se habían atrevido a
protestar en los barrios, abrieron negocios pequeños en las barriadas al tiempo
que gritaban las consignas de la revolución. Se habían entregado a la depredación
ya de forma flagrante.
Vengo
disertando sobre el nivel de violencia e indiferencia que parece drenar las venas
de nuestra sociedad, donde descuartizar animales vivos es algo que algunos de
nuestros compatriotas hacen con una sonrisa en los labios, donde nuestros
cuerpos de seguridad se han dedicado a violar los Derechos Humanos de
la población civil y donde los irregulares que forman parte del aparato
político del régimen actúan de manera brutal contra gente indefensa.
Otro
ejemplo que grafica este tipo de situaciones, ocurrió en el supermercado que
lleva por nombre Súper Líder, lugar donde comenzaron los saqueos, insisto, de
manera programada. Es un establecimiento enorme para los estándares de nuestro
país, debido al tamaño del supermercado, al día siguiente a las 11:00am aun
continuaban los saqueos.
Fue aproximadamente cerca del mediodía cuando
una persona fue asesinada de varios tiros en la entrada del inmueble. La gente
que seguía extrayendo enceres desde dentro del lugar, se espantó por el ruido
de los disparos, pero poco tiempo después volvieron al saqueo pasando incluso
junto al cadáver del sujeto que siguió tendido cerca de la puerta del
supermercado por algo más de dos horas.
Cómo
se analiza eso, puede más el impulso por apropiarse de algo que la sensibilidad
ante un asesinato. No me encontraba en el lugar, así como no estaba en el sitio
donde desmembraron a las vacas, pero me preguntaré toda la vida, qué clase de abandono
de toda actitud civilizada opera en las personas que actúan en las situaciones
que acá son descritas. O más bien, será que eso es la humanidad en su más pura y
natural versión.
Será
esta una construcción societaria de los últimos 15, tal vez 25 años, la cual ha
sido alimentada por el régimen quienes se aprovechan de este tipo de
situaciones totalmente anómicas para obtener provecho político…
Confieso
que cada una de las alternativas que enumeré me parecen desoladoras,
angustiantes y fatales.
Illich
Sánchez
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