El presidente Chávez obsequió el texto “Las Venas Abiertas de América Latina” de Eduardo Galeano, autor uruguayo, a Barak Obama, en un gesto que procuraba informar al mandatario norteamericano sobre la extracción de riquezas por parte de los europeos en el continente desde la llegada de Colón, los desafueros de los políticos entreguistas, en fin, sobre el saqueo que ha sufrido Latinoamérica durante medio milenio. El texto es un inobjetable libro de consulta a fin de comprender en parte, cuál fue el efecto de la conquista y las instituciones coloniales en nuestro continente, sin embargo, lo que se estila en términos de diplomacia, es que un dignatario obsequie a otro con un ejemplar de un autor nacional ¿No pudo el presidente venezolano entregar a Mr. Obama una obra de un autor venezolano como Gallegos, Uslar, Herrera Luque, Liendo, Carera Damas o algún otro que pudiera servir como referente del ámbito cultural nacional?
La respuesta se muestra obvia, NO, a Chávez le molestaría mucho promover el nombre de un escritor contemporáneo cuya obra no hiciera pública alabanza de su gobierno, de un autor ya fallecido, el presidente esperaría una de estas posiciones “ultrosas” que tienden a acomodar el mundo para ser visto desde una sola perspectiva. Más aun, La obra de un intelectual perteneciente a lo que él considera la burguesía, le resulta simplemente innombrable, el caso es que todo aquello escrito que no se asemeje al reduccionismo con que se trata lo que llamamos “la realidad” desde la mirada del comandante resulta sencillamente Malo.
El fondo del asunto es que sin dejar Galeano de ser un respetable y serio autor y su libro una importante obra de análisis histórico, el sentido que encierra, mostrar los desmanes que produjeron los colonizadores, las empresas trasnacionales y los gobiernos sumisos a los grandes poderes económicos, para presidente venezolano es, el de encarar a Obama con las razones que deberíamos tener en el continente para mantener una posición de reclamo, resentimiento y odio, un Bolero que viene cantándose al viento desde hace bastante, donde se culpa a Europa y los Estados Unidos de las calamidades del continente, sin que medie un sentido mínimo de punto y final, de salir adelante, incluso por la memoria de nuestros antepasados que no tuvieron a quien culpar.
No advierte Chávez al igual que algunos intelectuales que los procesos esclavistas, de sometimiento y arrase, comenzaron en el continente mucho antes de la llegada de los europeos, que las llamadas altas culturas, lo eran entre otras razones, por la capacidad que tenían éstas para subyugar política, cultural y militarmente a otros pueblos, a los cuales esclavizaban, sometían y diezmaban. Esto no le resta grandeza a Mayas, Incas, Aztecas y Chibchas, entre otras culturas, más bien los ubica en un sencillamente reconocible orden histórico, del que ninguna cultura ha estado exenta, donde quienes han tenido mayor organización logística y superioridad tecnológica han intentado someter a sus vecinos, esto no ha sido bueno, simplemente ha ocurrido. Incluso, cuando se habla de esclavitud y de las masacres de aborígenes emprendidas por los españoles o conquistadores en general, recurrentemente se tiende a obviar detalles como por ejemplo que el mismo Hernán Cortez se hizo de aliados entre los pueblos sometidos por los aztecas para atacar Tenochtitlán.
Por otra parte, ¿no va a saber el presidente de los Estados Unidos sobre esta temática?, recordemos que en Obama hemos tenido en los últimos meses a un muy buen ejemplo de planificación de su agenda política, de manejo de los escenarios y sobre todo de dar pasos firmes y seguros hacia la reestructuración de la imagen de los Estados Unidos en el escenario internacional. La política exterior norteamericana pasa por una etapa de transición, desde las estrategias de una gendarmería de misil y garrote de Bush, hacia una concienzuda captura del escenario diplomático a través de tácticas disímiles que tiendan a propiciar climas de entendimiento, donde solía prevalecer, en tiempos de la administración Bush, un pesado ambiente de amenazas maniqueistas muy similar a la discursividad que suele mantener Chávez en todo su proceder retórico y político.
Sin que se llegue a creer que Barak Obama es una suerte de Che Guevara afrodecendiente, una especie nueva de redentor de los oprimidos del mundo, que viene a convertir a los Estados Unidos en lo que no es, es decir un país sin pretensiones de dominio sobre la política y la economía mundial. Lo que encontramos, se puede advertir más bien como un viraje inteligente en la manera de conducir la política exterior norteamericana en este caso, a fin de copar los espacios cimeros que Bush y su afán de venganza pendenciera y petrolera fue perdiendo.
Esta situación debe preocupar a Chávez, y de hecho lo hace, sin Mr. Danger en el escenario el comandante pierde su alterego, su contrincante en el pugilato de insultos, ya intentó provocar a Obama, lo llamó ignorante, el mismo día que éste felicitaba a Irán por el inicio del año persa e invitó a la nación meda a sentarse a conversar y ocupar su lugar en la comunidad internacional. Obama ignoró el aspaviento y por el contrario adelantó gestiones para reconfigurar el tono de las relaciones con Cuba, preparando su camino para copar la escena en la reciente Cumbre de Las Américas, donde, de hecho, dirigió los flashes sobre sí, quitando a Hugo Chávez su acostumbrado protagonismo, también restando a la cumbre el halo de tensión y riña que solían acaparar las últimas ediciones de la citada reunión.
Así que el obsequio de Las vena Abiertas de América Latina, no pudo ser algo más que un intento del gran ególatra para aparecer como figura central de la tertulia diplomática de Puerto España, lo que aparentemente está ocurriendo es que en el imaginario confortativo que dicta el conducirse de Chávez y que suele imponer donde quiera que va, en este caso se ha quedado solo, como si David Careciera de un Goliat para aventarle su pedrada, como si Aquiles no tuviera un Héctor para amenazar con arrastrar su cuerpo atado a su cuadriga. Claro, esta discordia no se sucede contada por la pluma exquisita de Homero el ciego, más bien es como si la escribiera Homero Simpson luego de unas cuantas Duff en Moe´s.
Sin embargo no hay que hacer mucha fiesta por este resbalón de alguien que sinceramente tiene la habilidad de conseguir ser la Vedette de todas las reuniones que frecuenta, aunque este vedetismo sea más al estilo bolerístico de La Lupe, es decir, enconado, rencoroso y delirante, con las venas abiertas literalmente!.El problema de que Obama no le pare esféricas a Chávez es que lo obliga a hacer lo que está haciendo, llenar su honda con piedras, gas del bueno y cuanto objeto contundente se le ocurra, y apuntar ahora contra “el enemigo interno”, es decir, esa mitad de la población que no lo quiere. Ya no es contra Goliat porque aquí quien maneja el poder gigante es él, y quienes le enfrentamos, a veces estamos dirigidos por enanos horrorosos como el Golum del Señor de los Anillos.
Para concluir y volviendo con el ya famoso obsequio, me encantaría que un Eduardo Galeano o alguien más fuera capaz de precisar el tamaño de la hemorragia de plata que ha salido de Venezuela, con la excusa de ayudar a los pueblos del mundo, y que en realidad ha servido para diseminar la imagen de un Chávez saudita benefactor y fuerte, para instalar en el continente adhesiones incondicionales que le bailen pegaito, cachete con cachete, amores de juramento eterno, así como los que se cantan en toda la antología del Bolero caribeño.
El bolero del imperio que Chávez ha venido cantando por todo el mundo en los últimos años, y que nos ha hartado con su carga de despecho sesentoso, con su letra de rocola, desengaño y corazón partio, hoy cambia de melodía y aparece en clave de merengue, como aquel de Wilfrido que decía “Mami que será lo que quiere el negro”, perdón el afrodecendiente!. Ojalá que de aquí en mucho tiempo las relaciones entre ambos gobiernos no vuelvan a quebrarse y tenga nuestro presidente que volver a decir como La Lupe …Qué te pedí?
Illich Sánchez.
La respuesta se muestra obvia, NO, a Chávez le molestaría mucho promover el nombre de un escritor contemporáneo cuya obra no hiciera pública alabanza de su gobierno, de un autor ya fallecido, el presidente esperaría una de estas posiciones “ultrosas” que tienden a acomodar el mundo para ser visto desde una sola perspectiva. Más aun, La obra de un intelectual perteneciente a lo que él considera la burguesía, le resulta simplemente innombrable, el caso es que todo aquello escrito que no se asemeje al reduccionismo con que se trata lo que llamamos “la realidad” desde la mirada del comandante resulta sencillamente Malo.
El fondo del asunto es que sin dejar Galeano de ser un respetable y serio autor y su libro una importante obra de análisis histórico, el sentido que encierra, mostrar los desmanes que produjeron los colonizadores, las empresas trasnacionales y los gobiernos sumisos a los grandes poderes económicos, para presidente venezolano es, el de encarar a Obama con las razones que deberíamos tener en el continente para mantener una posición de reclamo, resentimiento y odio, un Bolero que viene cantándose al viento desde hace bastante, donde se culpa a Europa y los Estados Unidos de las calamidades del continente, sin que medie un sentido mínimo de punto y final, de salir adelante, incluso por la memoria de nuestros antepasados que no tuvieron a quien culpar.
No advierte Chávez al igual que algunos intelectuales que los procesos esclavistas, de sometimiento y arrase, comenzaron en el continente mucho antes de la llegada de los europeos, que las llamadas altas culturas, lo eran entre otras razones, por la capacidad que tenían éstas para subyugar política, cultural y militarmente a otros pueblos, a los cuales esclavizaban, sometían y diezmaban. Esto no le resta grandeza a Mayas, Incas, Aztecas y Chibchas, entre otras culturas, más bien los ubica en un sencillamente reconocible orden histórico, del que ninguna cultura ha estado exenta, donde quienes han tenido mayor organización logística y superioridad tecnológica han intentado someter a sus vecinos, esto no ha sido bueno, simplemente ha ocurrido. Incluso, cuando se habla de esclavitud y de las masacres de aborígenes emprendidas por los españoles o conquistadores en general, recurrentemente se tiende a obviar detalles como por ejemplo que el mismo Hernán Cortez se hizo de aliados entre los pueblos sometidos por los aztecas para atacar Tenochtitlán.
Por otra parte, ¿no va a saber el presidente de los Estados Unidos sobre esta temática?, recordemos que en Obama hemos tenido en los últimos meses a un muy buen ejemplo de planificación de su agenda política, de manejo de los escenarios y sobre todo de dar pasos firmes y seguros hacia la reestructuración de la imagen de los Estados Unidos en el escenario internacional. La política exterior norteamericana pasa por una etapa de transición, desde las estrategias de una gendarmería de misil y garrote de Bush, hacia una concienzuda captura del escenario diplomático a través de tácticas disímiles que tiendan a propiciar climas de entendimiento, donde solía prevalecer, en tiempos de la administración Bush, un pesado ambiente de amenazas maniqueistas muy similar a la discursividad que suele mantener Chávez en todo su proceder retórico y político.
Sin que se llegue a creer que Barak Obama es una suerte de Che Guevara afrodecendiente, una especie nueva de redentor de los oprimidos del mundo, que viene a convertir a los Estados Unidos en lo que no es, es decir un país sin pretensiones de dominio sobre la política y la economía mundial. Lo que encontramos, se puede advertir más bien como un viraje inteligente en la manera de conducir la política exterior norteamericana en este caso, a fin de copar los espacios cimeros que Bush y su afán de venganza pendenciera y petrolera fue perdiendo.
Esta situación debe preocupar a Chávez, y de hecho lo hace, sin Mr. Danger en el escenario el comandante pierde su alterego, su contrincante en el pugilato de insultos, ya intentó provocar a Obama, lo llamó ignorante, el mismo día que éste felicitaba a Irán por el inicio del año persa e invitó a la nación meda a sentarse a conversar y ocupar su lugar en la comunidad internacional. Obama ignoró el aspaviento y por el contrario adelantó gestiones para reconfigurar el tono de las relaciones con Cuba, preparando su camino para copar la escena en la reciente Cumbre de Las Américas, donde, de hecho, dirigió los flashes sobre sí, quitando a Hugo Chávez su acostumbrado protagonismo, también restando a la cumbre el halo de tensión y riña que solían acaparar las últimas ediciones de la citada reunión.
Así que el obsequio de Las vena Abiertas de América Latina, no pudo ser algo más que un intento del gran ególatra para aparecer como figura central de la tertulia diplomática de Puerto España, lo que aparentemente está ocurriendo es que en el imaginario confortativo que dicta el conducirse de Chávez y que suele imponer donde quiera que va, en este caso se ha quedado solo, como si David Careciera de un Goliat para aventarle su pedrada, como si Aquiles no tuviera un Héctor para amenazar con arrastrar su cuerpo atado a su cuadriga. Claro, esta discordia no se sucede contada por la pluma exquisita de Homero el ciego, más bien es como si la escribiera Homero Simpson luego de unas cuantas Duff en Moe´s.
Sin embargo no hay que hacer mucha fiesta por este resbalón de alguien que sinceramente tiene la habilidad de conseguir ser la Vedette de todas las reuniones que frecuenta, aunque este vedetismo sea más al estilo bolerístico de La Lupe, es decir, enconado, rencoroso y delirante, con las venas abiertas literalmente!.El problema de que Obama no le pare esféricas a Chávez es que lo obliga a hacer lo que está haciendo, llenar su honda con piedras, gas del bueno y cuanto objeto contundente se le ocurra, y apuntar ahora contra “el enemigo interno”, es decir, esa mitad de la población que no lo quiere. Ya no es contra Goliat porque aquí quien maneja el poder gigante es él, y quienes le enfrentamos, a veces estamos dirigidos por enanos horrorosos como el Golum del Señor de los Anillos.
Para concluir y volviendo con el ya famoso obsequio, me encantaría que un Eduardo Galeano o alguien más fuera capaz de precisar el tamaño de la hemorragia de plata que ha salido de Venezuela, con la excusa de ayudar a los pueblos del mundo, y que en realidad ha servido para diseminar la imagen de un Chávez saudita benefactor y fuerte, para instalar en el continente adhesiones incondicionales que le bailen pegaito, cachete con cachete, amores de juramento eterno, así como los que se cantan en toda la antología del Bolero caribeño.
El bolero del imperio que Chávez ha venido cantando por todo el mundo en los últimos años, y que nos ha hartado con su carga de despecho sesentoso, con su letra de rocola, desengaño y corazón partio, hoy cambia de melodía y aparece en clave de merengue, como aquel de Wilfrido que decía “Mami que será lo que quiere el negro”, perdón el afrodecendiente!. Ojalá que de aquí en mucho tiempo las relaciones entre ambos gobiernos no vuelvan a quebrarse y tenga nuestro presidente que volver a decir como La Lupe …Qué te pedí?
Illich Sánchez.
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